Estuvo en la cárcel por ser parte de un extenso fraude para que hijos de famosos ingresaran a universidades de prestigio
Ciudad de México, 5 de abril de 2021. El diseñador Mossimo Giannulli, esposo de la actriz Lori Loughlin que hizo un trato con los fiscales el año pasado en relación con una estafa de admisión a la universidad para sus hijas, fue liberado de prisión, según la Oficina Federal de Prisiones.
Giannulli está ahora bajo liberación supervisada administrada por una oficina de campo de la Oficina de Prisiones en San Pedro, California, según los registros de la oficina. Había estado encarcelado desde el 19 de noviembre en una prisión federal en Lompoc, California.
El portavoz de la Oficina de Prisiones, Emery Nelson, confirmó a CNN que Giannulli fue liberado de la prisión de Lompoc el viernes, pero se negó a decir si se encuentra en un centro de rehabilitación o en su casa.
Giannulli y Loughlin se convirtieron en algunos de los padres de más alto perfil involucrados en el caso de fraudes para entrar a universidades de prestigio, que consistía en hacer pasar a hijos de famosos y millonarios como atletas, para que entraran a instituciones como Stanford, Georgetown y Yale, como parte de sus equipos deportivos.
Admitieron haber pagado al autor intelectual del plan, William Rick Singer, 500 mil dólares para que sus hijas fueran aceptadas en la Universidad del Sur de California.
Giannulli le había pedido a un juez que le concediera el confinamiento domiciliario por motivos compasivos a principios de este año, porque la pandemia de coronavirus lo obligó a pasar 56 días en cuarentena en régimen de aislamiento. El juez Nathaniel Gorton denegó esa solicitud el 26 de enero.
Loughlin fue liberada en diciembre, después de cumplir una sentencia de dos meses por su papel en la estafa de admisiones a universidades. Loughlin también debe cumplir dos años de libertad supervisada, realizar 100 horas de servicio comunitario y pagar una multa de 150 mil dólares.
Giannulli fue sentenciado a cinco meses de prisión , se le ordenó cumplir dos años de libertad supervisada, realizar 250 horas de servicio comunitario y pagar una multa de 250 mil dólares.
Texto: Clarisa Anell Soto / Agencia Reforma
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