10 marzo,2024 8:52 am

Premian a mujeres que impulsan la equidad

 

Ciudad de México, 10 de marzo de 2024. Hace más de 10 años, en el contexto del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, Lumi Velázquez pidió a sus alumnas y alumnos en la clase “La Mujer Profesionista Competitiva. Una Dimensión Distinta”, en el Tec de Monterrey, que investigaran cuántos premios había en el mundo para reconocer a las mujeres.

El resultado fue demoledor: prácticamente no había.

No se quedaron de brazos cruzados. Junto con sus alumnas y alumnos del campus Monterrey, Velázquez -fallecida en noviembre pasado- concibió el proyecto del Premio Mujer Tec, el cual se hizo realidad a partir de 2013.

El propósito de este galardón es reconocer las aportaciones, el talento y la trayectoria tanto de estudiantes como de profesoras, colaboradoras, directivas y egresadas del ITESM.

El espíritu del reconocimiento, señala en entrevista Zinia Padilla, directora de Cultura Institucional del Tec y vocera del Premio, es promover la voz de las mujeres que aún no está en igualdad de condiciones a la de los hombres.

“Hay una etapa en la que se realiza una convocatoria. Tenemos nueve categorías y ya sea que tú te postules, que ha crecido mucho ahora la autopostulación, lo cual es muy bueno, o que te postulen”, explica Padilla sobre el proceso de selección.

Lo que viene después es la evaluación por parte de un jurado, agrega.

Este año, en el que se recibieron 156 postulaciones, el lema del Premio es “Despertar lo cambia todo”. El 12 de marzo, en el campus Monterrey del ITESM, será la ceremonia en la que las ganadoras recibirán la presea “Muliere Amet” que significa “Mujer Retadora”, inspirada en la escultura Fearless girl de Kristen Visbal.

“Las nueve categorías están pensadas en los diferentes ámbitos en los que las mujeres pueden impactar, desde el arte, la cultura, las ciencias, la ciudadanía con perspectiva de género, el deporte y la gestión deportiva, el emprendimiento, medio ambiente, el poder transformador, salud y bienestar.

“Tenemos una categoría que se llama She for she, es decir ella por ella, son mujeres que generan acciones y beneficios en relación a la igualdad de género”, detalla la vocera.

Muchas de las premiadas tienen en común el objetivo de impactar positivamente en la sociedad, enfocándose varias de ellas en comunidades o grupos que han sido vulnerados o que no tienen el mismo acceso a las oportunidades, explica Padilla.

El avance de las mujeres, agrega, queda reflejado en el propio Tec.

“En 2014, cuando se empezó a medir este indicador, el 8 por ciento eran mujeres en puestos directivos, hoy en día somos el 30 por ciento”.

Combate estigmas en el área médica

Natalia Rodríguez, recién graduada de Médica Cirujana en el ITESM, campus Guadalajara, fue premiada en la categoría #She4She, por su liderazgo en el empoderamiento de las mujeres en cirugía e investigación médica.

“Mi papá es doctor. Es cirujano. Me di cuenta desde chica, cuando acompañaba a mi papá a ver pacientes, cuando conocí a sus colegas de trabajo, que había muy pocas mujeres cirujanas”, relata la doctora potosina, de 27 años.

Cuando ingresó a la carrera de Medicina, Natalia se unió al grupo Mujeres Interesadas en Educación Quirúrgica (WISE, por sus siglas en inglés), del cual fue presidenta durante dos años. Desde ese cargo, organizó nueve conferencias con destacadas cirujanas de instituciones como la Clínica Mayo y la Universidad de Duke, de Estados Unidos.

“Además de hablarnos de su trabajo, nos compartían sus decisiones personales: ¿qué las llevó a elegir ser cirujanas?, ¿cómo había sido su camino durante esa formación y qué retos habían encontrado en el ámbito personal?, ¿cómo habían superado ese estigma de que es complicado que una cirujana pueda ser madre de familia?”, explica.

De acuerdo con los datos más recientes, en México sólo el 16 por ciento de los cirujanos generales son mujeres, mientras en EU son alrededor del 21 por ciento.

Un factor que obstaculiza la llegada de más mujeres a la cirugía en México, advierte la doctora, es la cultura machista, ya que aún es muy cuestionada la habilidad de la mujer como cirujana.

Además, comenta, está la idea de que la cirugía requiere de una dedicación al 100 por ciento, y si la mujer quiere tener familia e hijos, no le va a dedicar el mismo tiempo, esfuerzo y energía que un hombre.

“En México, cuando aplicas para trabajar en algunos hospitales, las primeras preguntas son: ¿quieres ser mamá?, ¿quieres tener familia?, quieres tener hijos?

“Si respondes que sí, inmediatamente se convierte en una bandera roja, que les dice: ‘esta candidata no nos va a poder dedicar el tiempo, ni la salud, ni las horas necesarias’. A lo mejor tienes el mejor currículum, las mejores habilidades, pero automáticamente te vas a ir al otro lado del no”, lamenta.

Considera que la idea de que la crianza de los hijos tiene que ser dada por la mujer en la casa es algo que debe cambiar, porque esa responsabilidad puede y debe ser compartida con el hombre.

“No se trata de decir: la mujer es mejor que el hombre, porque no va por ahí. Lo que queremos alcanzar es que la mujer sepa que tiene la opción de escoger la carrera y especialidad que ella quiera, que no tenga que elegir entre ser cirujana o madre”.

Rodríguez realizó una estancia de investigación en la Clínica Mayo, además de rotar dos semanas en la especialidad de cirugía plástica en la Universidad de Duke.

Ahora encabeza en América Latina la Iniciativa de Equidad de Género en Cirugía Global (GEIGS, por sus siglas en inglés), y en los siguientes meses formará parte de un programa de investigación en el Hospital General de Massachusetts, de la Universidad de Harvard, con enfoque en la cirugía de trasplantes, para después aplicar para hacer cirugía en EU.

 

Integra a niñas con discapacidad

Sus iniciativas y programas para la inclusión en la educación básica de niñas con discapacidad le valieron a Karina González Carrillo ser reconocida en la categoría Ciudadanía con Perspectiva de Género del Premio Mujer Tec.

La egresada de la Maestría en Educación del ITESM campus Toluca también ha promovido la salud mental y emocional en alumnas y alumnos, a través de foros y ferias, así como de herramientas de empoderamiento y sensibilización sobre violencia de género.

Con 20 años de experiencia en la educación pública y privada, actualmente labora en los Servicios Educativos Integrados al Estado de México (SEIEM).

“Yo coordino una Unidad de apoyo. Apoyamos a varias escuelas en las que se inscriben alumnas con discapacidad, alumnas con diferentes condiciones y que están enfrentando diferentes barreras para aprender”, explica.

“Las mujeres y niñas que tienen una discapacidad intelectual están más supeditadas al hogar, a actividades no remuneradas”, señala en entrevista.

“Ese era uno de nuestros temores durante la pandemia: que nuestras niñas dejaran de estudiar, que no estuvieran presentes en clases vía remota”.

Ante el confinamiento por el Covid-19, recuerda, había mucha incertidumbre, a nivel educativo sobre cuánto tiempo iba a durar esa situación.

“Mi visión fue: tenemos que buscar, aunque sea una pequeña rendija, una pequeña ventana, para poder llegar a ellas”.

Así fue como comenzaron a tejer alianzas con instituciones en el Estado de México.

“Nos ayudó mucho el DIF Toluca, la subdirección de deporte adaptado, tanto del Estado de México como de Temoaya, el propio SEIEM que es donde yo laboro, el Sindicato de Maestros”.

Considera que uno de los programas más importantes fue el Proyecto Conecta, relacionado con la salud y las emociones.

“Comenzamos a trabajar con las emociones de forma sincrónica, es decir, reuniones virtuales, pero también video, pequeñas cápsulas, acompañamientos por teléfono, por WhatsApp, utilizamos toda la gama que pudimos para generar estos proyectos”.

Otro programa fue A moverse en familia. “Teníamos planeado hacer un torneo de futbol interescuelas, pero lo adoptamos para hacer actividad física. La Feria de la Ciencia, que ya veníamos haciendo, ahora fue de manera virtual”, detalla.

Más de 3 mil personas fueron beneficiadas durante la pandemia con estos programas.

Mamá de una pequeña de 10 años, que tiene algunos desafíos relacionados con la discapacidad auditiva, González Carrillo señala que aún hay varios estereotipos que se reflejan en la inequidad de género.

“A veces, en el caso de nuestras niñas y adolescentes, todo este tipo de discapacidades, intelectual, incluso motriz, visual, puede ser factor, para que las familias se desalienten en cuanto a que continúen con su educación”.

Agrega que aún hay prejuicios que se observan en expresiones como: “las mujeres van a tener a alguien que se haga cargo cuando sean mayores”, “se van a casar”…

“Buscamos alentar a las familias y a que en las escuelas se les dé esta educación de calidad para evitar que coarten su acceso a la educación”.

 

Texto: Agencia Reforma / Imágenes de Premio Mujer Tec