3 febrero,2024 5:17 am

¡Ni un paso atrás!

Héctor Manuel Popoca Boone

El título de la presente entrega fue la principal consigna pronunciada por la gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado Pineda, en la toma de protesta del general Tomás Solano Rivera, como secretario de Seguridad Pública Estatal sugerido por el presidente de la República.

Para que no hubiera dudas de la designación, vino exprofeso el secretario de la Defensa Nacional, Luis C. Sandoval Cervantes a la ceremonia protocolaria mencionada. Con este evento quedó totalmente militarizada la seguridad pública estatal: Es el “Humanismo Mexicano” al puro estilo morenista.

Las frases públicas expresadas por la gobernadora en esa ceremonia, me recordaron aquella pronunciada el siglo pasado, por el dictador José Stalin, que tenía bajo su férreo poder, el gobierno de la otrora, Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) cuando estaba inmersa en una guerra frontal contra la invasora Alemania Nazi (1941-1945). En la Segunda Guerra Mundial quedó plasmada la letal “Orden Militar 227. Ni un paso atrás” de José Stalin; convertida en el lema principal de lucha de resistencia antifascista soviética, consistente en los disparos de ametralladoras de retaguardia, contra todo soldado soviético que, en el fragor del combate contra los alemanes, flaqueara, se detuviera, o tratara de retornar, si no mediara orden jerárquica suprema. Ese era el letal “fuego amigo”. De tal suerte que a los soldados no le quedaba de otra más que avanzar, no importando cuán grande o pequeño fuera el poder de fuego del enemigo al que se enfrentaban. Retroceder era símbolo de cobardía o traición. Les acechaba la muerte por delante y por detrás. La orden militar susodicha quedó abolida poco tiempo después, por sus efectos contraproducentes en la moral del ejército rojo.

Esa frase es ahora una de las tantas arengas contundentes e infértiles de la gobernadora: “No habrá ni un paso atrás en el combate a la delincuencia, ni un paso atrás en el fortalecimiento de las instituciones, ni un paso atrás en el combate a la corrupción y la impunidad, ni un paso atrás hasta lograr las condiciones de paz, seguridad y bienestar para todas las regiones de Guerrero”. En lo que llevamos de este gobierno subnacional, hemos dado tantos pasos atrás en esos aspectos, que la estaliniana “Orden Militar 227” habría ya pasado por las armas a casi todo su equipo de trabajo, incluyéndola a ella y a su “papá incómodo”.

Dan cuenta de los fracasos y retrocesos en materia de gobernabilidad: los homicidios; la corrupción interna y externa; la delincuencia simple y organizada; la impunidad rampante y descarada; el anárquico y deficiente “gabinete de la tómbola”; el gasto público desordenado y poco transparente; la inseguridad pública reinante en todas las regiones; los múltiples engaños y promesas públicas incumplidas; la entronización del hampa organizada; la descoordinación en los gobiernos municipales; los colapsos financieros intermitentes en materia educativa y de salud; la economía desquiciada bajo el terror de la extorsión y la inmovilidad social, … ¡Uf!

La mera verdad y de acuerdo a la cruda realidad que vivimos en Guerrero, existe un muy mal gobierno estatal que el vaticinio es que no dure más de un año, dado el grado de la inestabilidad existente. Necesariamente habrá que dar paso a un gobierno de coalición, para evitar el total naufragio estatal; que no se ha dado gracias a la mano auxiliadora del que hacedor estatal y que detenta el gobierno federal. Pero este apoyo no puede ser permanente, máxime en un año electoral y terminal donde infinidad de problemas en todo el país requerirán de la atención presidencial; así como la dedicación a la debida terminación de sus programas estratégicos emblemáticos.

PD1. La salida del político militante, Mario Moreno Arcos, desfondó al PRI-Guerrero. Ese partido político se autoliquidó, por la excesiva ambición, egoísmo y mafioso accionar de sus dirigentes. Solo podrá revivir cuando nuevas generaciones de jóvenes tomen las riendas del partido, para luchar no por intereses particulares o de secta, sino por los genuinos principios y programa de lucha partidaria que le dieron origen. Los propios ratones royeron paulatinamente su madriguera. Doble ¡Uf!

P2. Se va del PRI también el ex gobernador, Héctor Astudillo Flores, sin haber rendido nunca el informe desglosado de los mil 500 millones de pesos del presupuesto estatal, que dice haber gastado durante el combate al Covid-19; así como no transparentar el oscuro caso de corrupción de la demolición de la biblioteca del Congreso local en contubernio con la actual gobernadora estatal y la Junta de Coordinación de los diputados locales de mayoría morenista, en ese entonces. Triple ¡Uf!

P3. Siempre hay un tiempo finito para la vigencia de la estulticia política. Es cuestión de saber esperar con infinita paciencia la llegada de una democracia menos mercantilizada y por ende una clase política menos corrupta.

 

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