30 marzo,2021 4:56 am

No pudo la Familia Michoacana tomar el ejido Guajes de Ayala, pero tiene sitiados diez pueblos

 Más de la mitad de las familias se desplazaron a Coyuca de Catalán o Petatlán tras el enfrentamiento del 25 de febrero. Otras se concentran en El Pescado. Por amenazas ya nadie puede salir y nadie de afuera puede traer víveres o ayuda. Piden ayuda humanitaria de la ONU

Hacienda de Dolores, Guerrero, 30 de marzo de 2021. En el ejido Los Guajes de Ayala, municipio de Coyuca de Catalán, la violencia desplazó a más de la mitad de sus habitantes después de la incursión de la Familia Michoacana (FM) el 25 de febrero, donde se dio un enfrentamiento contra los pobladores que evitaron que el grupo tomara su territorio.

Hacienda de Dolores fue una de las comunidades atacadas y ahora abandonadas, miembros de la FM entraron a las casas, se apoderaron de las familias y se enfrentaron durante 8 horas a un grupo pequeño de pobladores que defendió su pueblo.

“Parecía una zona de guerra, el grupo (que atacó) llegó en camionetas, comenzó a disparar y la gente corrió a resguardarse en las casas o donde pudieran, muchas mujeres y sus hijos fueron encerradas y amenazadas con matarlas”, comenta Víctor, uno de los desplazados que ahora vive en El Pescado.

Versiones de los habitantes señalan que el grupo atacante era de al menos 50 hombres fuertemente armados que llegaron en cinco camionetas, tomaron el pueblo, saquearon las viviendas y dejaron destruida la escuela primaria que era la más grande del ejido de Los Guajes.

En esta comunidad todos los habitantes huyeron tras los enfrentamientos, las casas de madera quedaron con las puertas abiertas, con los muebles destruidos y la ropa tirada en el piso. Los techos de lámina perforados por las balas disparadas durante el enfrentamiento.

En la escuela destruyeron el mobiliario, el equipo de internet y los pocos libros y cuadernos que los niños dejaron después de la suspensión de clases presenciales el año pasado por la pandemia de Covid-19. La dirección y el cuarto donde dormían los maestros quedó saqueado y con sus pertenencias tiradas.

En Hacienda de Dolores no queda ni un alma, sólo animales que al no tener quien los alimente entraron a las casas para comer el maíz que las cosechas les dejaron a los pobladores para pasar el año. Hay ganado muerto y algunos perros aprovechan para alimentarse.

“Las familias salieron sin llevarse nada, se quedaron los cuches, vacas, chivos, gallinas, todo eso. La gente tiene miedo, no va a regresar y en los radios (de frecuencia) nomás se escuchan los malos decir que ‘ya vamos por ustedes’ y por ese temor nos salimos”, expresó Víctor durante un recorrido realizado el sábado por algunos medios de comunicación.

En la comunidad cercana de Los Guajes de Ayala se dio otro enfrentamiento, a ese lugar entró caminando un grupo de la FM de al menos 150 sicarios. Los pobladores del ejido se enfrentaron y aseguran que hubo más de una decena de víctimas, aunque oficialmente las autoridades no reportaron ninguna.

En el punto del enfrentamiento aun quedan casquillos percutidos, ropa y cobijas que “eran de los atacantes”. Se ven huellas de balas en las ramas de los árboles y algunos rastros de sangre en las piedras.

Luego de los enfrentamientos los habitantes de El Ceibal, Los Órganos, Los Ciruelos, Los Potreros, El Tejón, Los Magueyes, Guajes de Ayala, Gachupines, Piedra Colorada y Pachecas salieron de sus casas para refugiarse en El Pescado.

En El Pescado está la única tienda grande del ejido que surtía de víveres a los demás pueblos. Antes de la incursión de la FM la tienda comercializaba  arroz, frijol, azúcar, huevo, aceite comestible, refrescos, jabón, papel de baño, entre otros insumos del hogar. Ahora los anaqueles se encuentran vacíos “debido a que no pueden bajar a comprar (a Coyuca de Catalán) porque los tienen amenazados”, dice el tendero.

Los familiares que se encuentran fuera del ejido tampoco pueden enviar nada porque “es una pena de muerte para cualquier persona que traiga cualquier cosa, no los dejan pasar y a nosotros ni salir”, comenta uno de los refugiados en El Pescado.

Los pobladores que lograron salir tuvieron que caminar por los cerros para poder llegar principalmente a Coyuca de Catalán o a Petatlán, porque el camino principal “fue bloqueado con zanjas y la gente tienen miedo de que (la FM) tome represalias”. 

Piden ayuda a la ONU

Javier Hernández es el líder visible del ejido de Guajes de Ayala, desde hace varias semanas constantemente había denunciado en los medios la amenaza de una incursión armada del grupo de los hermanos Espino Cortés que pretende llevarse la madera de sus bosques.

Desde el 20 de febrero declaró que los pueblos que conforman el ejido estaban rodeados y que habían cerrado el paso al municipio. Pidió la intervención de los tres niveles de gobierno para que les mandaran seguridad y evitar enfrentamientos.

“Nosotros queremos que el gobierno mexicano tome su papel de responsabilidad, para que pueda dar en este caso seguridad a las familias, no solamente a nosotros sino a todo el estado, a toda la sierra, pues en muchos lugares se vive el mismo problema de inseguridad”.

Ahora el líder del ejido pide la intervención de la Organización de la Naciones Unidas (ONU) “dado que el gobierno no se está haciendo cargo de los ciudadanos, de la seguridad de los pueblos”.

Además, está demandando ayuda humanitaria por la escasez del alimento al no tener “los enseres básicos de cocina, la canasta básica, no hay nada, y pues parece no importarles y esto debido a que estamos completamente bloqueados aún o rodeados por el crimen organizado”.

El día del enfrentamiento los hombres del ejido llevaban semanas apostados en los cerros esperando ser atacados, vigilando día y noche.

“Llegaron como 400 personas (armadas), obviamente ya sabíamos que venían y pues la gente, no mucha, pero ya estábamos completamente esperándolos, afortunadamente gracias a eso fue que toda la gente (del ejido) pudo salir ilesa. Ellos traían armas poderosas”.

–¿Ustedes están armados?

–Debo decirlo en realidad, tenemos armas, no las tenemos para andar robando, para andar vandalizando, para extorsionar, para andar cobrando cuotas, como lo hacen estas personas, nuestras armas son precisamente para nuestra defensa personal, en realidad yo lamento, de un cien por ciento de armas que hay en el país, el 80 por ciento de la totalidad está en manos equivocadas en este caso, en manos de civiles y el 20 por ciento está en las fuerzas armadas, en las tropas del Ejército y los diferentes cuerpos de seguridad.

“…a nosotros nos han acechado, nos han amenazado, han desaparecido a nuestra gente, a nuestros amigos, obviamente no podemos venir y hacerles frente con un machete, con una guadaña, como comúnmente se dice, pues porque ellos traen armas poderosas, incluso aquí dispararon con calibre 50 Barrett, con ametralladoras, entonces no podemos repeler una agresión de ese tipo con un machete, precisamente por eso demandamos al Estado mexicano que queremos presencia institucional, que queremos desde luego seguridad, pero el gobierno parece que no se está responsabilizando o tomando sus responsabilidades como debiera hacerlo”.

Guajes de Ayala se encuentra a 4 horas de Coyuca de Catalán y tiene una superficie de 18 mil 20 hectáreas, de ésas solamente 5 mil son maderables.

La incursión de la Familia Michoacana obligó a que al menos mil 50 habitantes de los mil 600 que había salieran de sus comunidades.

Al igual que en otros municipios de la sierra de Guerrero, la caída de precio de la goma de opio ocasionó que grupos de la delincuencia comenzaran a talar ilegalmente los bosques.

Actualmente el ejido es vigilado por un destacamento de militares, Guardia Nacional y Policía Estatal que se encuentran instalados en la escuela primaria de El Pescado.

Texto y foto: Lenin Ocampo Torres