3 abril,2020 10:41 am

“Vamos a sobrevivir, no hay que bajar la guardia”, confía Wencho, desde su Oasis en playa Condesa

Sin apoyos de las autoridades, seguirán trabajando en la playa, dicen vendedores

Acapulco, Guerreo, 3 de abril de 2020. Vendedores de playa dijeron que van a trabajar este viernes a pesar del anuncio de cierre de playas por parte del gobierno estatal porque tienen que sobrevivir de alguna manera y no han recibido los apoyos que el gobierno municipal les prometió.

El gobernador Héctor Astudillo Flores informó este miércoles que las playas del estado estarán cerradas a partir de la noche del jueves para evitar la propagación del coronavirus que se ha convertido en una pandemia mundial.

“¿De qué vamos a comer?”, preguntó Gaudencio Solano Chávez, mejor conocido como Wencho, quien desde su Oasis ubicado en la playa Condesa afirmó que este viernes será sólo otro día más para trabajar.

El originario de Oaxaca, pero con residencia en Acapulco desde 1967, relató que el turismo en el puerto ha caído, antes venían “gabachos” que rentaban los veleros que tenía, dijo con las cientos de fotografías que puso sobre la mesa en las que se observa a un joven moreno posando con el parachute que manejaba, los perros que ha tenido a largo de su vida enterrados en la parte de atrás de su negocio y la transformación de éste en las últimas décadas, pasando de una cabaña a las hamacas actuales en este playa que llegó a tener un muelle.

En la isla de Wencho, lugar defendido del acoso de hace tres años por parte del club de playa Kassandra que se ubica en la parte de atrás de este enramado, se bebe ahora sólo cerveza, refrescos y se rentan kayaks, “en un fin de semana ganaba entre mil y mil 500, antes que entrara esta cosa”, refiriéndose al coronavirus.

El hombre de 68 años, población de riesgo de esta pandemia mundial, denunció que no recibe la pensión de adulto mayor que le corresponde y tampoco está anotado en la lista de apoyo económico que creó el gobierno municipal.

Hace varios días que no ve a su familia que vive en Caleta para no arriesgarse a un contagio, “aquí vivo, me persigno en la mañana y luego para adelante. Ahora pongo unas tres mesas separadas por las indicaciones”. Se siente deprimido por lo que está pasando, pero a la gente la anima, “vamos a sobrevivir, no hay que bajar la guardia”, dijo acompañado de sus dos perros y un pájaro que tiene de mascotas, además de Leo, uno de sus más asiduos visitantes.

Por su parte, Francisco de 35 años dijo que cerrar la playa “está muy cañón porque de aquí vivimos todos”, durante este tarde con el sol radiante junto con su esposa, con quien venden frente al Morro lo que pescan diariamente.

Señaló que se siente “de la jodida porque tenemos hijos que mantener”, son cinco en su familia que se mantiene sólo de la venta de ostiones, tiritas de pescado y pulpo que prepara. En un día bueno consigue entre 700 y 800 pesos, pero ahora sólo llegan a los 200 pesos.

“Según que iba a haber apoyo del gobierno, pero no se ve nada. Como para cerrar la playa se ve mal ese gobierno”, entonces aseguró que van a ir a la playa este viernes, “entre la Marina, entre quien entre, no pueden cerrar la playa”.

Las ventas no han sido buenas, “por ejemplo, hoy casi turistas ni hay, hoy vendemos con las personas que vienen de aquí mismo”, dijo frente a una familia de acapulqueños que se divertían sobre algunas piedras que se encuentran en esta parte de la playa.

Afirmó que él fue uno de los vendedores que fueron anotarse al Palacio Municipal, donde les pidieron una copia de la credencial de elector, para recibir algún apoyo que no ha llegado.

José Luis, buzo con más de 40 años de servicio, dijo que los vendedores de playa “se le van a ir encima” al gobierno si cierra las playas y no les da el apoyo económico que les prometieron.

Se quejó que se enteró del cierre de las playas por medio del internet, pero debería de realizarse de manera formal y que vaya un funcionario del gobierno a decirles “ya no van trabajar, van a recibir esto y esto”.

Texto: Ramón Gracida Gómez / Foto: Jesús Trigo