22 mayo,2018 8:55 am

Aún no hay fecha en El Mirador para tener puente, agua y para demoler edificios dañados

Texto: Beatriz García
Foto: Jesús Eduardo Guerrero
Chilpancingo, Guerrero. Damnificados por los fenómenos meteorológicos Ingrid y Manuel del 14 y 15 de septiembre de 2013, se quejaron de que no saben cuándo se va a terminar el puente que comunica el fraccionamiento El Mirador con otras colonias de Chilpancingo, cuándo van a demoler los edificios dañados que pueden colapsarse ni cuándo tendrán agua potable.
La dependencia del gobierno federal a cargo de las viviendas para damnificados es la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), pero el delegado, que ya no está en el cargo, José Manuel Armenta Tello, no logró resolver los problemas que tienen los habitantes.
En reiteradas ocasiones, el entonces delegado de la Sedatu deslindó a la dependencia de la responsabilidad de los desperfectos.
Las fisuras, cuarteaduras y filtraciones continúan, no hay puente concluido, ni agua, y sigue el riesgo de que colapse el edificio 2-B donde están 32 viviendas.
El fraccionamiento Nuevo Mirador está ubicado en la periferia de la ciudad, a un lado de la Autopista del Sol hacia Acapulco, donde viven familias damnificadas de hace casi cinco año por el paso de la tormenta tropical Manuel y el huracán Ingrid.
En el fraccionamiento se construyeron 598 viviendas, sin embargo 32 de ellas son inhabitables porque pueden colapsarse en cualquier momento, aunque también todas las viviendas tienen daños en paredes, pisos y techos y son un riesgo para las familias.
Incluso en marzo del año pasado Protección Civil alertó nuevamente de que tenían que ser demolidas antes de que comenzara a llover, pues la tierra podía reblandecer y ocasionar un derrumbe. Por segunda ocasión comenzaron las lluvias y el edificio sigue y representa un riego.
A los habitantes les entregaron la llave de su casa el 23 diciembre del 2015 pero la usaron hasta el 5 de enero del 2016, y desde que las habitaron denunciaron el deterioro.
En un recorrido por el fraccionamiento se constató que el puente está inconcluso, sigue faltando una segunda parte, en la que en reiteradas ocasiones el ex delegado expuso que no se podía concluir porque la otra parte debe hacerse en un terreno particular, sin embargo por incumplimiento de acuerdos con el Ayuntamiento el dueño cerró el paso hasta que se cumpla el convenio.
Vecinos en el fraccionamiento dijeron que no se ha trabajado en la obra del puente, que seguramente no se resuelve el problema con el Ayuntamiento, o por falta de presupuesto.
Lamentaron que también hay un problema en un túnel por donde circula el trasporte público, pues en temporada de lluvias el agua se estanca y es de difícil acceso, incluso no se puede caminar, y así llevan casi cinco años.
Un vecino que pidió no decir su nombre por seguridad indicó que siguen también sin tener agua, que la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado de Chilpancingo (Capach) ha hecho diversas pruebas para surtir el agua del depósito que se construyó, pero que no funciona.
En el recorrido se observó que en dos pipas se estaba suministrando agua a las familias, algunas estaban comprando sólo por cubetas y otros compran por tinacos o tambos, y pagan de 80 a 150 pesos, y con la mejor de las suertes las familias compran una pipa completa que pudiera costar de 500 a 800 pesos, contaron varios vecinos.
En el 2014 la dependencia informó en un boletín que este fraccionamiento contaría con escuela, canchas de basquetbol en cada corredor, cancha principal de futbol, zonas recreativas, supermercado y estación de autobuses.
Los habitantes manifestaron que la realidad de su situación es que aunque están conscientes de los riesgos por los daños que tienen las casas, tienen que seguir viviendo ahí por necesidad, pues no tienen otra opción. Aquí fueron reubicados porque el río se llevó sus viviendas, se derrumbaron o quedaron con daños estructurales irreparables. Y la manzana que está habitada y corre mayor peligro es la 1-B pues está junto al edificio que debe ser demolido.
Armenta Tello siempre responsabilizó a las empresas encargadas de esa construcción, motivo por la que fueron demandadas ante la PGR, para deslindar responsabilidades y éstas se encarguen de la demolición y la reparación de daños.
Sobre los peritajes que el año pasado comenzó a hacer la PGR para dar continuidad a las investigaciones contra las empresas, vecinos contaron que desconocen si se terminaron de hacer o si ya hay algún resultado.
(En la imagen: Puente vehicular del fraccionamiento Nuevo Mirador donde fueron reubicados damnificados por los fenómenos meteorológicos Ingrid y Manuel en 2013; vecinos denunciaron que los trabajos de construcción están parados por parte de la Sedatu. Foto: Jesús Eduardo Guerrero)