27 febrero,2024 11:40 am

Pide la UTD democratizar el transporte para evitar que lo controle el crimen

 

Solicita Apolinar Segueda a la gobernadora Evelyn Salgado, alcaldes y diputados acciones para evitar la violencia contra choferes que asegura que está relacionada con la entrega “perversa” de concesiones

 

Chilpancingo, Guerrero, 27 de febrero de 2024. El dirigente de la Unión de Transportistas Democráticos (UTD), Apolinar Segueda Dorantes, denunció que el servicio del transporte público en la entidad se encuentra “narcotizado” incluso en municipios de la región Montaña. 

Solicitó a la gobernadora Evelyn Salgado Pineda, a alcaldes y a diputados locales, acciones para evitar la violencia contra los trabajadores del volante que se ha intensificado en los últimos años.

Acompañado de trabajadores del volante de Tlapa, tras una conferencia de fundadores de Morena en un restaurante de la capital del estado, informó que en noviembre pasado fue asesinado un chofer del sitio Félix Salgado Macedonio, de la UTD en Tlapa. 

Asimismo, en diciembre en Acapulco, alrededor de la fecha en que mataron al aspirante a la alcaldía de Acapulco, Ricardo Taja, también asesinaron a la pareja de esposos Valentín Gómez y Tomasita Gallo, integrantes de UTD, en su restaurante en Barra Vieja.

Además, indicó que en Chichihualco “deshicieron el sitio Emiliano Zapata de la UTD, tras el asesinato de Raúl Valente Catalán, y en Petaquillas, cortaron en cachitos las lonas de sus oficinas”. 

Añadió que ayer mismo los trabajadores del volante de Tlapa se iban a reunir con el director de la Comisión Técnica de Transporte y Vialidad del Estado de Guerrero, Arturo Salinas Sandoval, para pedir concesiones a los verdaderos trabajadores del volante en Tlapa “sin mochada”.

Esto, porque las concesiones en el estado se han entregado a grupos de la delincuencia organizada, y para que los choferes con antigüedad puedan acceder a éstas, debían pagar 200 y hasta 300 mil pesos, afirmó.

Aclaró que así operó el gobierno anterior, de Héctor Astudillo Flores, donde se entregaron 300 concesiones en Chilpancingo, 100 limpias y 200 sucias chuecas. En Atoyac y Tecpan de Galeana también entregaron permisos sin estudios técnicos, a petición “de un líder mafioso”.  

Mientras la UTD solicitaba una ruta de Chilpancingo a San Marcos, que no ha sido atendida.

“La gobernadora lo sabe, y el senador, Félix Salgado lo sabe, entiendo que el conflicto es grande, y la atención tiene que ver con la democratización del transporte en el país”, dijo.

El también director general en la subsecretaría de Desarrollo Regional del gobierno del estado, recordó que la UTD ha señalado desde 2005 problemas de violencia, aunque todavía no se introducía la mafia en el sector.

“Hoy el transporte en Guerrero está narcotizado. Dígame en qué municipio no hay crimen organizado en el transporte, hasta los más chiquitos de la Montaña”, dijo.

Insistió en el llamado a democratizar el transporte público en el estado, en el marco de una transformación de la 4T, con nuevas leyes porque la legislación actual es obsoleta e inoperante, y con convocatorias transparentes.

Dio la razón al obispo emérito, Salvador Rangel Mendoza, en que la violencia desatada contra choferes y unidades del transporte en Chilpancingo, está relacionada “con la entrega de concesiones que se hace de manera perversa, y el que no acepta estos métodos… nos han asesinado compañeros”.

Indicó el caso de Fermín, el conductor asesinado que encabezaba al grupo de la UTD en Tlapa, “casi queremos correr, pero tenemos principios”.

Incluso, dijo que la UTD vinculada a movimientos sociales tiene capacidad de paralizar Chilpancingo, pero no lo hacen porque no hay oposición en el estado ni en la federación.

También dijo que no quieren “picarle los ojos a ningún grupo mafioso, no queremos problemas con los de arriba, con los de abajo, ni con los de afuera de Guerrero, queremos ejercer como transportistas, a través de métodos institucionales”.

Añadió que, en 28 años, la organización tiene 3 mil concesiones, quizá en la mitad de los 85 municipios, incluidas las ciudades con mayor población, pero no siempre usan sus emblemas porque están amenazados, es el caso de Chilpancingo.

 

Texto: Lourdes Chávez / Foto: Jessica Torres Barrera