12 diciembre,2022 9:34 am

Muestra la industria editorial mexicana leves signos de recuperación tras la pandemia de coronavirus

En 2020 el sector facturó 8 mil 469 millones de pesos; en 2021, 9 mil 466 millones y se espera que en 2022 la cifra alcance los 9 mil 866 millones de pesos

Ciudad de México, 12 de diciembre de 2022. La industria editorial mexicana muestra leves signos de recuperación tras más de dos años atípicos por la pandemia.

De 2019 a 2020, el sector dejó de facturar 2 mil 764 millones de pesos, lo que representó una caída de 24 por ciento de un año a otro, pero la brecha se ha ido cerrando y la venta ha remontado, relata el presidente de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana, Hugo Setzer Letsche.

En 2020, por la venta de libros el sector facturó 8 mil 469 millones de pesos; en 2021, 9 mil 466 millones de pesos y se espera que en 2022 la cifra alcance los 9 mil 866 millones de pesos; un incremento de 16 por ciento respecto a las ventas registradas hace tres años.

“Estos datos nos dan una imagen más clara de lo que sucedió en la pandemia, porque hasta el año pasado teníamos solamente la fotografía de 2020, que fue el año de mayor afectación; en 2021 todavía había una actividad tranquila, con el cierre de librerías y algunos establecimientos y eso siguió causando una afectación, pero me parece que los números de 2021 nos permiten ver cuál fue el impacto ya de todo este periodo de pandemia de prácticamente de más de dos años”, resalta Setzer Letsche.

La producción editorial también bajó con la emergencia sanitaria. En 2019 se publicaron 118.9 millones de ejemplares y el estimado de cierre para 2022 será de 92.9 millones de libros, es decir 26 millones de volúmenes menos que en 2019.

“La pandemia tuvo un impacto muy fuerte en la industria editorial por supuesto, en donde se ve una disminución en la producción, prácticamente todas las editoriales reducimos nuestra producción debido a la incertidumbre, para proteger los flujos de capital y la inversión, se nota un poco diferente el tema de la facturación porque algunas ventas fueron de los inventarios que ya tenían las editoriales; la caída más fuerte está en la producción pero en temas de facturación mejoró”, advierte Setzer Letsche.

En el marco de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, la Caniem presentó su anuario de estadísticas 2021. Los indicadores 2022 empezarán a elaborarse en los siguientes meses con las estimaciones y datos de venta de los asociados a esta cámara empresarial. Aunque las cifras actuales están lejos de 2019, hay signos de mejoría y ascenso y 2023 será definitivamente el año de la recuperación, reitera el presidente de la Caniem.

“Todavía no tenemos las cifras de 2022, pero ciertas estimaciones e indicadores, como lo exitosa que fue la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, nos ha dado un ánimo renovado, diferente, hubo muchísima gente dentro de la feria, no solo comprando; todavía no tenemos datos de nuestros afiliados de cómo estuvieron las ventas, pero en términos generales la feria se sintió muy bien, es un buen indicador y estamos apostando porque el 2023 sea un año de recuperación”, manifiesta Setzer Letsche.

La titular de la FIL Guadalajara, Marisol Schulz, coincide. La también editora y gestora cultural ha expresado que el sector ha mostrado señales de recuperación y que en efecto la fiesta editorial ha sido la esperanza para muchos editores.

Independientes, en desventaja

La crisis le ha pegado sobre todo a las pequeñas editoriales y a las librerías independientes. Algunos sellos y establecimientos pudieron sobreponerse con la puesta en marcha de sistemas para fortalecer el comercio electrónico, incluso se abocaron a producir más libros electrónicos, pero todavía hay un largo trecho por recorrer.

Aunque no representa todavía un canal de comercialización importante para la facturación de libros en México, el comercio electrónico creció 96 por ciento de 2019 a 2020, con ventas por mil 398 millones de pesos, pero apenas representó 1.4 por ciento del total de la facturación de 2020.

Esto es muestra del crecimiento exponencial que tiene esta forma de distribución, pero hay todavía condiciones desiguales de desarrollo, narra Édgar Tapia, secretario de la Red de librerías Independientes (Reli), que se fundó hace cuatro años y agremia a más de 50 librerías en el país.

“Las grandes librerías se volcaron a las ventas en línea, incluso estuvieron rebasados en capacidad, fue un canal que creció muchísimo durante la pandemia, pero muchas pequeñas librerías no tuvieron la infraestructura para hacerlo de manera inmediata y nos vimos en la necesidad de ser muy creativos; básicamente las redes sociales y la comunidad misma nos apoyó mucho porque se apropiaron de los espacios y los apoyaron”, expresa Tapia.

Durante 2020 y 2021 surgieron muchos sitios de venta de libros en línea, que no contaban con una librería física, esa ha sido una tendencia que se ha mantenido, precisa Tapia, pero uno de los objetivos de los pequeños establecimientos es que los lectores regresen de manera presencial.

“Surgieron muchas librerías en pandemia que empezaron de manera digital pero apenas este año se empezó a ver un esfuerzo para trasladarse a una tienda física, hay una tendencia de gente que le interesa mucho abrir esos espacios, pero hubo librerías que tuvieron que cerrar y migraron al formato digital, de la Red cerraron siete librerías sobre todo en Querétaro, Estado de México y Jalisco; algunas no podrán regresar y otras han tomado un respiro en esta parte digital”, abunda Tapia.

Víctor Campa, titular de la Asociación de Autores Independientes, que congrega a media centena de escritores en varios estados del País, incluido Jalisco, manifiesta que el sector del libro empieza a despertar, a reactivarse tras años muy difíciles.

“Ferias del libro como la de Guadalajara y otros eventos dedicados a la literatura han dejado de manifiesto que todos queríamos regresar, encontrarnos en torno al libro, se nota gran entusiasmo y no solo es, los lectores están consumiendo muchos libros”, percibe Campa.

El presidente de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana, Hugo Setzer Letsche, completa que el segmento del libro electrónico también ha crecido en estos tres años. No significa todavía un nicho importante para la facturación, pero empieza a destacar.

La venta de ediciones digitales alcanzó el valor de 368 millones de pesos durante 2020, lo que significa un incremento de 58 por ciento en comparación con el monto de 2019. Aunque de 2020 a 2021 la cantidad bajó a 347 millones de pesos, Setzer Letsche recalca que la tendencia  crecerá en los siguientes años.

Falta política de impulso

Para que el sector editorial no solo despierte, sino que retome el vuelo, requiere ayuda e impulso desde el Estado, con políticas públicas que favorezcan su distribución no solo en México, sino en el extranjero, califica el editor y presidente de la Caniem, Hugo Setzer Letsche,

Las librerías en México no pueden acceder a la tasa cero, es decir exención del pago del Impuesto al Valor Agregado por la compra o venta de libros.

Para la ley de Ingresos 2023, la Secretaría de Hacienda proponía eliminar un estímulo fiscal a las librerías, con facturaciones menores a 6 millones de pesos al año. Al final, ante los reclamos de la industria, el Congreso de la Unión aprobó no retirar el subsidio al pago del Impuesto Sobre la Renta, que quedó en 8 por ciento.

“Nos hace falta tener una visión integral de la importancia de la lectura y el libro como un detonante del desarrollo económico y cultural del País; teniendo esta visión se deberían desarrollar una serie de políticas públicas en torno a la lectura y el libro

“Tenemos algunos aspectos muy desarticulados: varios países que apoyan al libro y la lectura tienen una exención del IVA en el libro; México se queda corto porque es inexplicable que esta tasa cero no se aplique a las librerías, ahí se rompe el eslabón más débil que son las librerías y me parece que pone en evidencia la falta de visión integral de apoyo y fomento al sector”, lamenta Hugo Setzer Letsche.

Texto: Agencia Reforma / Foto: Twitter