
Luego de una separación de 16 años, la banda inglesa reúne a 74 mil fans en Cardiff
Ciudad de México, 5 de julio de 2025. El planeta rock giró ayer en torno a Cardiff, la capital de Gales, donde, como se leía en las pantallas, “la gran espera terminó” y “esto está sucediendo”: Oasis, los hermanos Gallagher, Noel y Liam, Liam y Noel, propiciaron un nuevo big bang.
Llegadas literalmente de todo el mundo, 74 mil almas atestiguaron en directo el fenómeno en el Principality Stadium. El sueño colectivo iba tomando forma, aunque con los Gallagher siempre cabe, o cabía, esperar imprevistos. Que se lo pregunten a los miles de fans que estaban listos para verlos hace 16 años en París, que, por cierto, tampoco los recibirá en esta gira, si no cambia la cosa.
A las 20:15 horas del atardecer suena la sicodélica apertura del Live ‘25 Tour, Fuckin’ in the bushes. Estallan los alaridos.
Por un costado aparece Liam, vocalista principal, tomado de la mano de Noel, guitarrista y segunda voz. Las alzan a modo de saludo para romper el hielo con Hello, que incluye el estribillo “it’s good to be back”.
“Hay ambiente de Manchester por aquí”, acierta a comentar el vocalista. Para sentirse como en casa, con camisetas e insignias por doquier de su equipo de toda la vida, el Manchester City FC. Hasta en el escenario.
Acquiesce, Morning glory, Some might say, tres cañonazos consecutivos de los años gloriosos de la banda, de los fundamentales primeros álbumes, Definitely maybe y (What’s the story) Morning glory? El sonido es potente e impecable, señala NME. Los ensayos, realizados en riguroso secreto las semanas previas, han dado resultado después de una década y media de separación.
Esto está “sonando enorme. Es el momento, no hay vuelta atrás”, había anticipado Noel al portal TalkSport la semana pasada.
De 58 años, el compositor principal de Oasis vuelve a su indisputable lugar en la izquierda del escenario. Exactamente al centro, Liam, de 52. Los acompañan dos camaradas de la última etapa: el guitarrista Gem Archer y el bajista Andy Bell. Completan la alineación Paul Arthurs, conocido por todos como Bonehead y también cofundador de Oasis, en las seis cuerdas, y un debutante en la banda, el experimentado baterista Joey Waronker (R.E.M., Roger Waters y más).
A medio show no falta el toque acústico, con piezas como Talk tonight, seguidas por algo de otro álbum aclamado en su momento, el Be Here Now (1997): D’You know what I mean? y Stand by me.
Los afortunados la noche del viernes seguramente no podrían haber diseñado una lista de canciones superior, ya que Oasis tocó una veintena de temas por un par de horas, pero lo más selecto llegó al final, incluido un tributo al fallecido futbolista portugués Diogo Jota con la estelar Live forever. Blindada por Whatever y Rock n’ roll star, concluyó la primera parte del concierto.
Faltaba el apoteosis, el regreso del reencuentro, el encore, empezando por The masterplan, alguna vez calificada por Noel como su canción favorita de Oasis, y las coreadas a todo pulmón Don’t look back in anger, Wonderwall y, como epílogo de la explosión cósmica, Champagne supernova.
Agencia Reforma