En el centro y el mercado no es común usar cubre bocas, guardar distancia, lavarse las manos o usar gel antibacterial
Tlapa, Guerrero, 18 de abril de 2020. En Tlapa los comerciantes siguen escépticos sobre la existencia del coronavirus, se niegan a dejar de ofrecer sus servicios pese a que han visto la disminución de los consumidores, provenientes de los 18 municipios que por algún motivo hacen parada aquí, en la ciudad conocida como El Corazón de la Montaña.
Esta es la semana con los días más críticos, según anunciaron las autoridades estatales y de salud para que la gente se quede en casa, no se toman en cuenta las medidas como usar cubre bocas, guardar distancia, lavarse las manos o usar gel antibacterial.
Los municipios Huamuxtitlán y Xochihuehuetlán fueron los primeros en registrar casos positivos y en aumento.
El jueves Tlapa registraba un caso positivo de Covid-19 y este viernes uno más, “esa enfermedad es inventada, no pasa nada”, le dijo un vendedor de tortas a uno de gelatinas frente a un negocio, dejando la carretilla que carga la vitrina, en el mercado Un Nuevo Horizonte para Guerrero.
“Ahora unos hasta se tapan la boca con esos trapos”, respondió el gelatinero quien lamentó la falta de ventas, le entregaron su torta y se despidió diciendo que va a seguir para ver si termina su producto, “porque ya son las 10 de la mañana”.
En ese negocio está toda la familia, padres, abuela, hijos y nietos. Aunque el dueño no esté convencido del Covid-19 colocó botellas de gel para sus clientes, pero nadie lleva cubre bocas y su local es estrecho, por lo que sus cuerpos rozan.
En el recorrido por el mercado se observaron negocios abiertos con actividades no esenciales ni de primera necesidad, y que este jueves ante el aumento de la pandemia el secretario de Salud, Carlos de la Peña Pintos urgió se cerraran como medida estricta.
En los negocios de frutas y verduras la sana distancia no es promovida, los espacios son pequeños y el cubrebocas lo llevan puestos de manera correcta algunos y otros se lo quitan para hablar.
Entre los consumidores del mercado el cubrebocas lo usaba uno de cada 20 personas.
La situación es similar en el centro de Tlapa, sobre todo en los bancos donde la gente hace largas filas para entrar a algún trámite o cambio de cheques, operación más común por el magisterio y otros empleados.
También campesinos que tienen problemas con sus plásticos para acceder a los recursos de los programas del gobierno federal, que antes con Prospera les llevaban a sus comunidades para evitar la movilidad masiva ante la insuficiencia de bancos, aquí hay cuatro, recientemente se sumó Banco Azteca.
Algunos no tienen clara la fecha de sus depósitos y acuden para ver si ya tienen el dinero. Aquí se enfrentan a tener que pedir el favor a otra persona para que pueda manipular el cajero automático porque no saben usarlo, porque no saben leer.
Los lugares de venta de comida como La Plazuela se mostraron como en cualquier día, en que la gente pasa por su caldo de panza, una torta o tacos. Unos tres vendedores tenían cubre bocas.
En las calles fueron escasas o nulas las personas que llevaban cubre bocas. Las miradas se fijaban sobre quien los llevaba.
En el transporte público tampoco se observó limpieza de las unidades o la sana distancia entre los pasajeros, aunque la afluencia es poca.
Las tiendas están abiertas, los ambulantes siguen en las calles al igual que las vendedoras de verduras, quienes viven al día con la venta del ramo de cilantro, los rábanos, las verdolagas, los chiles o jitomates.
El presidente municipal de Tlapa, Dionicio Merced Pichardo salió en un video luego de un mes sin emitir un mensaje sobre el Covid-19, para anunciar que Tlapa ya tenía un caso y para quejarse porque la gente no presta atención a tanta recomendación que hay en la televisión, y que el Ayuntamiento giró oficios a los comercios no esenciales para su cierre sin que acaten o tomen las medidas.
Además pidió a la Procuraduría Federal del Consumidor que acuda ante el alza de precios de varios productos.
Texto y foto: Carmen González Benicio
