17 octubre,2020 5:30 am

Recapitulando la pandemia

Héctor Manuel Popoca Boone

(Segunda y última parte)

 

A la memoria del Dr. Guillermo Soberón Acevedo. Ilustre guerrerense. Maestro emérito. Rector de la Universidad Nacional Autónoma de México.

 

Si queremos parar los contagios, es de gran importancia establecer albergues cuarentenarios sanitarios. Destinados a personas contagiadas en fase temprana y que son ambulatorias. Así evitamos la propagación del virus en el entorno social y familiar-casero del contagiado. Aunado a lo anterior, se requiere incrementar sustancialmente la realización de pruebas (test) de detección rápida del Covid-19, para que los resultados obtenidos nos determinen el grado de positividad, dinámica y localización específica de las personas que dieron positivo. Los rastreos y acompañamientos a contagiados domiciliados, también son pertinentes. Lo mismo, mayores filtros sanitarios en las principales entradas y salidas de las poligonales y puntos de mayor infestación, como también los muestreos móviles en gente que usa el transporte público para sus traslados.

Reconozcamos que no tenemos amplia visibilidad del comportamiento del virus a nivel local. Es importante construir una plataforma de inteligencia micro territorial, para enfrentar al Covid-19 con medidas sanitarias diferenciadas y urgentes; acompañadas con la elaboración de planes concretos de control de riesgos y de acciones inmediatas a nivel zonal. De lo que se trata es de prevenir territorialmente y no lamentar después desgracias que bien pudieron haberse evitado.

Todo lo anterior conlleva la activa participación ciudadana organizada, así como una mayor intervención gubernamental en forma unísona. Para que sea más eficaz la alerta es conveniente promoverla a nivel de manzana, barrio, colonia, cuadra o comunidad rural. La fraternidad y la solidaridad vecinal cuenta mucho en esto; porque comprobado está que la mayor movilidad social, con medidas sanitarias laxas, exacerba las muertes y contagios.

Es contraproducente ocultar, minimizar o tergiversar la información oficial que se le proporciona a la población, sobre la situación real que guarda la pandemia. El engaño y la mentira contumaz, lo único que provocan es inhibir la consciencia y participación ciudadana; incrementa a su vez, la incredulidad en el gobierno en turno. De vital importancia es advertir a la ciudadanía que la crisis de salud por el Covid-19, empalmándose está con la temporada del virus de la influenza. Por tal motivo y aunado a los errores institucionales en el manejo de la pandemia, ésta seguirá creciendo en Guerrero, hasta que haya vacuna disponible para su distribución masiva que, según estimaciones oficiales, será hasta abril del próximo año.

A la crisis de salud y como efecto colateral, sobrevino la debacle económica. Perentorio es entonces, apoyar la economía social de los más vulnerables de la sociedad; promoviendo los grupos sociales de ahorro y crédito; las tandas vecinales; los fondos mutuales; las compras en común; las reservas colectivas para gastos catastróficos de tipo familiar… Sin abandonar los programas de empleo temporal; los créditos a la palabra para pequeños negocios, la construcción ampliada de “un cuarto más”, la operación de los comedores comunitarios y en general, los programas de protección social implementados por el presidente de la República.

De ética obligada es suspender toda construcción de obra pública no esencial para estos tiempos y lo mismo vale para los gastos desorbitados publicitarios de imagen política; reorientando los presupuestos públicos (con todo y moche) hacia el reforzamiento de los programas para la salud de la población y de la economía popular. Hay que tomar consciencia de que a corto plazo no tendremos “nueva normalidad”, sino “renovada realidad ruinosa”. ¿Estamos preparados para enfrentarla, ante la probable segunda oleada decembrina del Covid-19, misma que estará acompañada por la influenza? Por eso no hay que bajar la guardia y estar en observación permanente.

PD1. Hace un mes, un periódico de circulación nacional publicó: “Pese a que Guerrero regresó a color naranja en el semáforo epidemiológico, el gobernador Héctor Astudillo ordenó mantener la apertura económica hasta en un 60 por ciento, como si estuvieran en amarillo”. Este miércoles volvió a refrendarlo; la prorrogó hasta el 28 de octubre. ¡Uf!

PD2. ¿Cuántos excesos en los fallecimientos y contagios evitables quiere de más el triunvirato gubernamental, para abandonar su letal insensatez?