1 octubre,2018 7:18 am

Yanelly Hernández Martínez ya es la alcaldesa de Atoyac

Víctor Cardona Galindo
“No hay vencedores ni vencidos en Atoyac, el pueblo decidió”, dijo María de la Luz Núñez Ramos al tomar protesta como alcaldesa de Atoyac, el 1 de diciembre de 1993, cargo al que llegó postulada por el Partido de la Revolución Democrática (PRD), ayer a su hijo Arturo Martínez Núñez diputado local por el décimo distrito le tocó tomar la protesta a Yanelly Hernández Martínez, la segunda presidenta municipal electa en la historia de Atoyac, que también llega por el PRD.

Foto: Archivo Histórico Municipal

Yanelly Hernández Martínez recibe la comuna con una deuda histórica de casi 250 millones de pesos, más 33 millones en pasivos que le dejó la administración saliente de Dámaso Pérez Organes. Recibe un Ayuntamiento con la energía eléctrica cortada en todos sus deteriorados edificios, una ciudad llena de basura y con muchas calles oscuras, pero además una abultada nómina de trabajadores municipales que no recibieron el pago de su respectivo aguinaldo.
Yanelly, quien fue reina del café en 1997, es la última de cuatro ticuiseños en ocupar la Presidencia Municipal, el primero fue Carlos Armando Bello Gómez por el PRD, le siguieron los priistas Ediberto Tabares Cisneros y Dámaso Pérez Organes, mismos que han causado el endeudamiento histórico del Ayuntamiento de Atoyac.
María de la Luz Núñez Ramos fue formada en las juventudes comunistas de la generación de 1968, hija de maestros rurales. Yanelly también es hija de maestros rurales partidarios del movimiento democrático, ella misma es docente, fue formada en su juventud en las líneas Partido Revolucionario Institucional. Es ticuiseña de nacimiento y tiene una amplia cultura, a diferencia de los demás alcaldes que hemos tenido, no profesa la religión católica y está casada con José Antonio Gutiérrez.
La suerte de Yanelly quedó echada desde, diciembre de 1998, cuando siendo parte del grupo político del finado Elías Salomón Radilla dio la bienvenida al entonces gobernador sustituto Ángel Aguirre Rivero, cuando vino a inaugurar la plaza de El Ticuí que lleva su nombre. Con los años Ángel Aguirre salió del PRI, Yanelly apoyó su campaña por el PRD, gracias a eso llegó a ocupar la dirección del Registro Civil del gobierno del estado. Hace tres años fue candidata por el PRD y quedó en segundo lugar después de Dámaso Pérez Organes ante quien ella se dirige como tío. Los dos viven en la calle principal de El Ticuí.
Las actividades para el cambio de poderes empezaron el sábado a las 11 de la mañana, cuando comenzó a redactarse el acta de entrega recepción en las oficinas de la sindicatura en la Ciudad de los Servicios, por el gobierno saliente estuvieron el propio alcalde Dámaso Pérez Organes, el secretario general Abel Enrique Gómez Ozuna y el contralor Interno Roberto Gómez Chávez, por el gobierno entrante Yanelly Hernández Martínez y Juan Carlos Pérez González ticuiseño que ocupará la Secretaría General.
Nélida Jazmín Fierro Arzeta estuvo como representante de la Auditoría Superior del Estado y América Valdez Vargas por la Secretaría de la Contraloría y Transparencia Gubernamental. Al dar lectura al acta inmediatamente se vieron las deficiencias de la entrega-recepción, la administración saliente no entregó el expediente del personal, no entregó el padrón de usuarios del agua potable, ni un solo expediente técnico de obras, la dirección de Asuntos Jurídicos no entregó los expedientes de las demandas ni los requerimientos de pagos. Hicieron falta cuatro pistolas en Seguridad Pública.
En el acta se reflejó un pasivo de 33 millones de pesos, no apareció la plantilla del personal ni tabulador de sueldos, tampoco se entregó ninguna cuenta con los recursos para el pago del aguinaldo correspondiente.
Nuestro alcalde saliente, Dámaso Pérez, se mostró sorprendido porque hasta ese momento se dio cuenta que no estaban los expedientes, por eso pidió disculpas a la alcaldesa entrante y le dijo que tenía 30 días para hacer las observaciones correspondientes, emitir los deslindes y actuar conforme a la ley.
Yanelly Hernández es la presidenta municipal número 120, la tercera mujer en ocupar la Presidencia Municipal y la segunda que llega por el voto popular, desde la primera regidora que fue Genara Reséndiz Gómez en 1955, después que se instauró el voto femenino, en Atoyac hemos tenido tres presidentas municipales con Elizabeth Maya Paco que ocupó la suplencia con Germán Adame Bautista y dos síndicas Guadalupe Galena Marín y Esmeralda Fonseca Sotelo, regidoras, ya perdimos la cuenta.
A la toma de protesta no se presentó el alcalde saliente Dámaso Pérez Organes ni todo su cuerpo de regidores, solamente el secretario Abel Enrique Gómez Ozuna acudió a entregar el poder. La nueva alcaldesa estuvo arropada por el diputado local de Morena Arturo Martínez Núñez, con quien fueron compañeros en el gabinete de Ángel Aguirre Rivero y por la diputada federal de Morena Idalia Reyes Miguel, también estuvo el líder estatal del PRD Ricardo Ángel Barrientos y uno de los dirigentes del Movimiento Ciudadano, Silvano Blanco de Aquino, y luchadores sociales como el padre Máximo Gómez y Tita Radilla Martínez. Además de líderes perredistas locales como Amadeo Valdez Rayo, Guadalupe Galeana Marín, Leobardo Radilla Galeana y Carlos Carrillo Ríos. Como representante del Ejecutivo estatal estuvo Oscar Rangel Miravete secretario del Trabajo y Previsión Social.
En el presídium estuvieron el síndico Wilbert Galeana Radilla, el regidor del PRD Fredy Fuentes Nájera, porque la otra edil de ese partido Célida Radilla Barrientos murió hace tres días, el 27 de septiembre, y su lugar lo ocupará Mariela Meza Piza, sin embargo para la toma de protesta solamente se colocó una silla con un listón negro. Estuvieron los dos ediles de Morena, Eréndira Alarcón Godoy y Maximino Villa Zamora; Julio César Neri Benítez del PRI; Ángel Atanasio Ramírez independiente; César Tabares Castro de Nueva Alianza y Juan Carlos Téllez Reyes del Partido del Pueblo de Guerrero.
En su mensaje ante una multitud que se congregó en el Zócalo de Atoyac, la alcaldesa dijo que su gobierno se basará en  nueve ejes que serán la base para su Plan de Desarrollo Municipal. Como primer punto colocó a la seguridad pública, donde explicó formará un Consejo Ciudadano para la seguridad de Atoyac, además de consejos escolares para que vigilen que nuestros hijos no se salgan de las escuelas. En segundo, transparencia y honestidad; prometió que transparentará la nómina para que no haya en ella ni familiares ni aviadores.
Tercero, empleo; cuarto, la basura; quinto, drenaje; sexto, el agua potable; donde prometió realizar una auditoría al sistema municipal; séptimo, calles pavimentadas y alumbrado público; octavo, caminos rurales y apoyo al campo y noveno, gobierno y administración.
A la vez  señaló que  pedirá a la Auditoría Superior del Estado y a la federación que apliquen  una auditoría a las oficinas del Ayuntamiento.
Se pronunció por un gobierno honesto que no se lleve el dinero, que lo aplique en resolver las necesidades de la gente del pueblo, que votaron para que haya paz y tranquilidad  en el municipio y “como prometí en campaña que vamos hacer un gobierno diferente con planeación y responsable que trabaje, comprometido, que atienda, claro y transparente, que rinda cuentas, que hable con la verdad, cercano al pueblo y que trabaja para él”.
Propuso formar comités ciudadanos como instrumentos de participación, como el de transparencia y honestidad que sean eficaces para vigilar que se trabaje en favor de mejorar los servicios públicos.
“La ciudadanía estableció que uno de los temas que con mayor urgencia se debe atender es la seguridad, por lo que este gobierno pondrá atención prioritaria en el tema de seguridad a los sectores sociales y económicos, porque consideremos que la pobreza, la desintegración familiar, la falta de empleo y oportunidades, así como de educación y cultura han consolidado la inseguridad de manera más profunda”.
Destacó la “importancia de crear un consejo ciudadano para la seguridad de Atoyac, porque juntos como ciudadanos y gobierno tomemos las decisiones para mejorar la seguridad del municipio, e iniciar un programa de jóvenes por el cambio como un programa preventivo de salud, deporte y cultura”.
El gobierno municipal de Atoyac será un gobierno transparente que rinda cuentas al pueblo, cero corrupción e impunidad, nadie se va a llevar el dinero del pueblo. Se propuso impulsar incubadoras de proyectos agroindustriales, vamos por la generación de empleo con el desarrollo de proyectos productivos.
La gente votó “también por la unidad la paz y la concordia de todos nosotros los habitantes de esta tierra, la tierra de don Juan Álvarez, por ello el voto del primero de julio para mí es un voto del cambio y es una oportunidad de luchar para sentar las bases de una verdadera y profunda transformación. Vamos hacer un gobierno diferente con planeación, responsable, que trabaje, comprometido, que atienda, claro y transparente, que rinda cuentas y que hable con la verdad, cercano al pueblo. La ciudadanía estableció que uno de los temas que con mayor urgencia se debe atender es el de la seguridad”.
Al final del acto todo mundo se veía feliz y buscaban tomarse la foto con la presidenta, todos en busca que se les pegue algo, aun cuando esta administración se ve complicada, muchos trabajadores del Ayuntamiento se quedarán sin su empleo y otros llegan en espera de tener un buen salario y de “alivianarse”. En el Ayuntamiento la nómina consume más del 90 por ciento de las participaciones federales lo que arroja una administración inmovilizada, no queda dinero para los gastos de operación. La nueva administración recibirá una nómina de 40 sindicalizados y alrededor de 90 basificados, muchos de ellos no fueron reconocidos por la administración saliente por problemas políticos y otros por irresponsabilidad.
El 31 de mayo del 2012 Armando Bello Gómez basificó 42 personas, aunque se habla de la existencia de otra lista de más basificados donde hay personal de confianza, Ediberto Tabares Cisneros basificó 53 personas, el 11 de septiembre del 2015, de ellos 13 laboran en Capasma, 10 en saneamiento básico, cuatro en el DIF municipal y tres en tesorería, el resto se divide en las diferentes áreas del Ayuntamiento. Entre ellos se ratificaron 28 de los que había basificado Bello tres años atrás.
De esos murieron dos personas, pero en el mes de julio con un acta retroactiva de febrero el cuerpo edilicio que encabezó Dámaso Pérez Organes intentó invalidar el acta del 11 de septiembre del 2015. En esa misma fecha hicieron un acta con fecha 9 de mayo donde se basificó a Martha Jiménez Ortiz esposa de Angelino Morales ya fallecido y a Ofelia Mesino Rojas trabajadora de saneamiento básico, con ellos son 66 basificados visibles, más las listas ocultas, pues se habla que la actual administración basificó en secreto a siete personas más, entre ellos a directores y jefes de área.
La actual administración recibirá en el sistema de agua potable municipal también una nómina abultada y una gran carga de adeudos de los usuarios, aquí cabría investigar los cobros a domicilio que se estuvieron haciendo sin recibo. Se recibe una red obsoleta con múltiples parchaduras, gran cantidad de tomas clandestinas que solamente pueden detectarse al pavimentar las calles. Por eso Atoyac no solamente requiere de agua de calidad  sino también una moderna red de conducción, la que está, tiene más de 50 años igual que el mercado municipal que ahora tiene el techo destrozado y que es una bomba de tiempo.
Entre otros de los retos que tendrá que enfrentar, está la basura de la cual se recogen 23 mil 582 toneladas al año, el tiradero está lleno, los carros abandonados en los talleres. Se paga mucho dinero por rentas de volteos y del camión vactor que limpia los drenajes. No hay para la gasolina mientras la basura se acumula en las calles y en el estacionamiento de la Ciudad de los Servicios.
Se acabó el trienio de un presidente bueno, un presidente zanca, Dámaso Pérez Organes que gobernó con el corazón y el dinero se le fue en la “morralla”. Según comentarios de los propios empleados de tesorería, el primer edil llegó a gastarse, en un mes, hasta millón y medio de pesos en dádivas que repartía a la gente que todos los días lo esperaba, al amanecer, afuera de su casa. Dámaso se fue pobre; todo el dinero que llegó a sus manos lo repartió a la gente y a decir de su propia familia “no arregló ni donde duerme”.