15 diciembre,2017 11:08 am

Produce ingeniero mecatrónico mexicano exoesqueleto para gente con problemas para caminar

Ciudad de México, 15 de diciembre de 2017. Corría 2006 cuando el ingeniero mecatrónico Norberto Velázquez y un grupo de amigos construyeron a Charrobot y a Oswaldotronic, un par de robots que jugaban futbol para representar a la tecnología mexicana en una competencia celebrada en Alemania.

Si bien no quedaron en el podio en aquel entonces, lo que seguía para Velázquez era crear su propia empresa emergente: Roki, donde en 2010 comenzó a fabricar un exoesqueleto que facilitaría el movimiento a aquellas personas con dificultades para caminar por alguna lesión o padecimiento.

Con el apoyo de estudiantes de Ingeniería de la Universidad Panamericana, creó el primer modelo, que llegó a pesar 56 kilos. No obstante, eventualmente construyó uno con fibra de carbono de sólo 18 kilos.

El nombre de la empresa emergente vino por la película estelarizada por Sylvester Stallone, además de que se trata de un robot kinestécico, cuyos objetivos son mejorar la circulación sanguínea y fortalecer los huesos al dejar la silla de ruedas a un lado para retomar paulatinamente la movilidad.

Roki vino de la motivación por no tirar la toalla, pasaban los años, pasaba toda la inversión y no quedaba, no quedaba. Hubo prototipos que se quedaron en el camino”, explicó Velázquez.

Para llegar hasta la versión actual de Roki, Norberto y su equipo tuvieron que dejar de lado otros cinco prototipos, alcanzando una inversión de aproximadamente 5 millones de pesos.

Hasta el momento, 10 pacientes han sido tratados con Roki, entre ellos Chuy, quien es modelo de la empresa emergente. A decir de Norberto, entre los cambios que Jesús ha apreciado es que después de unos días de uso, empezó a sentir la necesidad de ir al baño.

“Muchos están muy emocionados cuando se levantan, es la parte más padre del proyecto, cuando se levantan con el robot y ven que les ha ayudado”, explicó el fundador de Roki.

Pero no todos pueden usar Roki. Los pacientes deben tener una capacidad de equilibrio con las manos, que cuenten con la suficiente fortaleza en los dedos, además medir entre 1.55 a 1.98 metros y pesar menos de 110 kilos.

Una sesión terapéutica con Roki cuesta 400 pesos, mientras, según Norberto, en Estados Unidos está en 100 dólares, con la deducción del seguro. En estos momentos, el equipo de Roki se encuentra en pláticas para comercializar el exoesqueleto y trabaja para obtener las certificaciones de Cofepris.

Las terapias se realizan en la Clínica Sigue, Fisioterapia efectiva en Guadalajara, Jalisco: se realiza una valoración previa, se ajusta el Roki al paciente en cinco minutos y comienzan las caminatas según los tiempos necesarios.

Actualmente hay una preventa abierta, en la que los interesados deben proporcionar $150 mil pesos de apartado, y dentro de tres meses podrían obtener su Roki, de acuerdo conVelázquez.

Por otro lado, el exoesqueleto está diseñado para que sea de bajo mantenimiento y se desmantela en tres partes para facilitar su transporte en una maleta. Eso sí: cada 5 años hay que cambiarle la batería, la cual dura hasta cuatro horas continuas y se carga en hora y media.

Algo que hay que considerar es que los pacientes deben cumplir con un entrenamiento de 20 sesiones de una hora u hora y media, donde requieren el apoyo de alguien para hacer los ejercicios.

Por el momento no existe una versión infantil de Roki, no obstante, el fundador de la empresa emergente asegura que está en planes para desarrollar un modelo para los pequeños que lo necesiten.

El próximo reto del fundador de 35 años, originario de Guadalajara, es extender a Roki a la Ciudad de México y Monterrey, para después planear la exportación a Estados Unidos, Inglaterra y Francia.

 

Texto: Axel Romero / Agencia Reforma/ Foto: Reforma.