6 mayo,2021 9:48 am

Representan en Zitlala la ancestral lucha entre jaguares para que las lluvias sean propicias

 

Chilapa, Guerrero, 6 de mayo de 2021. Tecuanis de Zitlala danzaron y se trenzaron a golpes como parte de su antiguo ritual de petición de lluvias conocido como Atsatsilistli.

La ceremonia en el centro del poblado se hizo con acceso restringido al público como medida para evitar los contagios de Covid-19; no obstante, se reunieron más de 300 personas.

Las peleas entre dos bandos de tecuanis de la cabecera y las comunidades de Zitlala es la culminación de un ritual de petición de lluvia y buenas cosechas que inició desde el 1 de mayo.

Los enfrentamientos son parte de distintas ceremonias ancestrales que se llevaban a cabo en la región conocida como Montaña baja desde Atliaca del municipio de Tixtla; La Esperanza, municipio de Mártir de Cuilapan y Acatlán perteneciente a Chilapa.

Desde principios de mes, los vecinos colocan ofrendas en sus lugares sagrados identificados con una cruz cristiana.

Desde las primeras horas de este miércoles los peleadores ya se preparaban con oraciones, alistaban sus macanas de reata y sus máscaras estaban en una especie de ofrenda acompañadas de velas.

Arnulfo Tecruceño Valle, acompañado de su hijo de unos 12 años, se dio tiempo para acudir a visitar al panteón a su abuelo que también fue peleador. Le prendieron un copal, le presentaron sus máscaras y las reatas que llevarían a la batalla. En náhuatl le pidieron fuerza para el feroz ritual y la invocación para las lluvias.

En las calles de Zitlala se escuchaba el eco de la música de las bandas que acompañaban a traer a sus domicilios a los peleadores de todos los barrios. Otros más como los de Tlaltempanapa llegaron a la ceremonia para danzar y pelear en alianza con los de San Francisco.

En las casas de los capitanes se repartió mole, barbacoa de chivo, cerveza y mezcal. Alimento y bebida para continuar danzando antes de las peleas en el coliseo central.

Por segunda ocasión desde que inició la pandemia en marzo del año pasado, el acceso fue restringido por los organizadores y las autoridades.

No obstante, se permitió entrar al primer cuadro a las familias de los tecuanis, vecinos, fotógrafos y reporteros.

El ritual, de acuerdo a Valle Tecruceño rememora una ancestral pelea entre Tezcatlipocatl (dios que todo lo da y todo lo quita) contra Quetzalcóatl (serpiente emplumada).

En el mismo municipio existe un centro ceremonial con dos monolitos con la cabeza de jaguar en la comunidad de Tlalcolzotitlán y un mural de pinturas rupestres en Tlaltempanapa que representan ya una confrontación entre hombres representados por felinos.

Texto: Luis Daniel Nava