30 marzo,2018 7:30 am

Regatean y consumen menos los turistas que llegan a Revolcadero, señalan comerciantes

Texto: Karla Galarce Sosa / Foto: Carlos Alberto Carbajal
Acapulco, Guerrero. Prestadores de servicios turísticos, meseros y restauranteros de playa Revolcadero señalaron que los turistas regatean cada vez más los precios en productos y servicios, además que quienes llegan en grupos de excursión ensucian más las playas, lo que representa un mayor gasto y menos ganancia para ellos.
Trabajadores de la cooperativa Punta del Gallo coincidieron en que los turistas más limpios son de Monterrey pues recogen sus desechos; en cambio los turistas de la Ciudad de México y del Estado de México dejan más basura, pues son quienes también llegan con hieleras y sólo rentan las palapas, siete sillas y poco consumen en los restaurantes de la playa.
Krystal y Allan, dos trabajadores de los 15 que trabajan en la cooperativa Punta del Gallo de Revolcadero, comentaron que en las palapas que ellos rentan no se les pide consumo mínimo.
“Pueden llegar con comida, con su hielera, con sus anafres, su bebida y todo lo que quieran, porque aquí sólo se les cobra 200 pesos por la palapa y siete sillas”, explicó Krystal.
Comentaron que la mayoría de las personas a quienes ellos reciben forman parte de excursiones que llegan en autobuses de renta, unidades que son estacionadas en la avenida Paseo de Los Manglares y que se conecta con los bulevares Las Palmas y de Las Naciones, en el área más popular de la zona Diamante.
Los jóvenes promotores comentaron que desde las 7 de la mañana llegan todos los días los trabajadores para barrer la franja de arena y recoger todos los residuos que quedaron del día anterior, además, colocan todo el mobiliario, sillas y mesas y reinstaladas las palapas, que fueron retiradas debido al aumento de la marea.
“Cobramos 200, pero nos regatean y quieren que les cobremos 100 (pesos). Pero nos dejan mucha basura. Nosotros tenemos que pagar todos los días el acarreo y cada tambo (de basura que) nos cobran (en) 30 pesos cada uno y llegamos a tirar hasta tres tambos cada uno de nosotros”, explicó Allan.
Comentaron que entre los gastos de los tolderos y palaperos, está la elaboración de las pequeñas cabañas, la sustitución del mobiliario dañado y el pago por el acarreto de la basura que dejan los clientes.
Los prestadores de servicios comentaron que hay todo tipo de turistas, pues reciben a quienes sólo compran dos o tres platillos y a quienes únicamente renta palapas.
Si bien la falta de dinero ha sido un factor para que los turistas gasten menos, a la playa no dejan de llegar, pues ocupan sillas, camastros, palapas y sombrillas muy cerca de la rompiente de las olas.
Tanto los meseros como los restauranteros comentaron que la mayoría de los visitantes llegan con hieleras y con botanas, por lo que el consumo en los negocios de playa es mínimo.
El integrante de la Unión de Prestadores de Servicios, Meseros de la Zona Federal playa Revolcadero, Oscar Bibiano Gallegos, comentó que las ventas disminuyeron durante los últimos tres años, debido a que muchos bañistas que acuden a esa franja de playa ya tienen casas en Acapulco y llegan con todos sus alimentos.
“Seguimos vendiendo nuestros productos, pero ya es menos que en otros años, porque un cliente llegaba antes a consumir de todo y ahora sólo consumen botanas, porque llegan a comer al hotel o a su casa”, lamentó.
Bibiano Gallegos comentó que las promociones del “todo incluido” de las hospederías también les han afectado, pues los bañistas ahora consumen menos alimentos en la franja de arena.
“El regateo es algo que no hacían los turistas de antes y pensamos que es porque los precios han incrementado”, comentó el mesero.
El trabajador del restaurante 13 Estrellas, Filiberto Zamora, dijo que ese negocio, ubicado en la zona Diamante del puerto, en el acceso entre los condominios Costa Bamboo y Amarena, vende menos platillos que en otros años.
“La afluencia ha ido aumentando cada vez más y hoy jueves, se ha visto a más turistas. Esperamos que el viernes y el sábado, las vacaciones que sean de éxito y haya una buena derrama económica para todos los que dependemos de turismo”, dijo.
“De las cuentas que llegaban a dejarnos los turistas, que eran de 2 mil o de mil pesos por familia, y ahora regatean una cuenta de 800 de mojarras, cocteles y sopes que llegan a pedir”, comentó un mesero cercano al hotel Princess.