12 octubre,2020 9:28 am

Rechaza el director Michel Franco acusaciones de racismo a su premiada película “Nuevo orden”

Es “absurdo” criticar la cinta sólo por su tráiler, dice el cineasta mexicano sobre la polémica en internet. La epidemia de Covid-19 vino a mostrar “lo poco que hemos aprendido” de equidad social, señala

Ciudad de México, 12 de octubre de 2020. El director Michel Franco lamentó el sábado en París la polémica generada por el tráiler de Nuevo orden, triunfadora en el Festival de Cine de Venecia, e invitó a quienes denuncian su supuesto carácter racista a ver la película, días antes de su estreno en México.

El último trabajo de Franco, de 41 años, se alzó el mes pasado con el León de Plata de la Mostra, sin dejar a nadie indiferente: brutal, Nuevo orden narra una sublevación indígena contra la élite blanca en México, una historia con tintes universales, puesto que advierte sobre las injusticias sociales modernas y su riesgo de implosión.

Pero el tráiler de esta violenta distopía suscitó una polémica en las redes sociales, donde algunos internautas estimaron que las imágenes en que se aprecia una familia de clase alta celebrando felizmente una boda hasta que irrumpe un grupo de indígenas pobres con las peores intenciones, anuncian un filme “racista”, que “victimiza a los whitexicans”.

En una entrevista en París con la agencia AFP, donde el sábado ofreció una clase magistral en la Universidad de la Sorbona, el director de Chronic y Después de Lucía, conminó a los espectadores a sacar conclusiones después de ver la película, que se estrenará el 22 de octubre en unas 2 mil salas en México.

–¿Qué opina de la polémica desatada por el tráiler de Nuevo orden? ¿Cree que esta violencia que expone en la película también se da bajo otro formato en las redes sociales?

–No tengo redes sociales, pero algunos amigos me han contado. Que haya ruido sobre la película, que se discuta, me parece muy bien. Pero que se emitan juicios a partir de un tráiler es el colmo del absurdo. Invito a la gente a que la vea y que luego saque sus conclusiones, que serán obviamente respetables.

En cuanto a la violencia en las redes, ahí la gente siente libertad de decir cualquier cosa y los demonios salen. No me interesa, a mí me gusta el mundo real.

–La película se iba a llamar Lo que algunos soñaron. ¿Empeoró el estado del mundo y se decantó por el nuevo título?

–No. Me gustaba mucho el título anterior pero me di cuenta de que nadie lo recordaba, me preguntaban ‘¿Cómo va tu película que se llama…?’. Soy escritor, director y también productor y sé que un título que la gente no puede recordar no funciona. Que las cosas empeoraran fue una coincidencia interesante.

–¿De qué manera afecta la pandemia a este nuevo orden sobre el que alerta?

–Todo es más extremo. Quienes estaban ya en una situación económica difícil lo están pasando mucho peor. En países como México hay gente que si no sale de casa no come. Esto está dejando en claro que el mundo es muy injusto con una vasta mayoría: por ejemplo, los datos que señalan que la gente en hospitales privados en México tiene muchas más posibilidades de salir bien librada (del Covid-19) que en los públicos es alarmante. Demuestra lo poco que hemos aprendido en el sentido de equidad.

–La violencia explícita de Nuevo orden causó cierto estupor en la Mostra. ¿Era para usted la forma más efectiva de advertir sobre el caos que según el filme se avecina?

–No hago películas para transmitir mensajes. La violencia es parte de la película porque si queremos analizar la dimensión social de un conflicto, el día en que todo explota, porque no hay una salida justa, porque la gente está cansada, el resultado va a ser violento. No podía andarme por las ramas y no mostrar esa parte de manera realista.

Con su presencia en los recientes festivales de Venecia y San Sebastián –en este último como miembro del jurado–, ha podido tomar el pulso a la industria cinematográfica en plena pandemia. ¿Cuál es su diagnóstico?

–Estos festivales dieron mucha esperanza. Había dudas sobre si iban a funcionar, pero las salas estaban llenas, con la limitación de aforo. En el caso de mi película, se vendió en 25 países, aunque los distribuidores no saben muy bien cuándo van a poder sacarla. Hay movimiento y mucho interés de todo el mundo en seguir filmando.

Texto: Redacción