20 julio,2023 4:22 am

Aparece golpeado uno de los cuatro pescadores de Mezcala; los secuestraron sicarios 

 

El joven de 16 años fue arrojado por sus captores a la carretera federal, con los ojos vendados. Familiares y vecinos con policías y soldados siguen buscando a los otros tres por el río Balsas y por tierra

 

 

Mezcala, Guerrero, 20 de julio de 2023. Ayer apareció con vida, golpeado, Ángel Esauly Cabrera García, uno de los cuatro pescadores de Mezcala, municipio de Eduardo Neri, que desde el domingo fueron desaparecidos, después de que salieron a pescar en el río Balsas, y ahora se sabe que fueron secuestrados presuntamente por un grupo de la delincuencia organizada.

El joven de 16 años fue dejado  en la carretera federal Iguala-Chilpancingo, antes del crucero de Atzala que comunica a la comunidad de Nuevo Balsas municipio de Cocula y es la entrada a una de las minas canadienses más importantes que operan en México: Media Luna.

Con los ojos vendados y severamente golpeado, Ángel fue “tirado de una patada” en la carretera –trascendió que los cuatro fueron secuestrados presuntamente por el grupo La Familia Michoacana– y con dificultad caminó hasta llegar con sus familiares que lo llevaron al hospital comunitario de Mezcala.

El domingo desapareció junto con su padre Ángel Cabrera Ávalos de 35 años, Juan Carlos Catalán Silva de 19 y Guadalupe Bautista Astudillo de 30 años, cuando fueron a pescar a las 8 de la mañana río abajo a la barranca El Cangrejo que se encuentra a 40 minutos de Mezcala, tenían que regresar a las 6 de la tarde y no lo hicieron.

Según pobladores la barranca El Cangrejo es el límite que divide a los grupos delictivos de Los Tlacos y La Familia Michoacana que desde enero pelean el control del territorio pesquero y minero del alto Balsas.

“Todo mundo ve a los armados, andan en los cerros (camuflajeados) de militares, hay lugares donde íbamos a pescar y no había problemas, ahora mejor no nos acercamos, lo peor es que nosotros los vemos y las autoridades dicen que no pasa nada, ahora con la desaparición de nuestros compañeros nos da miedo salir a pescar porque no sabemos qué nos vaya a pasar”, dijo un pescador.

El martes 500 pobladores bloquearon la carretera federal para exigir al gobierno  la búsqueda de los cuatro desaparecidos, que ayer se supo que fueron secuestrados; ese día, la Policía Ministerial, la Estatal, Guardia Nacional y Ejército iniciaron la búsqueda a las 5 de la tarde y regresaron en la noche luego de encontrar las dos lanchas donde viajaban.

Ayer,  llegaron a las 10 de la ma-ñana –después de la aparición de Ángel Esauly– y se reunieron con familiares de las víctimas y pescadores para reiniciar la búsqueda por tierra.

Al mismo tiempo 50 pobladores en 25 lanchas salieron río abajo para buscar a sus tres compañeros.

Emilio Cabrera Hernández, abuelo de Esauly y padre de Ángel Cabrera, contó que su nieto llegó solo a casa de sus suegros.

El abuelo relató que su nieto y su hijo no tienen problemas con nadie y como todo pescador “salieron a buscar el sustento para sus familias”.

También pidió a los captores que tengan clemencia y “que se compadezcan de ellos, que ya los liberen, ellos son personas de bien, a nadie le hacen mal, sólo andan buscado cómo ganarse el quinto para mantener a su familia, que los dejen libres”.

La desaparición de los cuatro pescadores provocó que desde el lunes se suspendiera la actividad pesquera en Mezcala, en apoyo y por miedo a la falta de garantías que hay para salir a trabajar.

Desde el lunes los familiares se reúnen en El Embarcadero, donde realizan oraciones para pedir su regreso y dan de comer a los pescadores que apoyan en la búsqueda.

A partir de enero, Los Tlacos y la Familia Michoacana mantienen una guerra desde Nuevo Balsas, municipio de Cocula hasta la presa El Caracol, municipio de Apaxtla de Castrejón, donde pelean el control principalmente de la pesca y la extorsión de las mineras.

Hasta el cierre de la edición no se sabía el resultado de la búsqueda y del paradero de los tres pescadores de Mezcala que siguen secuestrados.

 

Texto y foto: Lenin Ocampo Torres

 

 

 

 

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