Margarita Warnholtz
Hoy es el Día Internacional de la Mujer, fecha que conmemora más que nada la lucha de las mujeres y la conquista de sus derechos, muchos de los cuales no han llegado, en los hechos, a las indígenas, que además viven en su mayoría en condiciones de marginación. Sin embargo, son cada vez más las que consiguen hacer respetar sus derechos y mejorar sus condiciones de vida a través del trabajo y el esfuerzo compartido. Ejemplo de ello son Notimia y Kinal Antzetic (en tzeltal “Tierra de mujeres”).
Notimia es una agencia de noticias creada por mujeres indígenas y afrodescendientes de distintos países que están organizadas en redes de comunicadoras. Esta organización la inició la Alianza de Mujeres Indígenas de Centroamérica y México al darse cuenta, en varios encuentros de comunicadoras, de la necesidad de fortalecerse y de crear un espacio para difundir información sobre mujeres indígenas y afrodescendientes. La agencia comenzó a operar en 2017 con alrededor de 300 comunicadoras de la región, entre las que se encuentran periodistas, comunicólogas, fotógrafas y videastas. A ellas se han unido mujeres de pueblos originarios de otros países del mundo.
Entre sus objetivos –mencionados en su portal de internet– se encuentran “informar y formar comunicadoras de los pueblos indígenas y afrodescendientes en el uso y manejo de las nuevas tecnologías con un sentido social, político, cultural y de medio ambiente enmarcados en los derechos humanos y de género” y “visibilizar el pensamiento indígena, liderazgos de mujeres y casos de éxito, convocatorias, problemáticas, propuestas, formas de vida, entre otros temas”.
La información que difunden es básicamente sobre procesos organizativos en las comunidades y sobre mujeres que han destacado por sus aportes a los pueblos indígenas y además dan cobertura noticiosa a eventos que se llevan a cabo en sus respectivos países o internacionales, como el Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas de la ONU.
Por su parte Kinal Antzetik es una organización en la que participan mujeres indígenas y no indígenas. Entre sus principales objetivos está el de fortalecer los procesos organizativos de las mujeres de los pueblos originarios para avanzar en el conocimiento y la exigencia de sus derechos y para mejorar sus condiciones de vida. En su trabajo, el tema de la salud sexual y reproductiva es prioritario. Su labor se concentra en Guerrero, Chiapas y Oaxaca y además asesoran a organizaciones en otros estados. Trabajan con las parteras de las comunidades para rescatar y fortalecer sus conocimientos, han apoyado la creación de casas de salud para mujeres indígenas, han formado promotoras de salud y han generado redes de promotoras y de parteras.
Lo interesante y productivo de su trabajo, es que al formar a mujeres de las comunidades, se logra que sean ellas quienes apoyen a otras mujeres en lugar de depender de servicios de salud externos o gubernamentales que generalmente no funcionan. Mujeres que replican entre sus pares lo que aprenden en la escuela de Kinal, y brindan apoyo en cuestiones de métodos anticonceptivos, violencia intrafamiliar, y atención a mujeres embarazadas, entre otras. Son ya cientos, si no es que miles, las mujeres indígenas que trabajan en sus comunidades estos temas.
Como éstas hay cientos de organizaciones de mujeres indígenas en todo el país y miles en todo el mundo, que trabajan e inciden desde nivel comunitario hasta nivel internacional. Son ellas, las mujeres organizadas de los pueblos indígenas, las que han conquistado poco a poco sus derechos. Falta mucho por hacer, aún hay millones de mujeres indígenas en todo el mundo que no gozan de sus derechos más elementales, pero cada vez son menos.
