18 noviembre,2022 9:27 am

Reciben en la mañanera los premios nacionales de Ciencias y Artes con críticas por la violencia actual

Se necesita vivir en paz, “sin guerras, sin niñas asesinadas, sin racismo, sin discriminación de ninguna clase, sin migrantes apaleados y muchas veces asesinados o muertos en accidentes provocados por el desprecio a sus vidas”, señala el poeta chiapaneco Óscar Oliva a nombre de los galardonados

Ciudad de México, 18 de noviembre de 2022. Breve, elocuente y discretamente incisivo, el poeta chiapaneco Óscar Oliva ponderó desde la mañanera el valor del pensamiento, la cultura y el arte para afrontar, en una celebración de la vida, “la más cruda realidad”.

Lo hizo a nombre de los condecorados con los Premios Nacionales de Artes y Literatura 2020 y 2021, cuya rezagada ceremonia de entrega finalmente tuvo lugar ayer en el marco de la conferencia matutina del Presidente Andrés Manuel López Obrador.

“Todas las mujeres y hombres necesitamos que nuestros países vivan en paz, sin guerras, sin niñas asesinadas, sin racismo, sin discriminación de ninguna clase, sin migrantes apaleados y muchas veces asesinados o muertos en accidentes provocados por el desprecio a sus vidas”, urgió el poeta, reconocido en la edición 2021 en el campo de Lingüística y Literatura.

Oliva, a quien le avisaron por teléfono que sería el orador la noche anterior a la ceremonia, expresó en entrevista su profunda alegría por haber recibido el máximo reconocimiento que entrega el Estado mexicano desde 1945, y asintió en que se viven tiempos difíciles, como no se habían visto antes.

“Porque ahora la violencia nos llega a gran velocidad y en el instante mismo en que se está dando en tal o cual ciudad, en tal o cual país, con los medios electrónicos de comunicación.

“Entonces, esa violencia nos golpea directamente, entra a nuestras casas, entra a mi estudio de trabajo por medio no solamente de los sonidos, sino que también la vemos en cuanto se está dando”, lamentó. “Creo que el arte, la cultura y la educación pueden ayudar a parar un poco eso”.

–Habló usted de violencia feminicida y de la situación de los migrantes. ¿No es el Estado que ahora los premia un tanto culpable de ello?

–Yo no sé si el Estado tiene la culpa. Yo creo que es una crisis civilizatoria que estamos padeciendo en todo el mundo. Lo que sí tiene el Estado de culpable es que no ejerce una política más fuerte, más abierta, para detener la agresión que le hacen a los migrantes.

El presidente terminaría por reconocer, consciente o inconscientemente, lo enunciado por el poeta, cuando al término del acto de entrega en el Salón Tesorería de Palacio Nacional aseguró que lo que seguía “es una realidad muy dolorosa”, y declaró un receso, que más bien fueron unos instantes para que los premiados dejaran el recinto.

“Porque esto es muy bello, y lo que vamos a ver después es nuestra amarga realidad que estamos enfrentando todos los días”, sostuvo el mandatario, antes de que tomara la palabra Ricardo Mejía Berdeja, subsecretario de Seguridad, para hablar, precisamente, de un feminicidio.

Texto: Israel Sánchez / Agencia Reforma