14 mayo,2022 5:19 am

Sequía en números 2022

Octavio Klimek Alcaraz

 

En todo el mundo, las personas están sintiendo los impactos de las crisis climática y ambiental más fuertemente a través del agua: la tierra se está secando, las tierras fértiles se están convirtiendo en polvo y la sequía prevalece. Los periodos de sequía han sido significativamente más frecuentes y prolongados en todo el mundo desde el comienzo del milenio.

Esto surge del actual informe de sequía de la ONU, que se presentó en la 15 Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (UNCCD), que se celebra del 9 al 20 de mayo en Abidjan, Costa de Marfil. La Convención existe desde 1994. Su objetivo es detener la desertificación y la pérdida de suelo fértil. Representantes de casi 200 países examinarán hasta qué punto se pueden cumplir estos objetivos en esta 15 Conferencia.

El informe se denomina Sequía en números 2022 (Drought in numbers 2022), y fue publicado este 11 de mayo en el contexto de la Convención. En su texto se llama a asumir un compromiso global total con la preparación y la resiliencia ante la sequía en todos los países del mundo (https://www.unccd.int/sites/default/files/2022-05/Drought%20in%20Numbers.pdf).

El informe es un compendio autorizado de información y datos relacionados con la sequía, ayuda a informar las negociaciones de una de varias decisiones de los 196 estados miembros de la UNCCD, que se publicará el 20 de mayo al final de la COP15.

El informe busca a hacer una llamada a la acción convincente. Algunos de sus datos relevante son:

Las sequías se encuentran entre las mayores amenazas para el desarrollo sostenible, especialmente en los países en desarrollo, pero también lo son cada vez más en las naciones desarrolladas. El número y la duración de las sequías ha aumentado un 29 por ciento desde el año 2000, en comparación con las dos décadas anteriores. De 1970 a 2019, los peligros meteorológicos, climáticos e hídricos representaron el 50 por ciento de los desastres y el 45 por ciento de las muertes relacionadas con desastres, principalmente en países en desarrollo. Las sequías representan el 15 por ciento de los desastres naturales, pero se cobraron el mayor número de víctimas humanas, aproximadamente 650 mil muertes entre 1970 y 2019. Trágicamente, 9 de cada 10 de estas muertes ocurrieron en países en desarrollo, donde la sequía provocó las mayores pérdidas humanas durante este período. De 1998 a 2017, las sequías causaron pérdidas económicas mundiales de aproximadamente 124 mil millones de dólares.

El continente africano está particularmente afectado: según el informe, se han registrado allí más de 300 eventos de sequía en los últimos 100 años. Eso es el 44 por ciento de las sequías en todo el mundo.

En el año 2022, se estima que 3 mil 600 millones de personas viven en zonas donde el agua escasea durante al menos un mes al año. Casi 160 millones de niños están expuestos a sequías severas y prolongadas.

Más de 2 mil 300 millones de personas ya enfrentan estrés hídrico, este es un gran problema. Ningún país es inmune a la sequía.

Pero los escenarios son muy graves si no se hacen acciones al respecto:

Para 2030, se estima que 700 millones de personas correrán el riesgo de ser desplazadas por la sequía.

Para 2040, se estima que uno de cada cuatro niños vivirá en áreas con escasez extrema de agua

Para 2050, las sequías pueden afectar a más de las tres cuartas partes de la población mundial, y se estima que entre 4 mil 800 y 5 mil 700 millones de personas vivirán en áreas con escasez de agua durante al menos un mes cada año, frente a los 3 mil 600 millones actuales. Y arriba de 216 millones de personas podrían verse obligadas a migrar para 2050, en gran parte debido a la sequía en combinación con otros factores, como la escasez de agua, la disminución de la productividad de los cultivos, el aumento del nivel del mar y la sobrepoblación.

“Los datos y las cifras de esta publicación apuntan todos en la misma dirección: una trayectoria ascendente en la duración de las sequías y la gravedad de los impactos, que no solo afectan a las sociedades humanas sino también a los sistemas ecológicos de los que depende la supervivencia de toda la vida, incluida la de nuestra propia especie”, comunica en el prefacio del informe Ibrahim Thiaw, secretario ejecutivo de la UNCCD.

Comenta el Sr. Thiaw: “Estamos parados en una encrucijada en la parte superior de un parteaguas, donde necesitamos obtener una nueva conciencia y conciencia. Necesitamos dirigirnos hacia las soluciones en lugar de continuar con acciones destructivas, creyendo que el cambio marginal puede curar la falla sistémica.”

Agrega, “una de las mejores y más completas formas de hacerlo es a través de la restauración de la tierra, que aborda muchos de los factores subyacentes de los ciclos degradados del agua y la pérdida de fertilidad del suelo. Debemos construir y reconstruir mejor nuestros paisajes, imitando la naturaleza siempre que sea posible y creando sistemas ecológicos funcionales… Según análisis económicos recientes, cada dólar invertido en la restauración de tierras puede generar hasta 30 dólares en servicios ecosistémicos”.

“Más allá de la restauración”, añade, “está la necesidad de un cambio de paradigma de enfoques ‘reactivos’ y ‘basados en crisis’ a enfoques de gestión de sequías ‘proactivos’ y ‘basados en riesgos’ que involucren coordinación, comunicación y cooperación, impulsados por suficientes recursos financieros y políticos”.

En especial se necesitan:

* Técnicas de gestión agrícola sostenibles y eficientes que produzcan más alimentos en menos tierra y con menos agua.

* Cambios en nuestras relaciones con los alimentos, forrajes y fibra, pasando a dietas basadas en plantas y reduciendo o eliminando el consumo de animales.

* Política concertada y asociaciones a todos los niveles.

* Desarrollo e implementación de planes de acción integrados contra la sequía.

* Establecer sistemas efectivos de alerta temprana que funcionen más allá de las fronteras.

* Despliegue de nuevas tecnologías como monitoreo satelital e inteligencia artificial para guiar decisiones con mayor precisión.

* Supervisión e informes periódicos para garantizar la mejora continua.

* Movilizar financiación sostenible para mejorar la resiliencia a la sequía a nivel local

* Invertir en la salud del suelo.

* Trabajar juntos e incluir y movilizar a los agricultores, las comunidades locales, las empresas, los consumidores, los inversores, los emprendedores y, sobre todo, los jóvenes.

Al respecto, se espera que la decisión de la COP15 sobre la sequía toque cinco áreas interrelacionadas:

* Políticas de sequía.

* Alerta temprana, seguimiento y evaluación.

* Intercambio de conocimientos y aprendizaje.

* Alianzas y coordinación, y

* Financiación de la sequía.

En el nuevo informe de la UNCCD señala que 128 países han expresado su voluntad de lograr o superar la Neutralidad en la Degradación de las Tierras. Y casi 70 países participan en la iniciativa de sequía global de la UNCCD, que tiene como objetivo cambiar de enfoques reactivos a la sequía a un enfoque proactivo y de reducción de riesgos.

 

PD1: Respecto a la despenalización del aborto en Guerrero, cito un párrafo de un pronunciamiento de la Academia Nacional de Medicina de México publicada en la Gaceta Médica México Vol. 14 No. 2, 2010. Titulado La Academia Nacional de Medicina de México ante la salud reproductiva y los derechos de la mujer.

“En el mismo tenor, se pronuncia (la Academia) explícitamente en contra de: La criminalización de las mujeres que enfrentan la decisión de interrumpir un embarazo no planeado, no deseado, forzado o que atente contra su vida o su bienestar físico, mental o social. Obligar a las mujeres a tener un hijo no deseado, vulnera su derecho a la libre procreación, establecido como garantía individual en nuestro país. La criminalización sólo promueve su inseguridad, aumentando de manera desproporcionada las muertes y las complicaciones en las mujeres más pobres y más marginadas” (https://www.anmm.org.mx/GMM/2010/n2/38_vol_146_n2.pdf).

PD2: Me indigno sobre el tema de despenalizar el aborto, un asunto de salud pública y de derechos humanos, cuando leo algunos comentarios en medios de comunicación, sobre todo de hombres, muchos de ellos con estudios de educación superior, convencidos de que su visión religiosa del mundo es la que debe prevalecer, totalmente intolerantes y llenos de amenazas a quienes no comparten su fanatismo. Me hacen pensar en Afganistán y todos esos Estados donde los derechos de las mujeres son destruidos bajo el argumento de obedecer la ley religiosa. Los liberales de la reforma del siglo XIX que separó la iglesia del Estado en México se revuelcan en sus tumbas.