7 abril,2022 5:13 am

Rechazan usuarios el aumento al pasaje en el transporte público

Los trabajadores del volante consideran que a pesar del incremento de uno a tres pesos, no será suficiente para mejorar sus ingresos

Acapulco, Guerrero, 7 de abril de 2022. Usuarios del transporte público en Acapulco manifestaron su desacuerdo por el aumento del pasaje previsto después del 10 de abril, pero comprenden que hay un aumento generalizado de las materias primas, alimentos y las gasolinas.

Mientras los trabajadores del volante expresaron que a pesar del incremento de entre uno y tres pesos, no será suficiente para poder tener un mejor ingreso, y detallaron los gastos que hacen a diario con los vehículos.

Usuarios y choferes coincidieron en que se ven obligados a buscar una segunda fuente de ingresos para obtener un poco más de dinero.

Este miércoles se informó que los líderes de los bloques del transporte público en Acapulco dieron a conocer que la Dirección de Transporte autorizó un aumento de entre uno y tres pesos al pasaje según la ruta y la modalidad.

Ni nos toman en cuenta como ciudadanos 

Desde hace 8 años la señora Maricela se coloca en la esquina de la calle Wilfrido Massieu y la avenida Cuauhtémoc. Es la parada de Las Anclas, la más ruidosa de Acapulco, pero ella se acostumbró al ruido de los claxons.

Ella es madre soltera y para llevar un sustento a casa vende volovanes. Dice que el aumento al precio del pasaje le molesta porque le impacta en su economía. Además de que desde diciembre se cobra por parte de los choferes una tarifa no oficial.

Vive en Puerto Marqués, y para poder vender los panes rellenos de guisados, tiene que transbordar dos veces. Paga 10 pesos al taxi de la ruta alimentadora para salir de su casa al crucero de Puerto Marqués, y 20 pesos de pasaje en un colectivo amarillo. En total al día gasta 60 pesos para salir y regresar a su casa.

A esto se le suma que al mes ella debe pagar a la dirección de Vía Pública 500 pesos por vender en la banqueta, más los gastos por pasaje que hace su hijo que estudia la secundaria y que a diario sólo en pasajes gasta 50 pesos, más los gastos de la casa.

La mujer indicó que la materia prima que utiliza para la elaboración de los panes, como es la harina, pasó de costar el costal de 500 pesos (antes de la pandemia) a 890 pesos en la actualidad. Mientras que la manteca vegetal pasó de 300 a 600 pesos, una caja, más el gasto de los guisados. Productos que compra cada semana. En promedio elabora con estos complementos 500 volovanes.

Al día ella vende entre 60 y 70 volovanes, pan que pasó de 12 a 15 pesos por el aumento de los insumos. Es decir en promedio al día obtiene un estimado de mil pesos, de una jornada que inicia a las 8 de la mañana y termina a las 5 de la tarde, pero no siempre termina todo el producto.

Luego de explicar sus gastos, y ganancias, la mujer indicó que para poder obtener un poco más de dinero también se dedicaba a vender accesorios de mujeres, como cadenas y esclavas de plata. Productos que casi no se venden porque incluso ella dijo se ha limitado.

“Nos tenemos que estar restringiendo porque el dinero no alcanza. Yo le pienso antes de comprar algo para mí. Ahora me traigo mi desayuno de la casa, para no gastar, o me como un volován, porque sí está caro todo”.

La vendedora dijo que comprende el aumento del precio del pasaje, porque muchos de los que conducen son trabajadores, y tienen que entregar una cuenta a sus patrones, “lo entiendo perfecto, porque ellos tienen que pagar la gasolina”, pero también dijo que “para nosotros es complicado el aumento, porque ya desde diciembre subió el pasaje y ni nos tomaron en cuenta. ¿Qué se puede hacer?”.

No es suficiente el aumento y no es una ganancia 

El señor Emilio García lleva ocho años trabajando como chofer de un taxi colectivo de la ruta Centro-Renacimiento, quien consideró que el aumento del pasaje no es suficiente para costear los gastos que se generan a diario con su vehículo.

La jornada para él comienza desde las 5 de la mañana, y termina después de la 10 de la noche. El hombre en todo ese tiempo casi no sale del taxi, del que no deja de tocar el claxon para invitar a la gente que se suba.

“No es una ganancia, la gasolina está subiendo”; por turno, que es la jornada de 12 horas al auto Tsuru que conduce le pone 360 pesos de gasolina, con lo que alcanza a hacer cinco vueltas, y tiene que sacar 300 pesos de la cuenta para su patrón, y después lograr obtener entre 300 y 400 pesos para él. Dice que no siempre se va con los cinco pasajes, ni regresa con el cupo completo. A veces sólo se lleva 100 pesos en una jornada de más de 12 horas.

Sostuvo que el aumento al pasaje “no representa, no es algo que a nosotros nos beneficie, ¿por qué? porque la gasolina está subiendo, las refacciones”, además de que a diario tenemos que lavar el auto, y el costo es de 30 pesos en donde ya nos conocen.

Aunado el servicio que se tiene que hacer cada 20 días al taxi, que implica pagar un estimado de 380 pesos, pero si cae en un bache o se le poncha una llanta es un gasto extra que tiene que absorber.

El señor de 58 años dijo que él comprende la situación complicada de la economía de las familias, y a veces hay quienes viajan tramos cortos, a los que les acepta, según la distancia entre 10 y 15 pesos.

En casa él solo vive con su esposa, todos sus hijos se han casado, pero aún así “no nos alcanza”. Por esta misma razón en las temporadas de vacaciones como la que inicia la próxima semana él se va a trabajar de mesero para obtener un ingreso extra y deja el taxi en manos de un conocido.

Otros choferes a bordos y quienes no quisieron hablar a profundidad indicaron que el aumento no significará una mejoría en sus ingresos debido a los múltiples gastos que hacen, además de dar moches a los policías viales cuando los paran, o a los trabajadores de la dirección de Transporte.

No se puede hacer nada ante el aumento del pasaje, lamentan 

Afuera de la estación de transferencia del Acabús, en el bulevar Vicente Guerrero, una mujer de 68 años vendedora de chilate, compartió que trabaja para poder pagar sus medicamentos, pero todos los días tiene que gastar 20 pesos para poder llegar a ofrecer el chilate y otros 20 para regresar a casa.

Vive en la colonia Miguel de la Madrid, ubicada en la parte alta del reclusorio de Las Cruces, una de las zonas catalogadas de alta incidencia delictiva. Ella expresó que el aumento del pasaje sólo vendrá a mermar en el dinero que junta para sus medicamentos, porque padece insuficiencia cardiaca.

Ella todos los días trata de vender una cubeta de 12 litro de chilate, cada bolsa de medio litro lo ofrece en 12 pesos, y cuando se acaba obtiene 288 pesos. Pero a esta cantidad le tiene que restar a diario los 90 pesos que le cuesta el kilo de cacao, y los 50 pesos de los dos kilos de azúcar que le pone, más los 40 pesos diarios de pasaje, es decir que se queda con 108 pesos de ganancia en un día.

“Yo tengo trabajando tres meses, y cada mes entre medicamentos y la consulta con el cardiólogo me gasto 3 mil pesos, y el pago de la pensión que me da el gobierno federal me ayuda para ese gasto, pero aun así no me alcanza”.

La mujer lamentó que el gobierno no consideró la difícil situación que atraviesan las familias y consideró que “no podemos hacer nada” ante el aumento del pasaje.

A estos gastos, ellos no consideraron el pago del derecho de piso (extorsión) que se hace de manera habitual a los grupos criminales que operan en Acapulco. De ese tema nadie quiso hablar.

Texto: Jacob Morales Antonio / Foto: Carlos Alberto Carbajal