23 enero,2023 9:49 am

Ya no hay dónde poner a los animales que viven en el zoológico La Pastora, de Monterrey

 

Monterrey, Nuevo león, 23 de enero de 2023. A los ojos de los visitantes, dos tigres de bengala son los que a diario deambulan y descansan cómodamente en el zoológico de La Pastora.

Pero fuera de la vista del público, otros 10 tigres –en su gran mayoría albinos– han agotado los espacios para su resguardo, tal y como ocurre con los lobos canadienses, antílopes, borregos muflón, pavorreales y muchos otras especies.

El zoológico se mantiene atrapado por una sobrepoblación de animales que, lejos de disminuir, va en aumento por la falta de espacios para su reubicación en el estado y el país.

De 181 ejemplares que representaban el excedente en el inventario en marzo del 2022, el número se incrementó a 208.

De éstos, La Pastora sólo ha podido reubicar a 25 animales, a un rancho en Villaldama, de los 39 que se convino que irían a ese espacio, acreditado como Unidad de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMA).

“Hay 208 animales, entre lo que le llaman domésticos y protegidos, que están en este caso en la lista de sobrepoblación. Solamente se han reubicado 25”, expresó Bernardo Bichara, presidente ejecutivo de Consejo de Administración de Fundidora, responsable de La Pastora.

“¿Por qué (sólo) 25?”, agregó, “la respuesta es porque no hay una lista o una fila de personas peleándolos”.

Abundó que no ha encontrado centros de conservación, zoológicos o unidades de manejo que tengan disponibilidad para recibir especies de La Pastora, que requieren de un mayor espacio.

La Pastora ya presentaba la sobrepoblación cuando Fundidora asumió la administración del parque y zoológico, señaló.

En marzo del 2022, el Consejo de Administración de Fundidora acordó un proyecto de “optimización” del inventario biológico de La Pastora, por una sobrepoblación de 181 animales.

Posteriormente, en agosto, tras una inspección, la Profepa recomendó concretar la reubicación de ejemplares para liberar refugios sobrepoblados en el zoológico.

“Lo que nunca vamos a hacer es aventar a los animales a donde no tienen que estar”, expresó Bichara, “y mucho menos a un lugar donde estarían en peligro o en peores condiciones de las que tienen ahorita (por falta de espacio)”.

Recordó que, en el caso de los tigres, muchos llegaron por decomisos de la Profepa, como ha sucedido también con otros animales que son adquiridos por particulares sin los permisos necesarios.

“Un tigre come 30 mil pesos mensuales de proteína”, señaló.

“Quiero que entendamos el costo de mantener en este caso un tigre”, recalcó.

Texto: José Villasáez / Agencia Reforma /