29 diciembre,2017 8:04 am

Los recortes y la incapacidad para gestionar recursos marcaron la política cultural en 2017

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Acapulco, Guerrero, 29 de diciembre de 2017. Este 2017, la falta de competencia y pericia de los responsables de las políticas culturares en Guerrero dieron al traste con el recorte de los presupuestos para el rubro; cancelación de programas, adeudos, problemas de pagos y hasta presuntos desvíos de recursos fueron parte de la historia, tanto en el estado como en los municipios.

Un programa de desarrollo cultural municipal que apenas se está liquidando, un Festival Internacional La Nao Acapulco 2017 apagado o la cancelación de la Feria Internacional del Libro de Acapulco, así como decenas de actividades de relleno, algunas muestras.

Además, la indolencia de una buena parte de la comunidad cultural permitió que dichos problemas en lugar de solventarse se hicieran más grandes y más difíciles de resolver dejando a la cultura en terapia intensiva, tal y como quedó el año anterior.

 

Una crisis anunciada

 

El aviso del gobierno federal para este año que concluye fue claro: 12 mil 428 millones de pesos, el presupuesto más bajo para el sector en lo que va del sexenio de Enrique Peña Nieto. (El Sur, edición del 9 de enero, 2017).

Asimismo, se perdió el Subsidio Piso, un rubro en el Presupuesto de Egresos de la Federación de este 2017 que otorgaba 34 millones de pesos promedio a cada entidad para sus programas culturales.

En ese sentido, el secretario de Cultura (Secultura) del estado, Mauricio Leyva Castrejón, adelantaba el panorama que incluso empeoraba: el Congreso de estado redujo el presupuesto estatal para cultura en 2017.

En entrevista publicada el 7 de enero de este año, el funcionario declaraba que además de haberse quedado sin Subsidio Piso, la Secultura sólo ejercería 13.5 millones; “esto es, el Congreso local, los diputados, nos redujeron un 53.7 por ciento de presupuesto estatal”.

Tras ello, sólo la declaración ramplona de la presidenta de la Comisión de Cultura del Congreso estatal, Silvia Romero Suárez, quien se limitó a lamentar dicho recorte asegurando que por su parte hicieron las negociaciones necesarias para que ello no ocurriera.

“Yo qué puedo hacer, soy presidenta de Comisión de Cultura pero igual que el de la Comisión de Salud, que el presidente de la Comisión de Educación, que todos, coincidimos en pedir mayor presupuesto para las comisiones que representamos” (El Sur, edición del 19 de enero, 2017).

Del mismo modo, quedó en el aire el extrañamiento que haría el Consejo Estatal de Cultura al Congreso por dicho recorte. (El Sur, edición del 14 de enero, 2017).

A partir de ahí, los problemas.

Un entremés.

Si bien el caso inició un mes antes, los hechos se confirmaron en este 2017: la Secretaría de Cultura federal daba a conocer de manera oficial la entrega de 3 millones 597 mil 120 pesos con 3 centavos en 2016 a la Asociación Cultural y Artística de Acapulco AC que dirige la promotora cultural priista Erika Andrade Valenzuela (quien desde hace siete años organiza el festival cultural Fandangro en Acapulco), para un proyecto de rescate de la música tradicional guerrerense de Tierra Caliente, algo que no ocurrió (El Sur, edición del 14 de febrero, 2017).

Así lo denunciaron en diciembre de 2016 el promotor cultural Josafat Nava Mosso y miembros del Frente de Cultura del Estado de Guerrero, quienes aseguraron que dichos recursos fueron desviados con otros fines por parte de Andrade Valenzuela (El Sur, edición del 8 de diciembre, 2016).

Al cierre de este año, mientras que dicho Frente de Cultura del Estado de Guerrero asegura que el caso está siendo investigado por la federación y a pesar de un presunto intento de soborno por 50 mil pesos para no hablar del caso (El Sur, edición del 15 de febrero), la señalada, Andrade Valenzuela, no ha hecho ningún comentario al respecto al tiempo que desde el principio, el propio gobierno priista del estado se deslindó del tema a través de la Secultura y su titular.

La orquesta de Renacimiento: la telenovela

Apenas llegado abril, la Orquesta y Coro de Renacimiento, la agrupación insignia del Sistema de Coros y Orquestas del estado, protestaba por la falta de pagos para con sus maestros.

Decenas de padres y madres de niños y jóvenes integrantes de la orquesta, encabezados por la presidenta de Acción Social de la orquesta Briseida Velázquez Valle, protestaron la tarde del 5 de abril en su sede, el Faro Zapata, por la falta de pagos a maestros por parte de Secultura y con pancartas exigieron dicho pago.

No obstante, en la protesta no estuvo presente ninguno de los maestros afectados y por su parte, el director de la agrupación, el músico Amilcar Montero Ávila, rechazó emitir algún comentario.

Un día después, el secretario de Cultura, Mauricio Leyva Castrejón, se decía sorprendido por la protesta pues aseguraba, ya se le había pagado a los maestros (El Sur, edición del 7 de abril, 2017).

Mientras tanto, la orquesta pasó a un segundo plano, más discreto, apenas y con actividades, perdiendo entonces lo mismo brillo que integrantes pasando de 350 a sólo 80.

Ante ello, un grupo distinto de padres de familia y ahora sí con la presencia de los maestros demandaron el 2 de octubre la destitución de Montero Ávila, mediante un documento que entregaron a la Secretaría de Cultura.

En dicho documento aseguraban haber recibido un trato déspota y prepotente por parte del citado director, a quien también señalaron por su falta de interés real por la agrupación.

A partir de ahí, los dimes y diretes: mientras que un grupo afín al director aseguraba en conferencia de prensa que todo se trataba de un asunto personal entre el músico y el secretario de Cultura, éste último decidió no sólo despedir a Montero Ávila, quien además fue denunciado por el director del Faro Zapata, el artista plástico David de León, de hostigar a la gente, sino también retiró de su encomienda a la coordinadora de todo el sistema estatal de orquestas Nelly Bello. (El Sur, ediciones del 7, 12 y 13 de octubre, 2017).

Al final, el lunes 4 de diciembre se presentó al músico Olimpo Pineda como nuevo director de la agrupación musical luego de un proceso de selección que contó el aval de la Secultura federal.

¿Dónde quedó la bolita?

En febrero de este año se anunció con bombo y platillo la puesta en marcha del Programa de Desarrollo Cultural Municipal (PDCM) que pretendió financiar hasta por 60 mil pesos proyectos y actividades que generaran procesos culturales.

Esto, a través de una bolsa de recursos de la federación, el gobierno del estado y los municipios participantes que en esta primera edición sólo fueron dos, Tlapa y Chilpancingo, y que ascendería a millón y medio de pesos aproximadamente.

Así, a pesar de que ambos municipios hicieron su aportación antes de emitir se la convocatoria en mayo y que la propia Federación a través del coordinador de la Secultura federal de la Zona Centro, Luis Alberto Zurita, confirmara que también la suya fue entregada, dichos recursos empezaron a pagarse (a los 16 proyectos de Chilpancingo y a los cinco de Tlapa que fueron aprobados) varios meses después de vencida la fecha, justo cuando El Sur publicaba entonces una relatoría general no sólo sobre este adeudo sino de otros más de la dependencia.

 

Texto: Óscar Ricardo Muñoz Cano/ Foto: Archivo El Sur.