26 marzo,2022 5:11 am

Reflexiones socioambientales sobre Petacalco

Octavio Klimek Alcaraz

 

La Central Termoeléctrica Plutarco Elías Calles, operada por la Comisión Federal de Electricidad (CFE), vuelve a ser noticia cotidiana ante denuncias de la población de Petacalco por daños ambientales. Por su capacidad instalada de 2.8 megawatts de generación de energía eléctrica es una de las termoeléctricas más importantes de México y Latinoamérica. La termoeléctrica de Petacalco se encuentra ubicada en la desembocadura del río Balsas, del lado de Guerrero, en el pueblo de Petacalco, municipio de La Unión. La termoeléctrica arrancó operaciones en 1993, es decir en el 2023 va a cumplir 30 años de operación. Se conoce que puede utilizar combustible para producir energía eléctrica de manera dual, tanto con carbón mineral como con combustóleo.

No fue casualidad ubicar ahí la termoeléctrica de Petacalco, ya que la región es rica en recursos naturales, agua, minerales, agricultura, ganadería. Exactamente enfrente, del otro lado de la desembocadura del río Balsas en Michoacán, se desarrolló con una gran inversión pública Ciudad Lázaro Cárdenas, una ciudad y puerto marítimo industrial de enorme tamaño e importancia estratégica para el país. (Por cierto, una mala broma neoliberal ponerle a la termoeléctrica Plutarco Elías Calles frente a la ciudad con el nombre de Lázaro Cárdenas, adversario político del mismo, mínimo quitarle ese nombre a la termoeléctrica). Ahí mismo sobre el río Balsas se ubica la cortina de la presa hidroeléctrica La Villita, que junto con las hidroeléctricas El Infiernillo y El Caracol conforman uno de los sistemas de represas hidroeléctricas más importantes de México.

Pero Petacalco de manera inequitativa y asimétrica fue olvidada históricamente de esas magnitudes de inversión pública cargada del lado de Michoacán. Así que la gente siguió viviendo primordialmente de la agricultura, ganadería y pesca. Finalmente fue requerida las tierras de Petacalco sólo para ubicar ahí la gigantesca termoeléctrica. Pero un asunto sorprendente es que cuando conocí la termoeléctrica, en los 90, me contaban que sus cientos de trabajadores no residían en Petacalco, sino en Lázaro Cárdenas, ya que no había condiciones para vivir en el pueblo. Se movían en autobuses de la empresa, de manera propia o en los cierres de las entradas por las protestas de la población de Petacalco en helicóptero. Adicional a ello, lo más trágico es que la termoeléctrica no generaba empleos permanentes para la gente de Petacalco. Ni obreros, ni personal administrativo de la termoeléctrica eran gente de la región de Petacalco. No sé si esta situación haya cambiado algo o siga ese grave agravio social y económico, si me dicen, casi treinta años después de operar la planta, que continúa este estado de exclusión de la gente de Petacalco por razones de capacitación técnica, sindicales, falta de vivienda y servicios conexos, sólo hablaría de una grave omisión y una gran deuda social y económica por parte de la CFE para con la gente de Petacalco. No sé cuánto pague de predial al municipio de la Unión, si existen tarifas especiales o condonación de pagos para los pobladores del municipio por el uso de la energía eléctrica, pero creo que en el balance los beneficios para los habitantes de Petacalco son cuestionables. No puedes ser un buen vecino si no te buscas integrar en la comunidad donde tú vives o deberías vivir. Una empresa pública como la CFE no puede hacer una política social en sitios muy agraviados con base en dádivas y compensaciones superficiales, debería entrar al fondo del asunto.

Digno de un proyecto de historia ambiental, es el tema de la pesca ribereña en la bahía de Petacalco en la desembocadura del río Balsas. En otros lados se sabe lo siguiente, y lo ejemplifico con el caso del río Nilo en Egipto, en relación con la construcción en sus aguas en los años 60 del siglo pasado de la gigantesca represa de Asuán, que tuvo impactos ambientales adversos. Uno de ellos fue que los sedimentos con nutrientes que aportaba el río Nilo quedaron atrapados en la represa, así que la consecuencia fue que los nutrientes contenidos en esos sedimentos no llegaban al mar, la cadena de la vida se distorsionó, se cayó la productividad acuática literalmente, y por tanto las pesquerías se vinieron abajo en la desembocadura del río Nilo. Algo similar puede haber sucedido a partir de la construcción de las hidroeléctricas en el río Balsas, los sedimentos con nutrientes se quedaron en ellas, y estos ya no llegaron a la desembocadura del río Balsas cayendo la productividad pesquera en las aguas costeras, donde desemboca, como son las de la Bahía de Petacalco. De hecho, en su momento la pesquería de tilapia más importante del país fue la represa de El Infiernillo, ya que por los sedimentos que le entraban hacían sus aguas muy productivas. Lamentablemente el deterioro ambiental de la cuenca es enorme y hoy todas las represas del río Balsas se encuentran azolvadas reduciendo sus capacidades de generación y en sus propias pesquerías.

Otra causa para que las pesquerías de la bahía de Petacalco se hayan reducido son seguramente problemas de contaminación de sus aguas costeras, tema polémico ya que determinar a los responsables, involucra a muchas industrias, como es la acusación hacia la propia termoeléctrica de la CFE por parte de grupos de pescadores, pero en general hay muchas descargas que habría que conocer si están todo el tiempo cumpliendo con las normas ambientales y determinar las magnitudes de responsabilidad. Otro tema es el aumento del esfuerzo pesquero, más allá de la pesca registrada, seguramente se tienen problemas con pesca furtiva. Además, se requiere estudiar y determinar con mayor detalle desde el punto de vista de la ciencia pesquera cuánto y qué se puede pescar actualmente en la región.

No se omite el comentar que desde hace años se dice, como política pública, no sólo para Petacalco, que la pesca ribereña debería cambiar hacia la acuicultura y hacia la pesca por lo menos de mediana altura con embarcaciones apropiadas, para intentar salir de su problemática. Pero no se observan más que denuncias e insuficiente capacidad para responder a estas.

Un tema crucial es el de cambio climático y la contaminación del aire por emisiones de la termoeléctrica de Petacalco. Por el uso de combustibles fósiles, la termoeléctrica es la principal industria emisora de gases de efecto invernadero de Guerrero, y seguramente de contaminantes atmosféricos, no hay otra industria con las magnitudes de la misma en la Entidad. No es una buena noticia para esfuerzos de mitigación en cambio climático en la entidad.

En tanto no había suministro con carbón mineral se utilizó combustóleo para generar electricidad en la termoeléctrica de Petacalco El problema con el combustóleo es que tiene contenidos altos en azufre, su mala combustión produce la emisión de cenizas y de compuestos como el dióxido de azufre y óxido de nitrógeno. Este tipo de compuestos se mezcla y reaccionan con agua, oxígeno y otras substancias químicas y forman contaminantes ácidos, lo que genera el fenómeno de las lluvias ácidas.

Además, estas cenizas o carbono negro forman parte de los llamados contaminantes climáticos de vida corta (CCVC), los cuales tienen un importante potencial de calentamiento global y un tiempo de vida en la atmósfera más corto que el bióxido de carbono, no sólo deterioran la calidad del aire, sino contribuyen significativamente al calentamiento de la atmósfera, al cambio climático.

Pero el efecto del carbono negro en el ambiente no sólo produce el calentamiento de la atmósfera, también deteriora la calidad del aire y se le ha asociado con efectos negativos graves sobre la salud humana, daños a diversos ecosistemas y a la infraestructura urbana.

Por ello, la gente de Petacalco en especial, grupos como de agricultores como los mangueros, cuando se utilizó combustóleo en los inicios de la termoeléctrica denunciaron que sus emisiones estaban afectando la floración y por tanto la caída de la producción en sus plantaciones de mango, el principal producto comercial de la región. De hecho, la CFE debe tener los estudios realizados en su momento por la UNAM, derivados de esas denuncias, ojalá los hicieran públicos para conocerlos y estudiarlos. Además, de que pueden ser una buena línea de base a unos 20 años de realizados.

Al utilizarse carbón mineral como combustible para la termoeléctrica de Petacalco evidentemente se redujeron los problemas que se estaban produciendo por el uso de combustóleo, pero ahora tristemente se ha regresado al uso del peor combustible para la termoeléctrica. No puedo manifestar que es demasiado sacrificio para la gente y la naturaleza de Petacalco. No lo merecen. No sé cuánto tiempo se pretenda usar combustóleo por parte de la CFE, pero deben parar su uso a la brevedad posible. Sé que el uso de carbón mineral en tiempos de cambio climático tampoco es solución en el mediano plazo, pero es mucho mejor solución que el combustóleo. Estoy cierto que la termoeléctrica deberá cerrar algún día pero no sería correcto que dejara un desastre ambiental y social en la región que le dio la hospitalidad, no es de buenos vecinos.

La región puede florecer con una política de desarrollo pensando en sus habitantes, la CFE puede contribuir y ser un actor importante en ello. Pero tienen que dejar de ser extraños a la misma, no vérselos como adversarios. Guerrero en términos de generación de energía ha beneficiado con mucho a este país. En la CFE y demás entes públicos involucrados esta atender los justos reclamos de la población de Petacalco.