3 julio,2023 1:42 pm

Baja con Sembrando Vida la emigración de campesinos de Yoloxóchitl, San Luis Acatlán

 

Piden beneficiarios que se amplíe el programa y les envíen más apoyo técnico porque un solo ingeniero no se da abasto con los ocho grupos que tiene bajo su cargo en esa zona

 

Yoloxóchitl, San Luis Acatlán, Guerrero, 3 de julio de 2023. Campesinos beneficiarios del programa federal Sembrando Vida en esta comunidad comenzaron ayer la cuarta jornada de siembra (ya que el programa lleva 4 años) en la que pasaron su planta del vivero a parcelas, relataron que debido al pago que reciben disminuyó la migración, y pidieron que se amplíe el programa y que les manden más asistencia técnica.

El “facilitador” (un coordinador de los técnicos del programa) de esta zona identificada como Territorio 38, que incluye a 35 comunidades de los municipios de San Luis Acatlán, Iliatenco y Malinaltepec, Rafael Organista Mota informó que la meta para este año es que cada beneficiario plante mil 450 plantas, en total son mil 156 en esta zona.

En el vivero que se visitó ayer había 28 mil 501 plantas, de las cuales 23 mil 338 son limones, mil 735 robles rosa y amarillos, mil 24 cacahuananches, 544 caudilla, mil 360 naranjos, 336 toronjas y 164 nanches, los cuales se repartirán entre 22 sembradores que forman el grupo Comunidades de Aprendizaje Campesino (CAC).

El sistema que se utilizó en la primera parcela en la que se plantaron 320 plantas es intercalado de milpa y árboles frutales. Hombres, mujeres, niñas y niños participaron en la actividad bajo un pesado sol y una alta humedad, todos animados, sonrientes, y al final, agotados.

El programa inició formalmente en esta zona en agosto de 2022, año en el que se amplió.

La región está deforestada y contaminada por décadas de uso de agroquímicos y por la ganadería, además de los incendios forestales.

En Yoloxóchitl la gente vive de la siembra de maíz, frijol, calabaza, de la ganadería y de la migración.

Se esperaba sembrar los árboles del vivero desde el 25 de junio pero se retrasaron las aguas, ahora el paisaje es verde debido a que desde hace una semana han caído, “buenas lluvias”, contó el presidente de la CAC Los Robles, Octaviano Valentín Gerardo.

 

Octaviano, la migración y el aprendizaje

Octaviano se hizo migrante por necesidad, debido a la falta de empleo, se fue ocho años de su comunidad dejando atrás a su familia, tres años trabajó en el país y los otros cinco en Estados Unidos.

Ayer en entrevista, se dijo contento de que ahora puede estar con su familia porque le pagan, 6 mil pesos al mes, por sembrar en su parcela.

Además, le enseñaron a preparar insumos para el campo como fungicidas y fertilizantes naturales, ya que en el programa no se utiliza ningún tipo de agroquímico.

Uno de estos insumos es el bocashi, un abono orgánico que se hace, en este lugar, con rastrojo, estiércol, tierra, maíz molido, ceniza, tierra de monte, melaza, suero de leche y levadura.

Además del súpermagro, un líquido preparado con agua, estiércol fresco de vaca, melaza, suero, ceniza y levadura, el bocashi se usa para plantar, fortalece las raíces y le da fuerza a la planta, mientras que el súpermagro se usa para el desarrollo de la planta y el fruto, explicaron los campesinos.

Octaviano cuenta que antes de Sembrando Vida, “para ser sincero, en los otros gobiernos llegaban programas pero no nos apoyaban, les llegaba a unos cuantos, ahora sí hay trabajo y te llega el pago”.

“Yo fui migrante, estuve ocho años fuera de la localidad, ahora me beneficia, estuve cinco años en Estados Unidos, ahora tengo en qué ocuparme, estamos esperanzados a que en dos o tres años esto va a dar resultados, cada compañero tiene su planta y recibimos un pago mensual, la gente se queda con su familia, te lo cuento porque yo lo viví, te puedo decir que con el programa se vive más feliz, porque estás con tu familia”, relató.

A su vez, el comisario Eduardo Guadalupe, en su discurso ante sembradores de las dos CAC y técnicos del programa, agradeció al presidente Andrés Manuel López Obrador de que se tomara en cuenta a la comunidad, y en entrevista, coincidió con el campesino Octaviano, en cuanto a que bajó la migración debido a los pagos del gobierno federal.

“Veo que los sembradores ya tienen algo de planta, eso es pensar en el futuro, en un año van a estar de un metro de altura y en unos tres años van a dar la cosecha. Se está viendo el cambio porque los señores se organizan, ha mejorado la economía, sobre todo ahí se ve, en la economía, porque ahorita los señores tienen un empleo, están trabajando y ganando su dinero para su familia, la verdad el programa beneficia a la familia”, dijo el comisario.

Afirmó que de esta comunidad es común que la gente se vaya en busca de trabajo a Los Cabos, San Lucas y Michoacán, principalmente, y una menor parte “como un 5 por ciento de la gente se va a Estados Unidos”.

Otro beneficio del programa, consideró, es la organización.

“Recuerdo que la gente no se hallaba porque en el pueblo cada quien trabajo a lo suyo y ahora están organizados y veo que es otra forma de trabajar, es un cambio, una innovación, reducen los conflictos porque la gente tiene qué hacer en lugar de andar en las calles del pueblo haciendo anomalías”, dijo.

 

Vamos a poder recuperar el suelo contaminado, espera la sembradora Josefina

La sembradora Josefina Trinidad Margarito del CAC Los Robles, afirmó que Sembrando Vida ayuda a los campesinos, “pero en especial al pueblo de Yoloxóchitl porque vamos a poder recuperar un poco todo lo que se ha contaminado el suelo, vamos a poder reforestar las zonas destruidas”.

Se le preguntó qué tan graves son ambos problemas y respondió que son décadas de usar agroquímicos para la siembra de maíz, frijol y calabaza.

“Además son muy comunes los incendios forestales, a veces por un accidente, a veces provocados para limpiar el terreno, y se queman terrenos donde tenemos algo sembrado, y con este programa se nos ayuda a la reforestación”.

En cuanto a los cambios que ha visto dijo que son pocos, porque el programa apenas lleva un año, cuando en otras zonas del país ya lleva cuatro, se cosecha, se transforma y se comercializa la producción, y en este lugar aún no llegan a ese punto.

“En este año tenemos la meta de sembrar mil 413 plantas (cifra que varía según lo que se vaya a sembrar) para la reforestación, cada sembrador tiene esa meta y somos 23 en mi CAC”, agregó.

Dijo que en la reforestación, “vamos a meter árboles frutales, maderables, agroindustriales (como, por ejemplo, el cacao y el café que necesitan un proceso para su consumo) en cada parcela”.

Afirmó que mejoró la situación económica de los beneficiarios del programa y con ello de la comunidad, porque se les paga mensualmente, “eso nos ayuda un poco en los gastos que tenemos, aparte nos ayuda para mejorar nuestro terreno, con ese apoyo a veces compramos más plantas, a parte de lo que siempre producimos, sí te puedo decir que mejora la calidad de vida”.

En cuanto al papel de la mujer en el programa afirmó que hay una estructura horizontal con respecto de los hombres, aunque “los hombres sí hacen el trabajo más pesado, las mujeres nos encargamos de rellenar las bolsas con tierra, hacer los transplantes, poner semillas en los semilleros”.

Se le preguntó si mejoró el trato hacia la mujer debido al programa, y respondió que sí, “porque hombres y mujeres nos tratamos como iguales, te puedo decir que no hay discriminación, al menos en el grupo al que pertenezco acordamos que debe de haber respeto hacia las mujeres”.

Consideró que hace falta más apoyo, “necesitamos más ingenieros, ahorita tenemos un ingeniero que está a cargo de 8 CAC y como que no se da abasto”.

El comisario informó que en Yoloxóchitl hay 5 mil habitantes, la mayoría campesinos, otra parte ganaderos productores de carne para consumo local.

La localidad es pintoresca, su catedral y su comisaría son más grandes que en otros lugares, coloridas, se ven muy cuidadas, muchas casas aún son de adobe y con techos de teja, las calles lucen limpias y el clima es cálido.

 

Texto y foto: Rosendo Betancourt Radilla