Ciudad de México, 30 de marzo de 2024. “Empecé a tocar a los 3 años”, dice Amelie Rosales con su unicornio de peluche en la mano derecha, una mano prodigiosa con el trémolo, una de las técnicas más difíciles de dominar en la guitarra.
Suele enseñarse a estudiantes muy avanzados, nunca a una niña tan pequeña. Con su asombroso trémolo ganó con 7 años el Concurso Nacional de Guitarra Infantil y Juvenil “Comala Pueblo Mágico”, apenas en diciembre pasado.
“Sorprendió al jurado porque tiene un trémolo impresionante que la verdad solo se ve en esos famosos videos de niños chinos así chiquititos”, cuenta entusiasmado su papá Iván Rosales, sentado junto a Amelie, en el comedor de su casa.
El video del concurso, el primero en formato presencial de Amelie, está publicado en su canal de YouTube. Tocó de manera impecable dos piezas del compositor ruso Alexander Ivanov-Kramskoy: Song without words y Dreams, además de un Estudio de Mauro Giuliani, de gran velocidad.
No son obras para niños ni nada fáciles, son del inicio de la licenciatura, aclara el padre, guitarrista aficionado.
“Ella es muy musical, entiende la música de una forma increíble así de pequeña, su expresión musical, sus interpretaciones son impresionantes”, resalta.
Cuando Amelie terminó de tocar en el concurso, el padre lloraba.
“De repente, cerraba los ojos arriba del escenario, con el jurado enfrente, eso es dificilísimo de lograr, nadie te lo enseña, cuando lo sientes se nota, Amelie estaba conectada con lo que estaba haciendo y con un repertorio muy difícil”, recalca con legítimo orgullo su papá.
Está seguro de que Amelie experimentó lo que los flamencos llaman el “duende”.
Sin presiones
Iván Rosales ha guiado los primeros pasos de sus dos hijos en la guitarra. Amelie es la hermana menor de Bastian, de 12 años, talentosísimo en la guitarra clásica y flamenca.
Ambos estudian con Nadia Borislova, docente de la Facultad de Artes de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. En el canal de Bastian está colgado el video con el primer recital de Amelie, a los 4 años, donde toca sola y a dúo con su maestra.
“(Nadia) siempre les va poniendo retos súper grandes y ellos se los van llevando muy bien”, asegura Rosales.
Durante la entrevista, su hermana Nadia, la mediana, y su mamá Yadira Ascención juegan en el cuarto de Bastian, al otro extremo del comedor. Ella también tiene una guitarra y está dispuesta a prestarla a los recién llegados.
Ambos padres están comprometidos con el desarrollo de sus hijos en la música, pero no presionan. También hay espacio para la diversión, hay juguetes en casi cada rincón de la casa y debajo de la televisión un Nintendo Switch con el que Bastian se entretiene con Super Mario Bros.
“La idea es apoyarlos lo más que se pueda para que puedan ir”, reitera el padre.
Se dividen para los compromisos. Iván acompañó a Bastian y Amelie a San Luis Potosí esta semana para el concierto Prodigio de las cuerdas donde alternó con maestros de flamenco. En noviembre pasado, Yadira acompañó a Bastian a una competencia y su esposo se quedó a cargo de las niñas.
Bastian ya está en sexto de primaria. “Siempre que falto, tema nuevo”, protesta con naturalidad.
“Seguramente tiene que ver el talento, pero yo creo que el secreto siempre está en la constancia.
“Como estaban muy chiquitos, empecé con que le voy a enseñar un minuto, pero mañana vamos a hacer otra vez el minuto y pasado igual y luego, cuando ya domines eso que te enseñé, te enseño otro ejercicio, pero ahora vamos a tocar tres minutos, pero todos los días, ya se hace una disciplina”, explica Iván.
Bastian ya es autosuficiente en el estudio, pero Amelie requiere de más atención de su papá. Aunque hay días sin practicar. “Tampoco son máquinas”, dice el padre.
Sentada en el comedor, sin mediar palabra, Amelie mueve la cabeza de su unicornio de arriba a abajo para asegurar que le gusta tocar con su hermano. Bastian responde también con una sonrisa. Dos talentos de la guitarra.
Juntos en el escenario
Los hermanos Amelie y Bastian han cobrado notoriedad. “Ubicaban a Bastian, pero ahora viene su hermana detrás y toca impresionante”, destaca su papá, Iván Rosales.
El video del Concurso Nacional de Guitarra Infantil y Juvenil “Comala Pueblo Mágico”, donde triunfó la niña apenas en diciembre pasado tiene unas mil 500 vistas, cuando el máximo suele ser de 300.
Bastian prepara su primer concierto como solista, con un repertorio de clásico y flamenco, durante 50 minutos, con obras de compositores como Fernando Sor y Paco de Lucía.
Amelie abrirá el recital de su hermano el domingo 7 de abril, a las 13:30 horas, en el Auditorio Blas Galindo del Centro Nacional de las Artes (Río Churubusco 79, Country Club).
A nivel de licenciatura
El dominio de Bastian Rosales en la guitarra ya está al nivel de fin de licenciatura, hay músicos que se gradúan con las piezas que él toca a sus 12 años, y se ha presentado en escenarios de Italia, España y México.
Iniciaron el proceso de inscripción al Ciclo de Iniciación Musical (CIM) de la Facultad de Música (FaM) de la UNAM con la intención de que estudie con Juan Carlos Laguna, el prominente guitarrista.
Al revisar los contenidos del examen teórico y práctico, Iván Rosales se encontró con que una de las piezas del examen para el nivel homologado a primero de secundaria, Amelie ya la tocaba a los 4 años y en cuanto a lo teórico, el conocimiento de su hijo Bastian está muy por encima.
El padre se acercó a la jefa de Departamento del CIM para plantear el caso del niño, y según su testimonio, la respuesta fue que siguiera con clases particulares y se esperara para el propedéutico.
Pero para entonces, estima su papá, Bastian ya tendrá un nivel de posgrado.
“Prácticamente lo que me están diciendo es: la UNAM no está preparada para tener niños de excelencia. No quiero llamarlo mediocridad, pero si no va en lo que nosotros decimos, nosotros no le podemos ayudar.
“Incluso le dije que la UNAM tiene antecedentes de niños que terminan la carrera de Química, de Matemáticas. ¿Por qué no va a aplicar en música?”, cuestiona.
El argumento en contra por parte del CIM es que el niño tendría que convivir con otros adultos.
“Póngalo en la tarde y yo estoy ahí con él, no lo dejaría. ¿Tiene 12 años y lo voy a tratar como de 18? ¡No! Yo sé que es un niño y lo sigo tratando como un niño. En la parte de instrumento lo tomaría el maestro Juan Carlos Laguna, pero en la parte teórica yo les decía por lo menos adelantarlo, pero no quieren”, lamenta.
Texto: Erika P. Bucio / Agencia Reforma