3 noviembre,2022 4:52 am

Muertos ilustres

Anituy Rebbolledo Ayerdi

 

Las rotondas

Las sociedades de casi todo el mundo tienen espacios funerarios reservados para honrar a sus muertos ilustres, héroes, estadistas, militares o sencillamente hombres y mujeres sobresalientes en las distintas disciplinas del quehacer humano. Las rotondas fueron dedicadas hasta hace poco exclusivamente a “los hombres ilustres”, aunque en ellas se honrara también a mujeres. Hoy, las exigencias y presiones de género han generalizado la denominación a “personas ilustres” y todo mundo satisfecho.

Acapulco

La Rotonda de las Personas Ilustres de Acapulco, en Tlacopanocha, guarda efectivamente a dos mujeres. A la maestra Felicitas Chita Jiménez, fundadora de la escuela Ignacio M Altamirano y a Doña María de la O, integérrima luchadora social, precursora de la defensa de los derechos femeniles. Están ahí también el alcalde socialista y mártir obrero Juan R. Escudero y José Agustín Ramírez, el trovador guerrerense, autor de Acapulqueña. Y desde luego Apolonio Castillo Díaz y Clemente Mejía Ávila, las más grandes figuras de la natación y el buceo forjadas en la bahía de Acapulco (sin apodos) .

Chilpancingo

La Rotonda de Chilpancingo, por su parte honra a maestros, músicos, poetas militares y políticos. Entre ellos los generales Diego Alvarez, Silvestre Castro, Tomás Gómez, Canuto Neri y Heliodoro Castillo. Maestros como Francisco Granados Maldonado, Rubén Mora y Elías Ramírez. Los poetas Eusebio S. Almonte y Juan García Jiménez. El compositor Margarito Damián Vargas y el ingeniero agrónomo Manuel Meza Andraca. Los gobernadores Diego Álvarez, Rodolfo Neri Lacunza, Baltazar R. Leyva Mancilla, Gerardo Rafael Catalán Calvo, Alejandro Gómez Maganda, Francisco Ruiz Massieu y Alejandro Cervantes Delgado.

Columna de la Independencia

Los principales personajes del movimiento independentista de 1810 fueron reunidos a partir de 1925 en la Columna de la Independencia, del Paseo de la Reforma de la ciudad de México. Entre ellos don Miguel Hidalgo y Costilla, Don José María Morelos y Pavón, doña Leona Vicario, Ignacio Allende, Ignacio Aldama, Francio Javier Mina, Mariano Matamoros, Guadalupe Victoria, Mariano Jiménez y por supuesto los paisanos Vicente Guerrero y Nicolás Bravo.

Panteón de San Fernando

El panteón de San Fernando es el más antiguo de la Ciudad de México. Allí destaca un mausoleo fastuoso, digno de un soberano, que guarda los restos del presidente Benito Juárez García y su austeridad republicana. Ordenó su edificación el presidente Porfirio Díaz pretendiendo seguramente una réplica del Partenón griego. Dieciséis columnas soportan un techo de cantera simulando el edificio clásico. Sobre el catafalco, la figura marmórea del Benemérito envuelta en una túnica blanca y cuya cabeza reposa en el regazo de una figura femenina (La Piedad de Miguel Ángel), representando a la Madre Patria. El rostro sereno de Juárez corresponde a la mascarilla impresa a la hora de su muerte. Una obra cuya ejecución les llevó ocho años a los artistas más destacados del momento.

Cerrado por órdenes del presidente Juárez, San Fernando será reabierto en 1828 sólo para la inhumación de sus restos. Se le reunirán su esposa Margarita Maza, fallecida año y medio antes que él y más tarde cinco de sus 12 hijos: Guadalupe, Amada, Francisca, José María y Antonio.

Miramón

La tumba del Benemérito quedará a pocos metros de la del general Miguel Miramón Torelo, cuya familia reaccionará indignada ordenando la inmediata exhumación de sus restos para inhumarlos en la catedral de Puebla. Y era que, como se sabe, el presidente Juárez había firmado su sentencia de muerte, junto con la del también general Tomás Mejía. Ambos declararán un honor inmerecido morir fusilados junto con su emperador Maximiliano . (Las tres M de muerte)

También reposan en la que fue la primera Rotonda de los Hombres Ilustres de México, los despojos mortales de José María Arteaga (cuya calle en Acapulco fue rebautizada como Teniente Azueta); el periodista Francisco Zarco, el general Ignacio Comonfort (administrador de la aduana de Acapulco en tiempos de Santa Anna); el ex presidente José Joaquín de Herrera (autor del decreto que crea el estado de Guerrero); el político e historiador Mariano Riva Palacio y su esposa Dolores Guerrero (hija del general Vicente Guerrero).

Ignacio y Rafaela

El general Ignacio Zaragoza, sepultado junto con su esposa Rafaela Padilla, será exhumado para ser trasladado a un monumento dedicado a él en Puebla, entre los cerros de Loreto y Guadalupe. La vida sentimental de la pareja, a propósito, no fue ciertamente una novela rosa.

A la regiomontana Rafaela Padilla le costará mucho trabajo convencer al tímido Ignacio de unir sus vidas luego de un corto noviazgo. Lo logra finalmente y fijan la fecha de la boda, no sin reticencias familiares. Llega el día y en lugar de caras alegres hay en la casa de la novia gritos y reproches. El general Zaragoza se ha disculpado no poder asistir a las ceremonias civil y religiosa a causa de sus deberes militares. Envía, sin embargo, a un hermano para que lo represente ante el juez y el cura. Rafaela se impone a los suyos aceptando casarse en aquellas circunstancias, nada ortodoxas para la época.

Pese a todo, los Zaragoza-Padilla recibirán a su tiempo la bendición de una hermosa bebita. La felicidad será, sin embargo, fugaz. Doña Rafaela fallece en enero de 1862 y Don Ignacio apenas si tiene tiempo de llorarla y encargar a su hijita con familiares. Y era que el presidente Juárez le había encomendado el mando del Ejército de Oriente para contener al invasor. Aun cargando el dolor por la pérdida de su esposa y la angustia por el destino de su pequeña hija, el militar derrota a los franceses en Puebla, el 5 de mayo de 1862 . “Las armas nacionales se han cubierto de gloria”, reza el lacónico telegrama del vencedor a su comandante supremo. Destino cruel: morirá cuatro meses más tarde, a los 33 años, víctima de tifoidea.

Isadora Duncan

Alguien seguramente muy poderoso abrirá de nuevo las puertas del panteón de San Fernando solo para levantar un cenotafio (monumento funerario sin restos mortales). dedicado a Isadora Duncan. La excelsa bailarina estadunidense, considerada como la madre de la danza moderna, había fallecido en 1927 víctima de un accidente automovilístico ocurrido en Niza, Francia. La dama conducía a gran velocidad su auto deportivo descapotable y en un momento dado la punta de su larga bufanda es atrapada por una de las llantas traseras. Su muerte será instantánea, atroz. La Duncan descansa en el cementerio de Pére-Lachaise, de París, y es vecina de Edith Piaf, Colette y María Callas.

Panteón Civil de Dolores

El panteón Civil de Dolores de la ciudad de México se funda en 1874 y su primera residente es la señora Dolores Mugarreta de Gayosso, de la que toma el nombre. Será más tarde cuando el presidente Sebastián Lerdo de Tejada quien disponga la apertura de una sección del mismo dedicada a honrar a mexicanos hombres y mujeres notables en el quehacer humano. El primer habitante de la misma será el general zacatecano Pedro Letechipia, destacado combatiente contra el ejército francés. Misma sección continúa siendo hoy la Rotonda de las Personas Ilustres, figurando entre ellas.

Francisco Xavier Clavijero, los guerrerenses general Juan Álvarez y el poeta y periodista Ignacio. M. Altamirano, Mariano Escobedo, Valentín Gómez Farías,. Mariano Arista, Ponciano Arriaga, Santos Degollado Felipe Berriozabal, Emilio Carranza, Jesús González Ortega, Donato Guerra, Ignacio Mejía, Sebastián Lerdo de Tejada, Eligio Ancona, Manuel Azpiroz, Diódoro Corella, Francisco Díaz Covarrubias, Manuel González Flores, Juan José de la Garza, Ricardo Flores Magón, Amado Nervo, Mariano Escobedo, Salvador Díaz Mirón, Andrés Quintana Roo, Doctor Atl, Francisco González Bocanegra, Melchor Ocampo, Gabino Barreda, Jaime Nunó, Guillermo Prieto, Justo Sierra.

David Alfaro Siqueiros, Ramón López Velarde, Dolores del Río, Silvestre Revueltas, José Clemente Orozco, Agustín Lara, Diego Rivera, Rosario Castellanos, Virginia Fábregas, Carlos Chávez, Antonio Caso, Juan O’Gorman, Francisco Sarabia, Octavio Paz, Ignacio Chávez, Julián Carrillo, Nabor Carrillo, Heberto Castillo, Rosario Castellanos, Emma Godoy, Edmundo O’ Gorman, Pablo Moncayo, Francisco Martínez de la Vega, María Lavalle Urbina y cien más.

Monumento a la Revolución

Las columnas del monumento a la Revolución (fallido palacio Legislativo del porfiriato) guardan los restos de don Francisco I. Madero, Venustiano Carranza, Francisco Villa, Plutarco Elías Calles y Lázaro Cárdenas.

Panteón francés de La Piedad

Fundado por particulares en la ciudad de México (1850), siguiendo el modelo arquitectónico de los cementerios de París y Londres, el panteón de La Piedad recibió difuntos franceses o su parentela mexicana, durante doce años. Será el presidente Juárez quien disponga abrirlo a toda la población. Sus habitantes notables:

Vito Alesio Robles, autor de Acapulco en la Historia y la Leyenda, Carmen Alardín poeta y escritora, Salvador Alvarado, Ricardo Flores Magón, Manuel Gutiérrez Nájera, Amalia Hernández, directora del Ballet Folklórico Mexicano y los actores Ernesto Alonso, Agustín de Anda, Mauricio Garcés y Jaime Garza. 

Panteón francés de San Joaquín

A la saturación de La Piedad en 1942 se abre el panteón de San Joaquín, también conocido como Legaria. Alberga a personajes notables como los ex presidentes Adolfo de la Huerta, Manuel Avila Camacho y José López Portillo. Artistas como María Félix y su hijo Enrique Alvarez, Miroslava Stern, Emma Roldán, Clavillazo y José José.

Panteón Español

Fundado en 1886 como parte del Hospital Español y exclusivo para personas proveniente del país europeo, se abrirá más tarde a ciudadanos mexicanos. Alberga importantes personajes y entre ellos los ex presidentes Miguel Alemán Valdés y Luis Echeverría Alvarez. Y artistas como Sara García, María Grever, Mario Moreno Cantinflas, Paco Stanley y Carmen Salinas

Panteón Tepeyac

Localizado en el cerro del Tepeyac con data de 1740 es la última morada de personajes como Antonio López de Santa Anna, Delfina Ortega de Díaz (primera esposa del presidente Díaz), Xavier Villaurrutia y Gabriel Mancera .

Panteón Jardín

El Panteón Jardín fue abierto en mayo de1846 un siglo más tarde una de sus secciones será adquirida por Jorge Negrete para uso exclusivo de los miembros de la a Asociación Nacional de Actores, por él dirigida. La saturación del especio obligará ocho años más tarde a su ampliación. Así, ambos lotes han sido durante cinco décadas el lugar de descanso de los artistas mexicanos y entre ellos se cuentan

Jorge Negrete, David Silva, Nelly Montiel, Chato Ortin, Fernando Soto Mantequilla, Angel Garasa, Pedro Armendariz y Carlos Oreñana. Doña Prudencia Grifell y sus hijos Paquito Martínez y Maruja Grifell, Oscar Ortiz de Pinedo, su esposa Lupita Pallás y su hija Laila Guadalupe Ortiz. Los hermanos Soler, Andrés, Domingo, Julián y Mercedes, esta última esposa del actor argentino Alejandro Cianguerotti, inhumado junto a ella.

Viridiana Alatriste, Miguel Inclán, Carlos López Moctezuma, Miguel Torruco, Fanny Cano, Blanca Estela Pavón, Javier Solís, Manolo Fábregas, José Elías Moreno, Teresa Montoya, Pina Pellicer, Seki Sano, Enrique Rambal, Elvira Quintana , Fanny Cano, Claudio Brook, Carlos Ancira, Armando Soto La Marina, El Chicote, Kiko Meyer, Marcelo Chávez, Alvaro Carrillo, Mario Molina Montes, Víctor Cordero y Pedro de Urdimalas .

Pedro Infante

Son muchos más los artistas sepultado en el lote de actores del Panteón Jardín, advierte su administrador, pero solo una tumba recibe flores frescas durante todo el año: la de Pedro Infante, por supuesto. Revela, además, una vieja conseja del cementerio. Que a la muerte de su padre, Infante contrató su propio espacio buscando que este quedara cerca de la tumba de Blanca Estela Pavón, su Chorreada.