15 septiembre,2021 5:22 am

Nueva situación política en Argentina tras las primarias legislativas

Gaspard Estrada

El pasado domingo los argentinos fueron a las urnas por primera vez desde la llegada de Alberto Fernández a la presidencia. Se trataba de elegir a los candidatos al Congreso, en el marco de las primarias abiertas simultáneas y obligatorias (PASO), que se llevan a cabo de manera periódica desde hace poco menos de una década. Las PASO no definen cargos, pero como todos los argentinos deben votar en ellas sacan una foto de lo que pueden esperar los partidos en la batalla definitiva. En este caso, la carrera termina el 14 de noviembre, cuando se renovará un tercio del Senado y la mitad de la Cámara de Diputados. Hace dos años, cuando las encuestas pronosticaban una pelea competida entre el entonces presidente Mauricio Macri y el entonces ex jefe de gabinete de Néstor Kirchner, Alberto Fernández, este último logró un resultado contundente, que refrendó en las urnas dos meses después. Ahora, las cosas cambiaron –para mal– para el actual inquilino de la Casa Rosada.

Los precandidatos del Frente de Todos, la coalición que respalda al presidente Alberto Fernández, y compuesta en buena medida por miembros del Partido Justicialista (que aglutina al Peronismo) perdieron en 18 de los 24 distritos del país, incluida la provincia de Buenos Aires, bastión de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. El gran ganador fue el otro polo, que reúne al peronismo de derecha, líderes liberales y neoliberales y los restos de la Unión Cívica Radical (UCR), el partido que en 1983 llevó a Raúl Alfonsín al poder. Este resultado fue una gran sorpresa para la clase política –incluyendo al presidente Fernández y sus asesores, así como para las principales encuestadoras del país, que habían pronosticado un resultado mucho más apretado, que inclusive podría ser favorable a la actual coalición gubernamental.

Ante ello, el presidente Fernández prometió escuchar el mensaje de las urnas y corregir errores mientras la coalición que lo apoya se debate ahora entre radicalizarse o cambiar el rumbo. El pasado lunes se habló de cambios en el gabinete. Pero el presidente Alberto Fernández parece poco dispuesto a ceder ante las presiones de los medios y de una parte de su gobierno: al día siguiente de la elección, organizó un evento en la sede de la presidencia de la República donde puso en primera fila a algunos de sus ministros menos valorados por la opinión pública. ¿Cómo explicarlo? El punto central se llama la economía. Desde su llegada a la presidencia, Alberto Fernández ha lidiado con una pésima situación económica, heredada de Mauricio Macri.

Hablamos en particular de los préstamos de la banca internacional y del Fondo Monetario Internacional (FMI), que dejaron al país en una situación de quiebra técnica, lo cual obligó a la nueva administración a llevar a cabo ajustes drásticos y a renegociar la deuda en una posición de fragilidad. Después de obtener un acuerdo con los inversionistas privados, el año pasado, Argentina comenzó a renegociar su deuda con el FMI. Muchos esperaban que un acuerdo podría lograrse en el corto plazo (en particular en los mercados financieros). Pero la estrategia de Alberto Fernández ha sido otra: prefirió esperar a que pasaran las PASO para que el impacto político y económico de un acuerdo con el FMI se sienta con mayor fuerza durante las elecciones de noviembre.

Es en este sentido que el presidente argentino parece dispuesto a mantener su estrategia político-electoral de medio mandato. El problema para él es que los resultados electorales adversos de las PASO fragilizan su posición en su negociación frente al FMI. Y sin medidas inmediatas que mejoren lo antes posible el crecimiento económico y el consumo de las familias, será difícil para Alberto Fernández retener el control del congreso y la iniciativa política de aquí al final de su mandato, en 2023. Dos meses lo separan de la elección legislativa. Puede ser mucho tiempo, pero también puede ser demasiado poco para cambiar las cosas.

 

* Director Ejecutivo del Observatorio Político de América Latina y el Caribe (OPALC), con sede en París.

 

Twitter: @Gaspard_Estrada