14 octubre,2024 6:16 am

Los pueblos indígenas no pedimos permiso para existir

 

Centro de Derechos Humanos de la Montaña, Tlachinollan

 

En el 29 aniversario de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC-PC), las cinco casas de justicia marcharon más de 3 kilómetros de la comunidad de Pozolapa  a Tepango, municipio de Ayutla de los Libres. Como anfitriones del evento los coordinadores y los grupos de policías de El Paraíso se colocaron al frente de la marcha acompañados por Espino Blanco, San Luis Acatlán, Zitlaltepec y Caxitepec.

Las compañeras del pueblo ñuu savi de Coxcatlán Candelaria encabezaban el desfile con la lona principal de los 29 años de la CRAC-PC. Las mujeres policías, comisarias y consejeras marchaban altivas marcando el paso. Con gran temple demostraban el colorido de sus luchas. Se hicieron en el camino, por eso la mejor manera de visibilizar su presencia como pueblos es mostrarse combativos.

En medio de la música sobresalían las órdenes del comandante: ¡Embrazar armas, ya!, ¡Paso corto, ya!, ¡Descansar armas, ya!. Una demostración de que los pueblos de  la Costa Montaña están hechos para librar batallas. Cada casa llevaba su escolta como pueblos autónomos y con identidad propia. Resguardaba la bandera mexicana. En las gestas históricas han luchado contra el invasor y peleado por la independencia de nuestro país.

Hoy podemos comprender la dimensión de este sistema comunitario. Se liberaron de las cadenas del vasallaje y han dado la pelea contra los malos gobiernos que se coluden con los delincuentes.  En nuestros pueblos cohabita la armonía, el respeto a nuestra madre tierra y el cuidado de nuestros ríos. Prevalece un espíritu festivo y fraterno en las correspondencias que tienen como pueblos. Los santos católicos son los símbolos sagrados que los movilizan para defender lo que les corresponde. Con gran orgullo conservan sus tradiciones, la ritualidad prehispánica que celebran en las cimas de los cerros. Liban en comunidad, crean y disfrutan su música que reanima su espíritu y alegra el corazón. Así es la vida de los pueblos afromexicanos e indígenas de la Costa Chica y la Montaña.

Los gobiernos y los políticos no reconocen a los pueblos como entidades autónomas. Los tratan como súbditos, como si les dieran permiso de existir. Deben saber que los pueblos no necesitan una ley para que se les reconozca porque no es el Estado quien va a reconocerlos. Fueron los ancestros quienes heredaron estas tierras. Nuestro destino y nuestro objetivo fue habitar estos territorios, mantener una relación armónica con la naturaleza. Nos tocó cuidar y defender estos territorios, garantizar la seguridad y la justicia tan ausentes en nuestro estado. La tarea es construir un mundo seguro, que esté libre de violencia. Un mundo de iguales, donde no haya represores ni caciques.  Para eso los pueblos han aprendido de la historia que es importante empuñar las armas, para defenderse de las amenazas del crimen organizado, para hacer frente a los malos gobiernos y librarse de la violencia que proviene del Estado.

A 29 años la CRAC ha dado muestra de esta gesta heroica, de este espíritu indómito. Son casi 3 décadas de resistencia, de mantenerse en el frente de batalla, de nunca arredrarse ante los embates de gobiernos represores. De no retroceder ni doblegarse ante un sistema de justicia racista y colonialista. Los Yopes dieron un gran ejemplo, de morir peleando. Con ese espíritu invencible avanza la marcha de la CRAC-PC, dejando constancia de que seguirá viva y actuante con ley o sin ley. Que sepan los diputados y diputadas que los pueblos no mendigan reformas, porque al final siempre predomina la traición de quienes dicen representar a los ciudadanos y ciudadanas.

A nivel federal se aprobó la reforma indígena y afromexicana, pero sólo se reconocen de manera limitada los sistemas normativos. Tratan a los pueblos como súbditos, sólo les permiten regular sus conflictos internos, pero les niegan el derecho a procurar y administrar justicia en los delitos de homicidio, secuestro, violaciones, feminicidios, entre otros. Prefieren que haya impunidad y que los perpetradores gocen de libertad.

La representación política de los pueblos tampoco se reconoció. A los pueblos indígenas los ven como parte del folclor nacional. Respetan su música, su comida, sus huipiles, pero cuando luchas por ser gobierno se les conculca ese derecho. Todos los partidos hacen causa común para que no lleguen a ocupar los primeros cargos de la administración pública. No quieren que tengan el poder en sus manos. Tampoco quieren que sean los verdaderos dueños de los territorios ancestrales. Siguen siendo vasallos de los caciques y del capital trasnacional. Los gobernantes no quieren que ejerzan su libre determinación. Se sienten dueños de las vidas de los indígenas y afromexicanos. Quieren seguir con este sistema clasista, donde pocos mandan y las mayorías obedecen.

Con esta celebración se reafirma la voluntad de continuar como CRAC-PC, de seguir luchando para que sus derechos sean una realidad. Los pueblos no darán un paso atrás, por eso han refrendado su compromiso de mantener en alto la lucha de la CRAC-PC. Este sistema lo conforman las autoridades, que ejercen el gobierno comunitario. Son las que van al frente abriendo camino, las que cuidan el legado histórico y las que salen en defensa de las amenazas externas. Son los pueblos me’phaa, ñuu savi, nahuas, afromexicanos y ñomndaa quienes exigen sus derechos y no van a desistir nunca. La CRAC-PC va a morir, como dicen los sabios y sabias, hasta que muera el sol.

La palabra de los pueblos se expresó en las mesas de trabajo. En la primera mesa se acordó fijar un posicionamiento para manifestar el rechazo de los pueblos a la reforma constitucional porque no se incorporó el tema de la tierra y del territorio. Asumieron el compromiso de realizar asambleas en las comunidades de cada casa de justicia para dar a conocer los puntos de la reforma que no fueron considerados, como los temas del territorio, el gobierno comunitario y la justicia comunitaria. Fijaron la fecha del 14 de noviembre para hacer una movilización en Chilpancingo, en el Congreso del Estado. Se conformó una comisión integrada por un representante de cada casa de justicia. Los comisionados tienen la tarea de invitar a las organizaciones sociales e indígenas de Guerrero, para impulsar un movimiento estatal que luche por el reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas y afromexicanos.

La mesa 2 abordó el tema de la defensa del territorio. Las cinco casas de justicia reafirmaron el compromiso de cuidar y defender sus tierras y territorio ante cualquier amenaza de las empresas mineras, las empresas forestales, los grupos de la delincuencia organizada y los megaproyectos del gobierno federal. Se buscarán aliados para hacer efectiva la defensa del territorio como la Coordinadora Regional de Autoridades Agrarias en Defensa del Territorio (Craadet) y otras organizaciones afines. Por su parte, los vecinos, las autoridades, comisarios, delegados, comisariados y miembros de la comunidad se comprometieron a denunciar el trasiego de drogas dentro de sus territorios y la presencia de los grupos delincuenciales ante las autoridades competentes para blindar su territorio. Buscarán la coordinación con comunidades vecinas para actuar de manera inmediata ante alguna amenaza del crimen organizado.

En la mesa 3 se abordó el tema del reglamento interno de la CRAC. Los servidores comunitarios, coordinadores de las casas de justicia, comandantes regionales, comandantes de grupo, policías comunitarios, consejeros locales, consejeros regionales, comisarios y delegados municipales, reflexionaron que es fundamental apropiarse de su norma interna, de difundirla y apegarse estrictamente a sus postulados. El gran desafío es aplicarla sin sesgo alguno a la hora de impartir justicia dentro del territorio comunitario. Nombraron una comisión especial, de conformidad con el artículo 87, para analizar la posibilidad de presentar propuestas orientadas a reformar el reglamento interno, en la que se incluyan los temas de justicia para casos de adolescentes, niñas y niños que son acusados de cometer algún error o delito dentro del territorio comunitario. Hay una gran preocupación porque se ha detectado que las redes del crimen organizado utilizan a menores para delinquir. Son ahora el objetivo principal para diseminar el consumo de drogas ilícitas. Analizaron también los delitos relacionados con la violencia digital. Hay varios casos de menores de edad que suben a las redes sociales imágenes y fotografías de personas sin su consentimiento. Reiteraron el compromiso de garantizar la participación de las mujeres dentro del sistema comunitario respetando los espacios destinados para ellas. No se debe suplantarlas sino más bien impulsar su participación y reconocer que el sistema de justicia comunitaria no se consolidará si se excluye a las mujeres en los cargos de primer orden y se les margina en la toma de decisiones.

El pronunciamiento final es muy enfático: se impulsará el reconocimiento de los derechos de los pueblos en la Constitución local y en las Leyes secundarias. La gran tarea es redoblar los esfuerzos organizativos en las 5 casas de justicia y en las demás comunidades indígenas y afromexicanas que no están incorporadas a la CRAC-PC. Hacen un llamado a las organizaciones hermanas para que se sumen a la gran movilización estatal que realizarán el 14 de noviembre. Redoblarán los esfuerzos de articulación con el movimiento social en Guerrero y en el país, con las organizaciones y pueblos indígenas y afromexicanos para lograr el reconocimiento constitucional de los derechos de los pueblos. Reafirman su compromiso de ejercer su derecho a garantizar la seguridad, la justicia y la reeducación, que son los ejes de su sistema comunitario, con ley o sin ley que los reconozca, porque los derechos del pueblo son inherentes y preexistentes; nacen con el pueblo y los territorios ancestrales pertenecen a los pueblos desde antes de la creación del Estado Nacional. Los pueblos indígenas no se deben a una ley escrita, ni existen porque obtuvieron el permiso de los dominadores, son más bien los precursores y forjadores de una gran civilización, los que dieron origen a nuestra nación y quienes preservaron este territorio megadiverso que hoy dilapidan irresponsablemente quienes ostentan el poder económico y político del país.