5 octubre,2018 4:35 am

Medico congoleño y activista iraquí ganan el Nobel de la Paz

De 25 años de edad, Nadia Murad Basee Taha es una activista de derechos humanos yazidí irakí, mientras Denis Mukwege es un reconocido y prestigioso médico ginecólogo y activista congoleño.

Textos: DPA / Fotos: Twitter @DenisMukwege / @NadiaMuradBasee
Oslo, Noruega, 5 de octubre de 2018. El médico congoleño Denis Mukwege y la activista iraquí de derechos humanos Nadia Murad fueron galardonados con el Nobel de la Paz 2017, anunció hoy viernes el Comité Nobel en Oslo.
De acuerdo con su perfil que aparece en las redes sociales, nacida en 1993, Nadia Murad Basee Taha es una activista de derechos humanos yazidí irakí, embajadora de buena voluntad para la dignidad de los supervivientes de trata de personas de la Organización de Naciones Unidas desde septiembre de 2016.
Integrante de la minoría jazidí duramente perseguida por la milicia terrorista Estado Islámico (EI), Nadia Murad fue víctima de este tipo de delitos, señaló el Comité Nobel. Sin embargo, “se negó a aceptar los códigos sociales que obligan a las mujeres a permanecer calladas y avergonzadas por los abusos de los que han sido víctimas. Ha demostrado un coraje inmenso para mostrar su sufrimiento y alzar su voz en nombre de las víctimas”.
Murad fue sólo una de las 3 mil mujeres de la minoría yazidí que fueron sometidas a abusos sistemáticos y utilizadas como arma de guerra por el EI.
Murad consiguió escapar de sus captores tras tres meses de cautiverio y denunció los abusos. En 2016 fue nombrada la primera embajadora de buena voluntad de la ONU por la trata de seres humanos.

(Foto: Twitter @NadiaMuradBasee)

Y Mukwege, de 63 años de edad, es un médico ginecólogo y activista congoleño. Fundó y trabaja en el Hospital Panzi en Bukavu, donde se especializa en el tratamiento de las mujeres que han sido violadas por las fuerzas rebeldes. Y lleva años luchando con gran visibilidad contra la violencia sexual dando nuevas esperanzas a las víctimas de violaciones en su país.
Este año el jurado tuvo que decidir entre 331 candidatos propuestos, 216 personas y 115 organizaciones. La Campaña por la Abolición de las Armas Nucleares (ICAN) fue galardonada con el Nobel de la Paz de 2017 “por su trabajo para llamar la atención sobre las catastróficas consecuencias humanitarias de cualquier uso de armas nucleares”.
Mukwege pasó gran parte de su vida adulta ayudando a las víctimas de la violencia sexual en la República Democrática del Congo, tratando a miles de pacientes, defendiendo su causa y dándoles nuevas esperanzas.
En su hospital en Kivu del Sur ha tratado a miles de mujeres violadas, les ha dado apoyo psicológico y hace constantes llamamientos a llevar ante la justicia a los responsables. Tras un discurso ante la ONU en 2012 en el que llamaba a condenar a los grupos rebeldes por ello sufrió un atentado. Por su trabajo fue reconocido con el Premio Sajarov del Parlamento Europeo en 2014.
Por ello es el “mayor y más unificador símbolo tanto a nivel nacional como internacional de la batalla para poner fin a la violencia sexual en la guerra y los conflictos armados”, señaló el Comité.
El premio Nobel de la Paz es considerado la mayor distinción política del mundo.
Fue creado en 1896 por Alfred Nobel, inventor de la dinamita, que dejó escrito en su testamento un encargo al Parlamento noruego para que cada año reconociera la labor de hasta tres personas u organizaciones por su trabajo por la humanidad.
Debían ser premiados quienes “más o mejor hubieran trabajado por el hermanamiento de los pueblos, la supresión o reducción de los Ejércitos o la educación y difusión de congresos de paz”.
Desde 1960 se premian también los esfuerzos por la promoción de los derechos humanos o la protección del medio ambiente.
El Nobel de la Paz es el único Nobel que se anuncia y entrega en Oslo en lugar de Estocolmo.
Los ganadores son anunciados en octubre y los premios se hacen entrega el 10 de diciembre, coincidiendo con el aniversario de la muerte del Alfred Nobel. Está dotado con 9 millones de coronas (unos 940 mil euros).
(En la imagen superior, el médico congoleño Denis Mukwege (izquierda), reconocido hoy 5 de octubre con el Premio Nobel de la Paz. Foto: @DenisMukwege)

Los ganadores del Nobel de la Paz de los últimos diez años

El Premio Nobel de la Paz fue concedido por primera vez en 1901. Entre los galardonados están personalidades de talla mundial como el sudafricano Nelson Mandela (1993) o el líder espiritual de los tibetanos, el Dalai Lama (1989).
2018: El médico congoleño Denis Mukwege y la activista iraquí de derechos humanos Nadia Murad por “sus esfuerzos para poner fin a la violencia sexual como arma de guerra y conflictos armados”.
2017: La Campaña por la Abolición de las Armas Nucleares (ICAN), por su trabajo para llamar la atención sobre las catastróficas consecuencias humanitarias de cualquier uso de armas nucleares.
2016: El presidente colombiano Juan Manuel Santos, por su esfuerzo para acabar con la guerra civil de más de 50 años en el país con la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
2015: El Cuarteto de Diálogo Nacional de Túnez, por su decisiva contribución a crear una democracia plural en el país norteafricano.
2014: La joven paquistaní Malala Yousafzai y el indio Kailash Satyarthi, por su lucha para evitar que los niños y jóvenes sean explotados y en favor del derecho de todos los niños a la educación.
2013: La Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), por su trabajo en la destrucción y abolición de este tipo de armamento.
2012: La Unión Europea (UE), por su contribución a la paz, la reconciliación, la democracia y los derechos humanos en los últimos 60 años en Europa.
2011: La presidenta de Liberia, Ellen Johnson-Sirleaf, su compatriota Leymah Gbowee y la joven periodista yemení Tawakkul
Karman, por su lucha a favor de los derechos de la mujer.
2010: El activista chino Liu Xiaobo, por su larga y pacífica lucha a favor de los derechos humanos en su país.
2009: El presidente estadounidense, Barack Obama, por sus esfuerzos para fortalecer la diplomacia internacional y la cooperación entre los pueblos.
2008: El ex presidente finlandés Martti Ahtisaari, por su intermediación en conflictos internacionales como la guerra civil en la provincia indonesia de Aceh.

Nadia Murad, la voz de las mujeres yazidíes

Stuttgart, Alemania. Su apariencia frágil y delicada engaña: la joven iraquí Nadia Murad se muestra dura e inflexible en su lucha contra la esclavitud a la que la milicia terrorista Estado Islámico (EI) somete a la minoría yazidí, de la que forma parte.
La joven de 25 años, que sobrevivió a un cautiverio de tres meses por parte del EI, aboga por la toma de conciencia de las víctimas de la milicia terrorista como embajadora de buena voluntad de la ONU para la Dignidad de los Supervivientes de la Trata de Personas desde 2016.
Con ella trabaja la abogada Amal Clooney, mujer de George Clooney.
Difícilmente esta mujer de ojos tristes y largo pelo oscuro habría podido imaginar hace años que un día sería activista de derechos humanos en el mundo.
El deseo de la joven que vivía en el pueblo de Kocho, en el norte de Irak, era terminar la escuela y trabajar como esteticista.
Pero los milicianos del EI asaltaron su pueblo, situado en las montañas de Sinyar, en agosto de 2014, el marco de la ofensiva que acabó con a caída de Mosul y sus alrededores.
La madre de Murad y seis hermanos murieron en el asalto. En total, los terroristas mataron a más de 40 miembros de su familia.
Nadia fue vendida a un hombre en un mercado de esclavos en Mosul y éste la vendió después a otro. De este último consiguió huir cuando iba a comprar un burka.
Una familia la ayudó a llegar al territorio bajo control kurdo, donde fue alojada en un campamento de refugiados cerca de Dohuk.
Hoy vive en el estado de Baden-Württemberg en Alemania, donde han encontrado protección unas 1.000 yazidíes del norte de Irak.

Denis Mukwege, ginecólogo y activista contra la violencia sexual

Texto: Thomas Burmeister y Gioia Forster / DPA
Bukavu, Congo. Es difícil imaginar las heridas físicas y psicológicas que sufren las mujeres víctimas de violaciones grupales; el ginecólogo Denis Mukwege ha dedicado su vida a tratarlas en su país, la República Democrática del Congo, donde se ha convertido además en un activista contra la violencia sexual. Por su trabajo recibió hoy el Premio Nobel de la Paz.
Mukwege, de 63 años, fundó en 1999 el hospital Panzi en Bukavu, la capital de la provincia de Kivu del Sur en el este del país, una de las regiones más violentas, subdesarrolladas y empobrecidas del mundo, donde reina la impunidad. Durante y después de una guerra que azotó la nación africana entre finales de los 90 y comienzos del 2000, no dejaban de llegar víctimas de violencia sexual a su clínica.
“Era una pesadilla”, recuerda. Más de 50.000 mujeres fueron tratadas por el médico y su equipo, algunas de forma reiterada. En esa tarea fue testigo de lesiones que sus colegas en otras partes del mundo no suelen ver: heridas infligidas en los órganos sexuales con armas de fuego, bayonetas o incluso botellas rotas. Mukwege es uno de los pocos médicos expertos en cirugía reconstructiva de órganos internos dañados durante violaciones grupales.
El doctor contó a dpa algunas de sus experiencias más traumáticas. “Hace dos años me trajeron un bebé de 18 meses que había sido violado”, contó en una entrevista el año pasado. “Me preguntaba a mí mismo si estaba soñando o si era realidad. Pensaba que no podía seguir. Cuando volví (a casa) no podía comer, no podía dormir”.
Mukwege nació en 1955 como hijo de un pastor religioso en los últimos años de la colonización belga y creció en tiempos turbulentos. Estudió Medicina en Burundi y después se especializó en ginecología en Francia. Luego empezó a enfocar su trabajo no sólo en la sanación física sino también psíquica de las víctimas y su reintegración social.
Como activista de derechos humanos también aboga cada vez más en la escena política por el fin de las violaciones como arma de guerra.
Algo que casi le cuesta la vida. En 2012, pocas semanas después de demandar en una conferencia de la ONU el fin de la impunidad para las violaciones grupales y un mayor compromiso internacional para el fin de conflicto armado en su país, hombres armados asaltaron su casa en Bukavu. Tomaron a sus hijas como rehenes y lo esperaron.
El ginecólogo logró sobrevivir sin heridas al ataque, pero uno de
sus empleados murió. “Fue el momento más difícil de mi vida”. Poco después partió al exilio en Europa, pero regresó a comienzos de 2013 tras escuchar que la clínica en Bukavu no funcionaba bien en su ausencia, conmovido también por la actividad de grupos de mujeres que se habían unido contra las autoridades y prometido ocuparse de su seguridad.
Pero su vida y la de su equipo siguen corriendo peligro. El año pasado un colega fue asesinado. “Pero esta vez reaccioné de otra forma”. “Sentí rebeldía. Tenemos que terminar esta guerra”, dijo.
En la región oriental de Congo siguen operando grupos armados y las mujeres son con frecuencia utilizadas como armas de guerra entre el Estado y los rebeldes.
Por su trabajo Mukwege ha recibido otros premios internacionales antes, como el Sajarov a la libertad de conciencia del Parlamento Europeon en 2014, el Right Livelihood Award – conocido como el “Nobel Alternativo”- en 2013 y el premio Olof Palme en 2008. Desde hacía años sonaba como candidato al Nobel de la Paz.