9 abril,2024 9:28 am

Así se vio el eclipse en México

 

Ciudad de México, 9 de abril de 2024. El eclipse solar total generó un sinfín de emociones en Mazatlán, Sinaloa, único lugar en México desde el cual el sol quedó cubierto completamente por la luna, un fenómeno cuya cumbre se vivió a las 12:07 horas, tiempo del centro del país y que dejó postales que quedarán para la posteridad.

Si bien el eclipse pudo verse en distintas regiones de México, fue en Mazatlán en donde la noche invadió el día, pues en este punto la luna logró tapar por completo el sol, con lo que la ciudad se oscureció por completo.

Este hecho generó una disminución de la temperatura poco más de seis grados la temperatura, reduciéndose también los rayos UV. El hecho quedó grabado por usuarios de redes sociales quienes documentaron lo ocurrido y cómo en sólo unos minutos, la ciudad quedó a oscuras.

 

En otras ciudades

Luego de casi 33 años, un eclipse total de Sol volvió a apreciarse en el territorio nacional, para asombro y disfrute de todos los que, de una u otra forma, lo observaron este día.

En el caso de la Ciudad de México, el llamado Gran Eclipse Mexicano, acuñado así por algunos investigadores dadas las privilegiadas condiciones de observación en el país respecto a las de Estados Unidos y Canadá, alcanzó su punto máximo siendo las 12:14 horas, tal cual estaba previsto.

Quienes lo atestiguaron desde la capital mexicana, como el nutrido grupo que dio cita en el “Picnic bajo la sombra” en Ciudad Universitaria, de la UNAM, o los que justo estuvieron en el Planetario Luis Enrique Erro, del IPN, el esperado fenómeno causado por la alineación del Sol, la Luna y la Tierra a lo largo de una línea recta se apreció únicamente de manera parcial.

Es decir, desde esa perspectiva, el satélite natural de la Tierra sólo alcanzó a cubrir arriba del 70 por ciento del disco solar, y el día no se oscureció mayormente.

Lo cual no restó fascinación al evento astronómico, pues los numerosos observadores siguieron a través de lentillas especiales, telescopios con filtro solar, cajas oscuras de elaboración casera o desde la sombra que se proyecta bajo el follaje de los árboles, este tránsito lunar que en el imaginario de varias culturas mesoamericanas parecía como si el Sol fuera devorado.

Además de algunos fenómenos ópticos como las Perlas de Baily o el Anillo de Diamante, producidos por la luz que todavía alcanzaba a filtrarse hasta la Tierra conforme la Luna va cubriendo al Sol, el principal atractivo del disco solar completamente bloqueado fue la posibilidad de contemplar a simple vista la corona solar, la parte más externa de la atmósfera de dicho astro.

“Es un espectáculo muy bonito; se forma como una especie de aura alrededor del Sol”, dijo a Reforma Xóchitl Blanco, especialista en física heliosférica e investigadora del Instituto de Geofísica (IGf) de la UNAM. “Pero siempre y cuando estemos en la zona de totalidad”.

Para todos los observadores fuera de la llamada franja de totalidad, que se extiende por Durango –donde la fase máxima ocurrió a las 12:14– Torreón, Monclova y Piedras Negras, en todo momento fue necesario asomarse a través de los múltiples métodos directos e indirectos que resultan seguros, y que ya desde el eclipse solar anular del 14 de octubre pasado, también visible desde México, se han difundido masivamente.

Ahora, el siguiente eclipse total de Sol que pueda verse desde el territorio nacional ocurrirá hasta dentro de 28 años, el 30 de marzo de 2052.

En Las Islas

En Las Islas de Ciudad Universitaria de la UNAM, varios grupos de estudiantes y también familias acudieron para presenciar el fenómeno astronómico.

Emocionada con su caja oscura pintada de morado, Sofía, de 5 años, explica para qué sirve ese singular dispositivo casero.

“Es para ver cómo la Luna y el Sol se juntan para hacer un eclipse”, dijo la menor que llegó desde Iztacalco junto con tres tías, su abuelita y hasta su perrita Aika, para disfrutar del eclipse.

Desde las 8:00 horas, los asistentes buscaron el mejor sitio para ver el evento, o bajo la sombra de los árboles, en una mañana cálida y con un cielo lo suficientemente claro como para garantizar una buena observación.

Otras personas estaban sobre mantas, en sillas plegables o directamente sobre el pasto, con un refrigerio a la mano, expectantes del fenómeno.

Rodolfo Bautista, estudiante de Ingeniería Geológica y apasionado de la observación de los astros desde los 8 años, montó su propio telescopio y permite que cualquiera se asome por el mismo, equipado ya con el filtro solar especial.

Los numerosos observadores podrán ir siguiendo a través de lentillas especiales, telescopios con filtro solar, cajas oscuras de elaboración casera o desde la sombra que se proyecta bajo el follaje de los árboles, el tránsito lunar que en el imaginario de varias culturas mesoamericanas parecía como si el Sol fuera devorado.

Asomándose a ratos, entre venta y venta de las paletas congeladas que llevaba en una hielera sobre un diablito, Pedro, de 9 años, también se maravilló con el esperado evento, que no se apreciaba en México desde 1991, y no se repetirá sino hasta 2052.

“Se ve genial, y está bien bonito”, lo calificó el menor que observaba a través de un vidrio de soldador, el mismo que utilizó en octubre pasado durante el eclipse solar anular cuando también estuvo con sus padres vendiendo paletas en el anterior picnic. “Ahorita va mejor (la venta), más que la otra vez”.

La gran afluencia reunida en Las Islas con motivo de otro eclipse solar volvió a ser una gran oportunidad para los vendedores de tacos de canasta, raspados, sillas plegables, sombreros y, sobre todo, lentes especiales para mirar directamente el evento astronómico.

“Ahorita me decían jóvenes universitarios que les costaron hasta 100 pesos”, compartió Luis Molina, abogado de profesión, quien desde las 7:30 de la mañana salió con su esposa e hijos a regalar desde Pedregal de Santo Domingo 3 mil de estos lentes que consiguió a través de una donación para su colectivo Logrando Más Sin Fronteras.

“Dijimos: ‘Este espectáculo no debe ser un privilegio’”, continuó.

Lo cierto es que no faltaron métodos para ver, de una u otra forma, el espectáculo en el firmamento mexicano. Ya fuera a través del tendedero de lentes especiales que la propia UNAM montó, o desde los telescopios con filtro solar dispuestos por la Sociedad Astronómica de la Facultad de Ingeniería, donde se registraron largas filas.

Junto a una de esas hileras, donde alrededor de 50 personas esperaban su turno para observar por un instante el eclipse, un par de jóvenes practicaban juego de pelota, acaso el deporte más apropiado para un evento de esta índole.

“La pelota representa al Sol y nosotros somos los astros. Entonces, se trata de generar un movimiento y que fluya la energía”, explicó Samantha Blanca Díaz, egresada de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México San Lorenzo Tezonco, quien lleva un año practicando este deporte de origen mesoamericano.

Y entre todo ese público, en su mayoría jóvenes a los que luego animaría el grupo sinaloense Mochis Bendito con su estilo que fusiona corrido tumbado con otros ritmos, además del haitiano F-Mack con su mezcla de funk y jazz, no faltó quien pudiera jactarse de haber apreciado el último eclipse total de sol que atravesara el territorio nacional.

“El del 91 lo vi. Estaba en casa de mis papás con mis hijos, y lo vimos en el piso con una hojita a la que le hicimos una perforación. Ahí ese día sí se oscureció todo, y todo el mundo maravillado”, recordó Silvia Rosas, maestra de primaria jubilada.

 

En el Planetario del IPN

El planetario Luis Enrique Erro del Instituto Politécnico Nacional (IPN) agotó en su primera hora de apertura las 2 mil fichas previstas para el eclipse. Hacia las 12 horas decenas de personas amagaban con un portazo que disuadió el personal de la institución cuando formó brigadas para prestar lentes certificados entre quienes no pudieron entrar, pero sí observar el fenómeno astronómico.

Una de las actividades que mayor afluencia de público registró fue la de mirar a través de los cinco telescopios dispuestos en el estacionamiento -además de los 25 que compartieron los aficionados- y el préstamo de lentes para visualizar el sol por cuatro minutos.

 

En EU y Canadá

La magnitud del eclipse se sintió más allá de México, con 42.8 millones de personas en Estados Unidos y Canadá que pudieron observarlo en su totalidad y otras 650 millones que lo vieron parcialmente.

Comenzando en México, atravesando Estados Unidos y terminando en Canadá, el fenómeno natural fue un acontecimiento celeste que sigue inspirando asombro, pero que también representa una oportunidad económica.

La sombra de la Luna sumergió la costa del Pacífico de México en la oscuridad  y atravesó Estados Unidos, antes de volver al océano sobre la costa atlántica de Canadá, poco menos de una hora y media después de tocar tierra.

A lo largo del “camino de la totalidad” del eclipse, en el que la Luna oculta completamente al Sol durante unos minutos, se celebraron festivales, fiestas e incluso bodas multitudinarias.

“Fue genial. Me encantó”, dijo Gary Christensen, un abogado que viajó desde el estado de Oregón hasta el pueblito de Ingram, en Texas, donde pese al cielo nublado se pudo apreciar el fenómeno.

A miles de kilómetros de distancia, en el centro de Montreal, Canadá, los oficinistas salieron de los rascacielos para hacer fotos con sus gafas de eclipse sujetas a sus teléfonos.

Se esperaba que muchas regiones se beneficiaran de la afluencia de turistas. “Tenemos gente que viene de los 50 estados, incluso de Alaska y Hawái. Hay turistas de Holanda, Finlandia, Alemania, Israel y Nueva Zelanda”, afirmó Jennyth Peterson, responsable de eventos en una zona al norte de San Antonio (Texas).

Muchos hoteles están llenos desde hace meses, y se esperaban atascos monstruosos, como durante el último eclipse total en Estados Unidos, en 2017, cuando menos ciudades estaban en la trayectoria correcta. Para la ocasión, muchos colegios cerraron o permitieron a los alumnos salir antes.

El eclipse también se pudo admirar desde el aire: la aerolínea Delta planeó dos vuelos especiales a lo largo de la trayectoria, mientras que muchas escuelas de la zona cerraron durante todo el día.

Los astronautas de la Estación Espacial Internacional vieron la sombra de la Luna recorriendo la superficie de la Tierra.

 

Texto: Redacción y Agencia Reforma / Fotos: Agencia Reforma y tomada de internet