12 noviembre,2017 8:06 am

Se pudre la escultura “Pueblo del sol”, de Pal Kepenyes, en la zona Diamante

Acapulco, Gro., 12 de noviembre de 2017. Al tiempo que el gobierno del estado cambia y sustituye diversas esculturas a lo largo del bulevar de Las Naciones, en la zona Diamante de Acapulco, la icónica Pueblo del sol, del artista Pal Kepenyes, vive el sueño de los justos mientras se pudre y se convierte en un peligro para quienes circulan por ahí.

 

 

Pueblo del sol es una estructura metálica, de acero, de ocho metros de diámetro y 17 toneladas de peso, que se ubica sobre el bulevar de las Naciones, a la altura del entronque con la vía que lleva a la playa Revolcadero.

Colocada bajo encargo en marzo de 1993, durante el mandato del entonces gobernador José Francisco Ruiz Massieu, representa a un sol, cuyo interior contiene una serie de personajes bailando.

 

En su momento, el artista la había pintado con un color vivo, un naranja, propio de las tendencias modernas del arte.

No obstante, este color fue sustituido durante el sexenio siguiente, el de Rubén Figueroa, por un tono cobrizo, violando con ello los derechos de autor.

A partir de entonces, la escultura pasó a ser un estorbo, a pesar de que incluso, la figura, el diseño, se reprodujo para hacer medallas conmemorativas que el gobierno entregaba a visitantes distinguidos, como el artista inglés Bob Hope o la hija de Teddy Stauffer, el llamado Mister Acapulco, Melinda.

Así, fue un gobierno emanado del PRI el que la colocó a principios de los 90, otro gobierno priista el que violó los derechos de autor al modificarla sin autorización, y otrogobierno, también priista, el que pretendería dejar que colapse y desaparezca.

Campea el olvido en el lugar

En una vista a la escultura, claramente se puede observar el abandono; basura, óxido y un olor nauseabundo conviven con las personas que usan el lugar como base para desde ahí abordar a los turistas para invitarlos a playa Revolcadero, localizada a poco más de 500 metros.

De hecho, muchos ahí no saben de qué trata la escultura y mucho menos de quién es, pues recuerdan que desde hace mucho no tiene una placa que la identifique; existe sólo la señalética que identifica a la calle como Paseo de los Manglares y que fue colocada en la administración municipal del periodo 2009-2012.

Mientras que en la base, presumiblemente de cemento y piedra, las marcas de óxido y algunas fracturas son evidentes, por dentro de la escultura se alcanza a ver una serie de piezas que unen las 60 barras de una pulgada que la sostienen, y que están prácticamente deshechas y carentes de barniz anticorrosión.

Está de más resaltar que a la distancia, los automovilistas pueden asegurar que Pueblo del Sol podría estar en mal estado tan sólo por el aspecto de la pátina (la superficie) que simula ser cobre o bronce.

Todo el mundo hace lo que quiere: Pal Kepenyes

Por su parte, el artista Pal Kepenyes recordó que fue precisamente el gobernador Ruiz Massieu quien le encargó hacer una escultura en Acapulco, “algo en lo que estuviera representado el pueblo, y fue cuando pensé: hay sol en todas partes, pero aquí en Acapulco el sol es más caliente, más amigo para los habitantes, por lo que decidí hacerle un homenaje”.

 

En breve charla en su estudio, en Cumbres de Llano Largo, agregó que entonces se dio a la tarea de encontrar la relación entre el sol y los habitantes del puerto, dando como resultado la escultura, un enorme sol con figuras danzantes en su interior.

Originalmente, la pintó de un color vivo y alusivo: naranja, que, recordó, no gustó a muchos y entre ellos al gobernador Rubén Figueroa quien la mandó a repintar en un tono cobrizo.

Así, lamentó el originario de Hungría, que fuera Ruiz Massieu el último gobernante priista con cierta cultura y amor a Acapulco, “y es curioso que ahora en el PRI, los que tenían algo bueno, cayeron”, aceptando que ahora los gobernantes del partido que sea, no quieren en verdad a Acapulco.

De hecho, reveló sin precisar fechas ni más datos, que hubo un candidato a la alcaldía de Acapulco, hace un par de años, que se acercó a él en busca de su apoyo, con el compromiso de rescatar la escultura y que también hubo intentos por arreglarla, pero que no fructificaron.

Sabedor de que en las últimas semanas el gobierno del estado realiza obras sobre el bulevar de Las Naciones, que incluyen el cambio de esculturas, mientras que a la suya aún no le hacen caso, el artista declaró que “no sé si la van a cambiar o desaparecer, eso es cosa de ellos”, recordando que él la donó al pueblo de Acapulco en su momento.

No obstante, reveló que en Hungría desean tener una copia de dicha escultura, incluso del mismo tamaño, e incluso la original.

“Qué te puedo decir, no me perjudica, yo se las doné; sí, me causa tristeza, pues ahí vemos que cada quien hace lo que quiere”.

 

Nota: Óscar Ricardo Muñoz Cano/ Foto: El Sur.