4 marzo,2023 5:28 am

Una radiografía de la corrupción política

De Norte a Sur

Silber Meza

 

La mejor forma de llamarle es esa: una radiografía de la corrupción política mexicana.

Los legisladores mexicanos dieron pasos positivos en materia de acciones afirmativas, de garantizar que grupos históricamente subrepresentados tuvieran una presencia legislativa; también lo hicieron el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) y el Instituto Nacional Electoral (INE).

Pero si algo caracteriza a los políticos mexicanos es que siempre buscan torcer la ley que ellos mismos crearon, interpretarla de manera incorrecta o de hacerle trampa al espíritu de la legislación y a las reglas electorales. Es el caso de esta historia que nos debería de indignar a todas y todos.

Hace unos días publicamos en la unidad de investigación de El Universal, medio para el que trabajo, un reportaje que se basa en documentos del INE y el TEPJF, así como en entrevistas a diputados, activistas y autoridades, el cual nos expone que legisladores de Morena, Partido Verde, PAN y PRI hicieron trampas en sus documentaciones para enlistarse como parte de grupos indígenas, con alguna discapacidad, migrantes, LGBT y afrodescendientes. En el texto realizado por el periodista Ernesto Aroche se examinaron las tres primeras categorías.

Al menos 11 de 66 diputados que llegaron por acciones afirmativas –también conocidas como cuotas– tuvieron un problema en su documentación, fueron impugnados y/o hicieron una trampa para llegar a ocupar la curul.

Es otra característica de los políticos mexicanos: cuando crees que ya no te pueden sorprender salen con algo nuevo. En este caso el objetivo de la llamada “clase política” fue asumir el poder a como diera lugar, sin importar las mañas empleadas en el camino. Qué de raro tiene, dirán.

Algunos casos que se cuentan en el reportaje que tuve oportunidad de acompañar, son el de José Antonio Estefan Gillessen, que llegó por el Partido Verde en alianza con Morena y el Partido del Trabajo. Presentó un documento al INE en el que afirma que su padre y su abuelo son del Istmo de Tehuantepec, Oaxaca, pero en realidad su abuelo nació en el Líbano y migró al sur de México.

Las acciones afirmativas buscan compensar un poco la falta de representación de los grupos porque las estructuras del poder político siempre se han impuesto y se han repartido los cargos.

Pero el joven Estefan es parte de esa élite política: es hijo de un político poderoso de la región y líder del Partido Verde.

Los ejemplos están en todos los partidos fuertes mexicanos. Otro caso es el de la priista Sayonara Vargas Rodríguez. Presentó una carta de adscripción indígena que fue firmada por Gustavo Arenas Sánchez, delegado auxiliar de la comunidad de Chiconcuac. El problema fue que cuando personas del Instituto Electoral hicieron presencia para confirmar la información, el funcionario dijo que él no había emitido el documento.

La adscripción indígena es la única acción afirmativa que el INE está obligado a verificar, y es la que tiene la mayor representación en la Cámara de Diputados.

El caso del panista Eliseo Campeán Fernández es paradigmático. Él representa a los mexicanos migrantes, entró por esa cuota. En la documentación que entregó al INE aparece un contrato de renta en Estados Unidos, presuntamente para comprobar que allá vivía, sin embargo, la fecha del documento es de cuando él era alcalde de Delicias, Chihuahua, y tenía actividades públicas. ¿Cómo pudo vivir en dos lugares al mismo tiempo?

La clase política mexicana está acostumbrada a tomar el poder de una manera u otra. Las prácticas tramposas se presentan y repiten en todos los partidos, no importa que sean o se asuman de izquierda, centro o derecha.

Un reportaje como el que aquí comento nos muestra –además de la corrupción sistémica, cínica y “plural”– que en realidad no hemos cambiado mucho como país. Tal vez no hemos cambiado nada. La corrupción política se mantiene intacta, aunque esto sea negado una y otra vez desde el estrado presidencial de las mañaneras.

¿Qué diferencia existe entre las prácticas corruptas de esta clase política y la de Enrique Peña Nieto, Javier Duarte o Roberto Borge?