Acapulco, Guerrero, 30 de marzo de 2024. Turistas que pasan las vacaciones de Semana Santa en Acapulco, que llegaron a casas prestadas, acamparon en la playa o rentaron cuartos a través de Airbnb, coincidieron en que a la ciudad le falta recuperarse, a más de cinco meses del huracán Otis.
A más de cinco de meses del devastador huracán, todavía hay estragos en la infraestructura turística, las plazas de recreo no están abiertas en su totalidad, hay hoteles con daños en sus fachadas, viviendas, negocios, pero a pesar de eso los turistas llegaron.
Fue el caso de la familia de Emmanuel Hernández, procedente de Ciudad de México, llegó con su esposa y dos hijas a una casa que le prestaron en el fraccionamiento Costa Azul, tuvieron que asearla porque aún tiene estragos del huracán.
Ellos estaban en la playa Carabalí, sentados en sillas de plástico, bajo una sombrilla, cerca tenían una alberca inflable, que llenaron con agua de mar, y sus dos pequeñas estaban adentro divirtiéndose jugando con el agua y sus juguetes de playa.
“Nos están atendiendo bien, está un poco dañado, se ve un poco triste, pero los vemos muy unidos”, dijo Emmanuel, que comentó que no reservaron hotel, porque les prestaron una casa en el fraccionamiento Costa Azul.
Contó que cuando llegaron a la casa, “tuvimos que hacer limpieza, porque había residuos del huracán, las ventanas no tenían vidrios, el jardín estaba dañado y la terraza”.
“Veo un 40 por ciento de avance en su reconstrucción, le falta mucho, hay muchos edificios, hoteles muy dañados, el deportivo esta dañado, el Papagayo, quisimos entrar y no hay forma para entrar, no encontramos plazas para visitar”, dijo.
Abundó que en la avenida Costera “hay bastante seguridad”, pero ahorita nada más han pasado sus días en las playas, porque no hay donde pasear, los hoteles son pocas las habitaciones que están disponibles, “por eso es que tuvimos que aceptar la casa y hacer la limpieza”.
“Nosotros estamos en Costa Azul, pero se alcanzan a percibir todos los daños, en el cerro se ve muy dañado todo”, dijo el turista, que agregó: “Ha sido difícil encontrar algo, por ejemplo los lugares, están saturados, no hay muchas mesas por lo mismo de que dicen en los negocios que casi no tienen, porque perdieron más de la mitad de sus cosas con el huracán”.
Otra de las familias que decidió pasar unos días de vacaciones fue la de Édgar Martínez, su esposa e hijas, no están hospedados en ningún hotel, ni en casa, ellos decidieron instalar su casa de campaña en la playa, porque las habitaciones están muy caras.
“Veo un Acapulco que va recuperándose, hay varios daños de hotel, negocios, en la arena hay muchos vidrios, el clima esta bien, pero creo que le falta mucho para recuperarse después de la tragedia del huracán y eso es con calma, poco a poco va ir levantándose, hasta que ya este al 100 por ciento, Acapulco será como era antes”, dijo.
No llegaron a hotel porque “están muy saturados las pocas habitaciones que están disponibles y la verdad los precios están muy elevados, y ahorita estamos aquí en la playa, ahora sí que hospedados”.
“Venimos porque ya teníamos planeado traer a las niñas que eran las que no conocían aquí y es por eso que decidimos venir”, dijo el turista procedente de Ciudad de México, que indicó más que ver como había quedado Acapulco después del huracán, fue porque quería que sus hijas conocieran Acapulco, sus playas.
Otra familia llegó este día a bordo de su camioneta y no tenía reservación, así que se acercó a los prestadores de servicios turísticos que ofrecen cuartos de hotel y casas para que éstos se pudieran quedar.
Texto y foto: Aurora Harrison
