7 febrero,2018 5:36 am

Pide el obispo Salvador Rangel la intervención del gobierno federal en Guerrero ante la violencia

El ataque a los sacerdotes fue fortuito y existe una “guerra sucia” en contra de la Iglesia, señala

En la misa del padre Germaín pide el obispo
la intervención del gobierno federal ante la violencia

Ante unos mil 500 asistentes en Apango, dice que espera que los asesinatos de los dos sacerdotes hagan reflexionar a todos para buscar la paz en Guerrero.

Texto: Zacarías Cervantes
Foto: Jesús Eduardo Guerrero

Apango, Guerrero. El obispo de la diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza pidió durante la misa exequial del padre Germaín Muñiz, que la federación voltee a ver a Guerrero para resolver el problema de la violencia que terminó con esta vida y con la del párroco de la iglesia de la Sagrada Familia, en Las Vigas, municipio de San Marcos, Iván Añorve Jaimes.

También pidió a los feligreses que la muerte de los dos clérigos no sea en vano y que sirva para lograr la paz, la tranquilidad y la concordia entre los guerrerenses. “La muerte del padre Germaín nos debe ayudar a reflexionar a todos para que esto no suceda más, ni en la persona de un sacerdote ni en cualquiera de nosotros”.

Los padres Germaín e Ivan murieron atacados a balazos cuando a las 4:30 de la mañana del lunes regresaban de Juliantla, municipio de Taxco, a donde habían ido a la fiesta por el Día de la Candelaria acompañados por otras cuatro personas, tres de ellas que resultaron heridas, una de gravedad.

El obispo celebró la misa a las 12 del día en la iglesia de San Francisco de Asís ante unas mil 500 personas, y con el cuerpo presente del sacerdote asesinado, quien era originario de este pueblo.

De la parroquia el cuerpo del clérigo partió al panteón ubicado a la entrada de la localidad, acompañado por los cientos de feligreses tanto de esta localidad como de Mezcala en donde oficiaba el religioso.

El cuerpo del sacerdote llegó a Apango a las 7 de la tarde del lunes y fue velado en su domicilio en la céntrica calle Guerrero, a las 9 de la mañana de este martes fue trasladado a la iglesia de San Francisco de Asís en donde se realizó el rito acostumbrado por los católicos cuando fallece un sacerdote.

“Que Dios tenga piedad de él, y que su sangre vertida como un mártir de la violencia nos haga reflexionar a todos, y ayude para que tengamos un Guerrero más en paz, más tranquilo y más en concordia”, clamó el obispo ante el féretro sobre el cual se habían colocado sus ornamentos como sacerdote.

Ante una abarrotada parroquia, a donde acudieron 45 sacerdotes que pertenecen a la diócesis Chilpancingo-Chilapa, Rangel Mendoza pidió a sus feligreses a que no pierdan la paz ante la grave situación que se vive en la entidad.

“La Diócesis de Chilpancingo-Chilapa, al igual que la arquidiócesis de Acapulco, como en muchas partes de Guerrero estamos viviendo circunstancias difíciles, desgraciadamente el crimen organizado ha cobrado dos víctimas más en la persona de 2 sacerdotes jóvenes, Germaín e Iván”, lamentó.

El ambiente dentro y afuera de la parroquia, ubicada en el centro de la cabecera municipal era de consternación. Cientos de maceteros con flores rodeaban el féretro, y afuera en el pórtico de la parroquia había varias coronas enviadas por seguidores del cura de 37 años, 12 de ellos oficiando como sacerdote en varios pueblos del centro del estado.

“Una vez más estas tierras se tiñen de sangre inocente y, ahora de sangre sacerdotal”, siguió el obispo rodeado de los sacerdotes de su diócesis.

Ante este problema, llamó a sus feligreses a orar por la paz, por la concordia, por la cordura y por el diálogo, “pongamos lo que está de nuestra parte para que llegue esa paz tan querida por Dios, por Jesús y por todos y cada uno de nosotros”.

Añadió que el asesinato del padre Germaín indudablemente se debe al ambiente de inseguridad que se está viviendo en México y particularmente en Guerrero, y volvió a pedir que se esclarezca este crimen totalmente.

“Dios quiera y lo podamos lograr, no solamente por Germaín y por Iván, sino por todos, porque como vida valemos igual ante Dios, y tan es importante la vida de un sacerdote como la vida de un campesino, de una mujer, o la vida de un niño”.

Rangel Mendoza convocó a sus feligreses a luchar para defender la vida y cuidarla en cualquiera de sus expresiones.

“Que la muerte del padre Germaín y de Iván nos hagan reflexionar a todos, a las instituciones, a la Iglesia, a la sociedad civil, que tenemos que hacer algo por Guerrero, lograr la paz. Tenemos que buscar la paz, tenemos que instruir por la paz, empujar a la gente en favor de la paz para que evitemos todo esto que estamos viviendo, que son hechos lamentables”.

Dijo que por la violencia desde hace tiempo Guerrero ha estado en la ventana del mundo, pues casi todo lo que sucede aquí tiene repercusión internacional.

Entonces llamó a las autoridades federales a que vuelvan sus ojos y su mirada a Guerrero, “y nos tiendan la mano para poder salir de estas situaciones tan difíciles por las que estamos pasando y viviendo”, porque la muerte de los clérigos es consecuencia del clima de inseguridad en la entidad, y que es “una señal de ese estado primitivo que nos da una muestra de cómo está la inseguridad en Guerrero”.

Al finalizar retumbó dentro de la iglesia un minuto de aplausos que pidió el obispo para el padre, “a ti te gustaban mucho los aplausos”, y antes había dicho que también le gustaba la música, esa afición que lo llevó a Juliantla la noche del domingo y al regresar se topó con la muerte.

El féretro con el cuerpo de Germaín salió cargado por sus compañeros sacerdotes, y pasó por una larga valla que los feligreses le abrieron desde el interior de la iglesia de San Francisco de Asís hasta el enrejado que da a la calle, por donde los cientos de familiares amigos y seguidores del sacerdote caminaron hasta la salida del pueblo, acompañando sus restos que fueron depositados en una tumba del cementerio.

El cortejo fúnebre fue acompañado por dos bandas de música de viento que alternaban amenizando temas como: La Rabia, El Pajarito, Muchacho Alegre, El Toro Meco, todas ellas preferidas en los jaripeos.

(En la imagen: Unos mil 500 feligreses de Apango y de Mezcala participaron en el cortejo fúnebre del sacerdote Germaín Muñiz rumbo al cementerio de la primera población, luego de una misa que ofició el obispo de Chilpancingo-Chilapa Salvador Rangel. Una manifestación similar ocurrió en Las Vigas, San Marcos, a donde asistió el arzobispo de Acapulco Leopoldo González a oficiar una misa por el padre Iván Añorve, cuyo cuerpo luego fue trasladado a San Luis la Loma en Tecpan. Hubo llamados en favor de la paz y para exigir justicia. Foto: Jesús Eduardo Guerrero)

Fue un ataque fortuito en la carretera; los
sacerdotes rebasaron a sicarios, dice el obispo

La acompañante que salió ilesa de la agresión en Taxco negó que hubiera una riña en el baile de Juliantla, afirma Salvador Rangel. Existe una “guerra sucia” en contra de la Iglesia, advierte.

Texto: Zacarías Cervantes

Apango, Guerrero. El obispo Salvador Rangel Mendoza rechazó en conferencia de prensa la versión difundida por el gobierno estatal, de que asesinaron a los sacerdotes Germaín Muñiz e Iván Añorve debido a una riña en el baile al que asistieron en Juliantla, municipio de Taxco.

Declaró que Alba Iris, la amiga de Ardelis, hermana del padre Germaín quien resultó ilesa en el ataque, le aseguró este martes que no hubo ninguna riña ni problema alguno durante el baile.

Dijo que también le confirmó la versión de que el ataque se debió a que los sacerdotes y sus acompañantes rebasaron el vehículo en el que iban los sicarios, quienes se habrían molestado y aceleraron para adelantarse, les cerraron el paso y enseguida les dispararon.

El obispo insistió en que la agresión fue “circunstancial y fortuita” y se quejó de que existe una “guerra sucia” en contra de la Iglesia. Reconoció que fue “una imprudencia” que los sacerdotes viajaran a esa hora en una zona peligrosa, y que el padre Muñiz posara en una fotografía con un arma larga, lo que están usando ahora para perjudicarlo.

La noche del lunes el gobernador Héctor Astudillo Flores dijo al noticiero de Radio Fórmula que conduce Carlos Loret de Mola, que según las primeras investigaciones en el baile donde estaban los sacerdotes hubo un altercado porque las jóvenes que los acompañaban no quisieron bailar. El mismo móvil del ataque mencionó el fiscal Javier Oleá Peláez ayer en una conferencia de prensa.

Pero el obispo Rangel Mendoza insistió en que el ataque a los padres en la carretera fue “circunstancial y fortuito”.

Contó que este martes platicó con la amiga de la hermana del padre Germaín, quien resultó ilesa en el ataque, y que la joven le aseguró que no hubo ninguna riña, que siempre estuvieron juntos platicando, y que ellas en efecto salieron a bailar, mientras que los sacerdotes siempre estuvieron sentados en el mismo lugar.

Agregó que el testimonio de la joven le confirmó que el padre Iván, como es canta autor, y el padre Germaín a quien también le gustaba la música y cantar, iban a ofrecer su música a ver si les permitían cantar en ese baile, “eso fue todo, no hubo ninguna disputa, ninguna riña, me lo acaba de confirmar esta mujer que estuvo con los padres”.

En respuesta a la argumentación del gobernador y del fiscal, expresó que la violencia no se puede justificar de ninguna manera.

“De la investigación que se lleva hasta ahorita (por parte de la iglesia), yo sé que fue un mero incidente el que se dio. Desgraciadamente existe esta terrible violencia en el estado, y el delito en estas circunstancias fue haberlos rebasado. En otras ocasiones se ha visto que hay pleitos entre ocupantes de carro a carro y en este caso los agresores actuaron en contra de los padres porque simplemente se enojaron porque los rebasaron”, subrayó.

Nunca se había visto tanta violencia contra los sacerdotes; van 21 asesinados en este sexenio

Lamentó la violencia que en este periodo presidencial lleva ya 21 sacerdotes asesinados en México, “nunca se había visto tanta violencia en contra de los ciudadanos y en contra de los sacerdotes”, declaró.

Dijo que ante este ambiente de violencia había hecho con anterioridad recomendaciones a los sacerdotes, como evitar salir en las noches, “porque desgraciadamente a ciertas horas el crimen organizado se adueña de las carreteras”.

Al respecto reconoció que fue una “imprudencia” que los sacerdotes hayan viajado en la madrugada, “pero acuérdense que era domingo, y el padre Germaín todavía celebró la misa de seis en Mezcala, entonces terminaría a las 7 e imagínese de Mezcala para llegar a Juliantla, ya era tarde cuando llegaron y por eso se les hizo tarde en regresar, “fue una imprudencia venirse de allá a esa hora”.

Pero el clérigo justificó la asistencia de los padres a esa fiesta por el Día de La Candelaria en Juliantla. Aclaró que hay muchas fotografías del padre Iván Añorve que comprueban que él era un canta autor, y que a eso fue desde la Costa Chica a Juliantla, a ofrecer su música, “y fueron a ver si les permitían cantar en esa fiesta popular”.

De la difusión de una fotografía en la que aparece el sacerdote Germaín posando con un arma larga que circuló en las redes sociales después del ataque en el que murió, calificó como una “guerra sucia no se de quién. Me imagino pero no pudiera decir de quién”.

Explicó que la fotografía en la que aparece el padre con el arma es “antiquísima”, y que hace 8 o 10 meses la difundieron, “lo mismo me han sacado a mí una fotografía con unos delincuentes, en Los Hoyos, en la Sierra. Ustedes saben que yo como persona pública hay mucha gente que se retrata junto a mí, yo realmente no los conozco a todos, pero yo fui a la fiesta de San Isidro, fui a hacer mi labor pastoral, a ofrecer los sacramentos y a ofrecer la palabra de Dios, yo no ando metido en otras cosas”, dijo.

Insistió en que es parte de esta “guerra sucia de los enemigos de la Iglesia y enemigos personales que se valen de esto para echar lodo y para echarnos tierra”.

–¿Pero qué explicación le da al hecho de que un sacerdote aparezca con un arma larga?-preguntó el reportero.

–Fue una imprudencia del padre, sabemos que tuvo que relacionarse en Mezcala. Ahí están las minas y el padre se tuvo que relacionar para ver la manera de poder trabajar y atravesar esos territorios donde estaban los narcotraficantes, y fue una imprudencia del padre haberse sacado esa fotografía, pero de que el padre tenía que saludarlos y dialogar con ellos lo tenía que hacer, porque tenía que pasar por su territorio, si no cómo pasaba”, argumentó.

Dios quiera que se aclaren las cosas

El obispo confió en que se van a aclarar las cosas, informó que el gobernador Héctor Astudillo habló con él el lunes y le ofreció que pondrían todo el empeño para tratar de investigar esta situación.

“Dios quiera y se aclaren las cosas para bien de los padres que murieron, para bien de la Diócesis y sobretodo, para que esto sea ocasión para que pongamos todos nuestro granito de arena para que la violencia se detenga en el estado de Guerrero”.

También informó que con el gobernador platicaron desde hace dos semanas en Acapulco con el nuncio Apostólico Franco Coppola, y que estuvo de acuerdo en que haya más acercamiento con él o con otros funcionarios, y Rangel Mendoza consideró que esto servirá para aclarar cosas con las autoridades, “porque se han interpretado mal mis acciones, mis palabras y algunos de sus colaboradores en vez de abonar a esto creo que le han echado más fuego a la lumbre”.

En cuanto al señalamiento de que el Ejército protegió a Raybel Jacobo de Almonte, El Tequilero, el viernes pasado en San Miguel Totolapan en donde hubo cuatro integrantes de una autodefensa muertos, admitió que no está seguro de esa noticia porque no la había escuchado, “pero lo que yo sí digo es que algunos políticos tienen un contubernio con el crimen organizado”.

También insistió en su propuesta de dialogar con los grupos de la delincuencia “y ceder en ciertas cosas”, como ocurrió en Colombia, “yo creo que la paz es un valor grandísimo y vale la pena hacer cualquier esfuerzo para que tengamos paz y tranquilidad en el estado”. Advirtió que seguirá insistiendo al respecto, aunque “hay algunos políticos que se han sentido ofendidos con esa propuesta”.

El obispo dijo que cuando menos a él le ha funcionado el diálogo con estos grupos, y que “por lo menos en algunas zonas yo he podido andar tranquilo y en paz, lo mismo la labor de los sacerdotes ha estado fructífera, ha estado en paz. Yo creo que este diálogo que hemos tenido por lo menos nos sostiene hasta ahorita”.

Aseguró que no ha recibido amenazas del crimen organizado, aunque algunos sacerdotes sí, y que fue lo que le movió dialogar “con estas personas”.

Informó que incluso algunos le dijeron que también quieren la paz, la concordia y que no quieren más violencia. Aseguró que le han dicho que sí, son narcotraficantes, pero que no quieren ser sicarios.

A pregunta de un reportero respecto a si tiene identificadas las zonas de riesgo o de “focos rojos” en Guerrero, contestó: “pues dígame, un alacrán que parte buena tiene, donde quiera que la pise hay peligro. Hay dificultades aquí en Guerrero, como en otras partes del país”.

Fiscal: criminales ejecutaron a sacerdotes porque
ubicaron a Germaín como de un grupo contrario

Al baile en Juliantla “asistieron grupos de la delincuencia organizada que operan en Guerrero, Morelos y el Estado de México” y de éste son los agresores, dice Javier Olea. El párroco Muñiz García fue relacionado con delincuentes que operan en Mezcala, Carrizalillo, Taxco, Taxco El Viejo y parte de Iguala, señala.

Texto: Luis Blancas

Chilpancingo, Guerrero. El fiscal general del estado, Javier Olea Peláez afirmó que los asesinos de los dos sacerdotes y que hirieron a tres personas más la madrugada del lunes en Taxco, pertenecen a un grupo delincuencial del Estado de México.

En conferencia de prensa en las oficinas de la Fiscalía General del Estado (FGE), Olea Peláez detalló que según las primeras investigaciones, lo que desencadenó el ataque armado fue que hubo un conflicto previo en el baile al que fueron en la comunidad de Juliantla, municipio de Taxco, al que asistieron grupos de la delincuencia organizada que operan en Guerrero, Morelos y el Estado de México, y que éstos ubicaron al padre Germaín Muñiz García como parte de otro grupo delincuencial, debido a las fotografías donde posa portando un arma larga y con hombres armados y encapuchados.

El fiscal comentó que para el jaripeo-baile en donde tocó el grupo Bronco, los organizadores no solicitaron seguridad para resguardarlo.

Dijo que se determinó plenamente que los agresores de los sacerdotes “pertenecen y operan con un grupo de la delincuencia organizada del Estado de México”, pero no dio detalles.

El lunes, el obispo de la de la diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza informó que esa madrugada los sacerdotes y sus acompañantes regresaban de Juliantla en donde se celebró el Día de la Candelaria y fueron “atraídos” por los productores musicales que amenizaron, Los Figueroa (José Manuel y Federico Figueroa) y Bronco (de Guadalupe Esparza).

El fiscal relató que las dos víctimas junto con sus acompañantes salieron de la comunidad de Mezcala en Eduardo Neri (Zumpango) a las 7 de la noche del domingo con dirección a Taxco, hicieron una parada en el hotel Argento, solicitaron dos habitaciones, “para después dirigirse a la comunidad de Juliantla en Taxco, donde llegaron a las 10:30 de la noche de ese día, acudieron a un jaripeo-baile que amenizó el grupo Bronco.

Olea Peláez explicó que con base en información de inteligencia, se sabe que al baile acudieron “muchas personas pertenecientes a diversos grupos delictivos, tanto del estado de Guerrero, como de los estados de Morelos y Estado de México”, además no hubo seguridad de la policía municipal, estatal y federal, porque los organizadores del baile no solicitaron el apoyo. Dijo que esto “facilitó que las personas pertenecientes a diversos grupos delictivos acudieran y lo hicieran portando armas de fuego, consumiendo bebidas embriagantes y probablemente drogas”, indicó.

Dijo que antes del ataque donde murieron los dos presbíteros ocurrió un conflicto en el baile donde hubo un percance con los acompañantes de ellos (los sacerdotes). Además al padre Germaín Muñiz lo identificaron como presuntamente involucrado con la delincuencia organizada, debido a las publicaciones en las redes sociales, lo que pudo ser que desató el ataque armado en contra de ellos.

“En las investigaciones se desprende que el sacerdote Germaín Muñiz García fue fotografiado portando un arma larga, y en otra fotografía en compañía de hombres armados, pertenecientes a un grupo delictivo que opera en Mezcala, Carrizalillo, Taxco, Taxco El Viejo y parte de Iguala. Las fotografías circularon en las redes sociales, de lo que deviene que tanto la sociedad como grupos delictivos contrarios observaron dichas imágenes, así como la nota que acompañaba a dichas gráficas, relacionándolo con uno de los grupos delictivos de la referida zona”, declaró.

El obispo confirmó que es el padre Germaín quien aparece en una fotografía con un arma larga que fue subida hace ocho meses a redes sociales, y fue ampliamente distribuida después del crimen, “pero se trata de calentados para magnificar el caso, la foto es antigua”.

Hace ocho meses el sacerdote Muñiz García apareció en dos fotografías, una portando un arma larga y otra que estaba junto a hombres armados vestidos con ropa militar, las gráficas circularon en las redes sociales y lo vincularon con un grupo delincuencial.

Ayer el fiscal señaló que los dos sacerdotes y sus acompañantes estaban bailando y tomando bebidas alcohólicas en la fiesta, “que de acuerdo a testimonios existió un conflicto durante el baile, de diversas personas con el grupo de personas que acompañaban a los dos presbíteros, de lo que se desprende la existencia de un conflicto previo” al ataque armado.

Agregó que el asesinato de los sacerdotes ocurrió a las 4:30 de la mañana del lunes en el lugar conocido como Sony Gas, en la carretera Taxco-Tehuilotepec, las dos víctimas y sus cuatro acompañantes iban a bordo de una camioneta pick up blanca, modelo Hilux.

Dijo que un kilómetro y medio adelante del ataque armado los presuntos agresores robaron su vehículo a una familia que viajaba a Cuernavaca, “hombres armados a bordo del vehículo circularon y se dirigieron al Estado de México en el municipio de Ixtapan de la Sal, se logró determinar que los agresores de las hoy víctimas, pertenecen y operan con un grupo de la delincuencia organizada del Estado de México”.

Informó que solicitó el apoyo de la Fiscalía del Estado de México para localizar a los responsables.

La madrugada del lunes, hombres armados ejecutaron a balazos en Taxco a dos sacerdotes e hirieron de gravedad a un hombre que los acompañaba, cuando regresaban de un baile de la comunidad de Juliantla. Además iban en el mismo vehículo otras tres personas, de las cuales una joven química de 25 años hermana de uno de los religiosos, y otro joven de 27 resultaron con lesiones en las manos, mientras que una joven más resultó ilesa.

El lunes, el obispo de la diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, confirmó el asesinato de los sacerdotes Germaín Muñiz García, quien prestaba sus servicios religiosos en Mezcala, municipio de Eduardo Neri, e Iván Añorve Jaimes quien oficiaba en Las Vigas, municipio de San Marcos, y demandó a las autoridades el esclarecimiento a fondo de los hechos.

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