27 noviembre,2018 7:57 am

Muere el director de izquierda Bernardo Bertolucci, el último emperador del cine italiano

El nacido en Parma hace 77 años comenzó su carrera como asistente del escritor, poeta y director de cine Pier Paolo Pasolini.
Roma, Italia, 27 de noviembre de 2018. El director de cine italiano Bernardo Bertolucci, mundialmente conocido por películas como El último tango en París y El último emperador, murió ayer a los 77 años en su casa en Roma, anunció su representante.
El cineasta falleció como consecuencia de un cáncer, según confirmó en un comunicado su oficina de prensa, Punto & Virgola. El ayuntamiento de la capital italiana tiene previsto organizar una capilla ardiente hoy además de un evento conmemorativo público cuya fecha está por determinar.
Alabado por la dimensión de su obra, que ya formaba parte de los clásicos contemporáneos incluso antes de su muerte, las películas de Bertolucci abordan lo prohibido, lo oculto y el sexo.
Con El último emperador, película biográfica sobre el último emperador de China, ganó cuatro Globos de Oro y nueve Oscar en 1988, entre ellos el de mejor película y mejor director. La cinta fue la primera de un cineasta occidental que obtuvo el permiso de las autoridades de Pekín para poder rodar en el interior de la Ciudad Prohibida.
El último tango en París proyecta a Bertolucci
Su cinta más famosa, cruda y polémica es El último tango en París (1972), que incluye una escena en la que una joven Maria Schneider es violada por Marlon Brando.
El escándalo aumentó todavía más cuando se supo que había pactado con Marlon Brando la famosa escena de los abusos sin que Maria Schneider lo supiese. Sus lágrimas eran tan reales e imprevistas como la mantequilla con la que Brando la sodomizaría en la película. Lo reconoció el mismo Bertolucci, pero su director de fotografía, Vittorio Storaro, lo negó después ante el escándalo suscitado.
La película, estrenada en 1972, se prohibió en España hasta el 16 de enero de 1978. En una entrevista en el diario El País de 1985 el cineasta explicó otra casualidad que marcó el filme: “Es un monstruo prehistórico del cine del pasado. En principio, no lo iba a interpretar él. Los actores elegidos eran Jean-Louis Trintignant y Dominique Sanda, pero Trintignant era un tímido y no se atrevía a hacer las escenas de la casa abandonada y ella estaba preñada, así que tuve que renunciar a los dos”.
El último tango en París le sirvió a Bertolucci todo el crédito para rodar Novecento, un viaje a su tierra natal, Parma, para narrar la lucha de clases. Una descomunal crónica de las primeras cinco décadas de la Italia del siglo XX que parte del 27 de enero de 1901, día en que murió a orillas del río Po Giuseppe Verdi. Muy cerca de ahí, nacieron también los dos amigos —uno hijo de terrateniente y el otro de labriegos— que protagonizan el filme y que representarán durante tanto tiempo después esas dos Italias.
Una epopeya (314 minutos y originalmente concebida en tres partes), producida por Alberto Grimaldi y surtida de grandes estrellas de Hollywood como Burt Lancaster, Robert De Niro o un Donald Sutherland que ponía rostro a un fascismo con algunos tics no tan lejanos. Su influencia recorrió los dormitorios de media Italia, donde colgó durante años el cuadro Il quarto stato, de Giuseppe Pellizza da Volpedo, que ilustraba el inicio del filme y su cartel.
Novecento fue la afirmación definitiva de la transversalidad de Bertolucci, también a un lado y otro del Atlántico. Pero el reconocimiento en Hollywood llegó con El último emperador (1987), la trágica y novelesca historia de Pu Yi , el último representante de la dinastía manchú, quizá una de sus obras menos profundas, pero la única que le ha valido a un director italiano el Oscar. El cielo protector (1989) o El pequeño Buda (1993) fueron la continuación de aquella manera de ver el cine que fue volviendo cada vez más la vista atrás con filmes como Belleza robada (1997).
En 2007 Bertolucci fue galardonado con el León de Oro por su prolífica trayectoria en la Mostra de Venecia y cuatro años más tarde recibió la Palma de Oro honorífica en el Festival de Cannes.
“Lamentamos la muerte de Bernardo Bertolucci”, tuiteó la Bienal de Venecia, que organiza el festival de cine de la ciudad. “Será recordado como uno de los grandes del cine italiano y mundial.”
El periódico italiano La Repubblica calificó a Bertolucci como el “último maestro del cine italiano”, que no sólo fue realizador, sino también poeta, productor, polemista y un autor brillante.
“Se ha ido el más grande de todos, el último emperador del cine italiano”, declararon el director italiano Roberto Benigni y su esposa, la actriz Nicoletta Braschi.
La alcaldesa de Roma, Virginia Raggi, dijo que “con sus obras maestras (Bertolucci) ha marcado para siempre la historia del cine internacional” y añadió que “toda Italia le rinde homenaje”. El ministro italiano de cultura transmitió su pésame a los familiares del cineasta declarando que había sido uno de los realizadores “más queridos y conocidos” del país.
Nacido en Parma, en el norte de Italia, el 16 de marzo de 1941, Bertolucci comenzó su carrera como asistente del escritor, poeta y director de cine Pier Paolo Pasolini.
Sus últimos años de vida los pasó en una silla de ruedas debido a las complicaciones surgidas tras una operación de hernia discal a comienzos de los años 2000. El drama adolescente Tu y yo (2012), fue su último trabajo.
Bertolucci, marxista autodeclarado en su juventud, estaba casado con la guionista y directora británica Clare Peploe y no tenía hijos.
Texto: DPA / Foto: Especial