7 mayo,2021 5:40 am

Trabajo vs subsidios

Jorge Camacho Peñaloza

 

Los millonarios subsidios que actualmente suponen numerosos servicios y productos distribuidos de forma igualitaria que en las actuales condiciones de nuestra economía resultan irracionales e insostenibles.

Raúl Castro.

 

Etimológicamente la palabra subsidio proviene del latín subsidium que designa a las palabras sub = debajo y sidere = reforzar, sostener o estar sentado, así su significado vendría a ser ayudar a los que están sentados y de un estrato social bajo, normalmente se refería a las tropas de los ejércitos con las que se reforzaba a otros ejércitos, es decir se le daba un subsidio al general del Ejército en problemas o déficit de personal.

La idea acabó siendo la ayuda que desde las instituciones públicas se ofrece a los diferentes sectores sociales y económicos para solventar los costos de sus necesidades vitales o de operación, de tal forma que estos tengan acceso a satisfactores a consecuencia de una insuficiencia de recursos o incapacidad para generarlos y satisfacer así dichas necesidades, existiendo así subsidios en especie, en disminución o exención de tarifas y directamente en constante y sonante, en dinero.

Cualquiera que sea su origen, el subsidio ha sido utilizado en beneficio de los altos segmentos del empresariado por parte del gobierno condonando dispuestos o aprovisionando de insumos y servicios públicos a bajas tarifas, pero también se usado para asistir a los estratos bajos de la población para asegurarles un mínimo de consumo que les ayude a cubrir los déficits de carencias básicas en su nivel de vida.

Ambos tipos de subsidio afectan gravemente tanto a la economía como la población, provoca el mantenimiento de bajos niveles de productividad e innovación en las empresas apostándole a la manipulación de los costos y los precios a través de los subsidios en lugar de apostarle a la operación productiva y provocan también que la cancelación de incentivos la población subsidiada para desarrollar sus capacidades y habilidades laborales.

Los subsidios también han sido usados como un recurso electoral, se entregan para promover o condicionar el voto por algún partido o candidato y también como un recurso para legitimar los gobiernos y generar su aprobación entre la población, lo que es conocido como gobiernos populistas.

En la contienda electoral actual por la presidencia municipal de Acapulco se presentan dos proyectos diferentes, el proyecto de los subsidios, el que representa la candidata de Morena, Abelina López, siguiendo la línea política de Andrés Manuel López Obrador de otorgar dinero a la gente en forma de pensiones, becas, ayudas y créditos, lo que reduce la presión en el ámbito de la economía para generar empleos a esas personas que reciben los subsidios, manteniéndose el problema de que esa gente requiere de un ingreso suficiente para satisfacer sus necesidades y que al final con los subsidios viene siendo la sociedad la que carga con la incapacidad en la economía y la falta de incentivos en la población para la generación de empleos.

La salida a esta situación es precisamente esto último, la generación de empleos, el fomento a la inversión, a la gestación de empresas o emprendurismo, de modo que en lugar de que el gobierno dé dinero a las personas estas los tengan a través de un empleo proveniente de la inversión y de la actividad productiva en las empresas y el dinero público se use mejor para obras sociales, salud educación y seguridad pública entre otros rubros en los que urge la inversión pública para resolver la problemática existente en esos rubros.

Este esquema, el de la generación de empleos, el fomento a la inversión y a la creación de empresas, lo representa el candidato Ricardo Taja, quién ha crecido en las empresas familiares y se ha convertido en un empresario que invierte en la economía acapulqueña y en un generador de empleos, que conoce lo que es estimular las capacidades laborales de las personas para que se sostengan de un trabajo, que conoce lo que es el riesgo y la incertidumbre de invertir apostándole al trabajo y al esfuerzo diario por producir.

Los subsidios mantienen el problema mientras que el trabajo lo resuelve, no se trata de resolver el problema con los subsidios, de desaparecerlos, por ejemplo, la propuesta de Ricardo Taja de borrón y cuenta nueva en los adeudos de la CAPAMA no es un subsidio sino un mecanismo de compensación por las deficiencias financieras y administrativas que de la dependencias que no se le deben cargar a la población, a partir del cual, los usuarios y empresa deberán empezar a normalizar la relación entre el servicio y el correspondiente pago del consumo, para que a partir de ahí priorizar en las políticas públicas la generación de empleos y el fomento a la inversión para que las personas cuenten con un trabajo e ingresos dignos a fin de que el gobierno pueda contar con recursos que respondan a las necesidades de obra y servicios públicos municipales.

Acapulco ya no puede seguir subsistiendo de los subsidios, que lo único que hacen es mantener los mismos niveles de pobreza y ausencia de obras y servicios públicos que es el panorama que hoy se ve mayormente en el puerto, es la hora de que las acapulqueñas y acapulqueños den el paso a una visión de desarrollo económico para generar verdadero progreso y bienestar social.

Vuela vuela palomita y ve y dile: A todos los brothers y acapulqueñas lindas, que se fijen bien por quién van a votar, por la continuidad del caos o por la prosperidad y verdadera generación de empleos.