Miami/Albany, 4 de diciembre 2017. “Todavía estoy sorprendido de la forma que tengo ahora”, dijo en la tarde del domingo el estadounidense Tiger Woods al cerrar en Bahamas su esperado regreso a los campos de golf después de 10 meses de ausencia a causa de un agudo dolor de espalda que por momentos marcó un posible retiro.
El rugido del tigre, como lo apodó su padre desde pequeño, se escuchó en Bahamas y en el mundo entero. Como un ave Fénix, Woods volvió de entre las cenizas y logró una destacada actuación para alguien con cuatro cirugías de espalda, la última de ellas con fusión espinal en abril pasado.
Con un total de 280 golpes, ocho de ellos bajo el par del campo, el ex número uno del mundo finalizó noveno en el Hero World Challenge y ahuyentó cualquier duda sobre la posibilidad de regresar al nivel que tuvo en la anterior década.
El deportista de 41 años no celebra un título desde 2013 y su última conquista en un Major fue en 2008. Su ausencia ha sido suficiente para hacer creer que como deportista Woods estaría casi fuera.
Así lo ha dicho en repetidas ocaciones el analista y comentarista deportivo del Golf Channel Brandel Chamblee, quien no ha escondido las críticas en contra del ganador de 14 “majors”.
No obstante, luego de ver el regreso de Woods, Chamblee reconoció que fue uno de los más sorprendidos con el nivel y “la velocidad” que el estadounidense mostró en el club de Albany. “Estaba equivocado. No pensé que Woods regresara con toda esta velocidad”, dijo.
“No pensé que su swing (el de Woods) fuera a estar así de bien”, insistió el comentarista.
Y es que el trabajo de recuperación no ha sido exclusivamente de él. Lo ha logrado gracias al apoyo de su familia, amigos, equipo médico y seguidores, que cuentan los minutos para verlo triunfar de nuevo.
El domingo, en el cierre del Hero, Woods fue alentado por sus amigos más cercanos, entre ellos el tenista Rafa Nadal, su nueva novia, Erica Herman, y sus dos hijos, Sam y Charlie.
El californiano estuvo seguro, cómodo y “emocionado de la manera como su cuerpo se comportó en los cuatro días de competencia”.
Sin titubear, Woods aseguró ante periodistas que de llegar a sentir nuevamente el dolor en la espalda “no dudaría en decirlo”.
“Pero la verdad es que me siento muy bien ahora”, agregó el golfista que fue arrestado en mayo pasado por conducir en estado de intoxicación luego de ser hallado cerca de su casa en la Florida dormido sobre el volante de su auto.
Con 328 torneos jugados y 79 victorias en la PGA, Woods pasó el 2016 sin disputar ninguna competencia y este año lo hizo en dos oportunidades. Un ritmo mucho menor al que usualmente tenía antes de sus problemas lumbares.
Sin embargo, el golfista tiene razones de sobra para seguir optimista: su vida privada parece fuera de los escándalos, el dolor luce controlado y los problemas con las autoridades están resueltos.
“Tengo que sentarme a revisar el calendario del próximo año para jugar lo suficiente”, aseguró. “Estoy muy satisfecho con lo que logré y voy por más, quiero seguir compitiendo”, sentenció.
Texto:DPA/Foto:(@TigerWoods)(Twitter)
