22 noviembre,2023 4:37 am

¿Como explicar la victoria de Javier Milei en Argentina y adónde lleva al país?

Gaspard Estrada

El pasado domingo los argentinos decidieron dar un salto al vacío. Después de una campaña electoral marcada por las sorpresas y los errores de las encuestas de opinión, el economista libertario de extrema derecha, Javier Milei, fue electo Presidente de Argentina con un amplio margen, más allá de los 10 puntos de diferencia frente a su rival, el todavía ministro de economía Sergio Massa. Visto desde el extranjero este resultado, histórico desde cualquier punto de vista, luce difícil de entender, teniendo en cuenta la cantidad de disparates proferidos por el antiguo comentarista de televisión, asumido como un outsider político durante su vida pública de manera general y en particular durante la campaña presidencial que acaba de terminar.
¿Cómo explicar tal resultado? Milei hizo una campaña a su imagen y semejanza: histriónica, extrema y furiosa, simbolizada por la motosierra con la que buscaba –esperemos que metafóricamente– destruir a la “casta”, expresión con la que se refería a los políticos del país. A ello sumó media docena de consignas (“dolarización”, “libertad”, “fin del Banco Central”), sobre las que se dieron pocas explicaciones, y construyó la exitosa campaña que lo llevó a la Casa Rosada. La comprensión de este fenómeno requiere considerar las transformaciones en curso en la sociedad argentina, que van desde los cambios producidos por la comunicación en la era digital hasta el avance de la precarización laboral y la marginación de grandes sectores de la población de los mercados y de las redes formales de protección estatal.
En este sentido, hay que reconocer que Milei ha demostrado una mayor capacidad de lectura de la situación actual que sus adversarios. Entendió que el cansancio con el gobierno no se representaría en fórmulas graduales, como proponía la coalición Juntos por el Cambio, y dejó espacio para aceptar una propuesta de terapia de choque. En este sentido, la propuesta de dolarizar la economía resultó una jugada electoral inteligente, ya que conquistó a los votantes más jóvenes, que no recuerdan el colapso de los años noventa y sienten el impacto directo de una economía estancada justo cuando se incorporan al mercado laboral.
Si bien es necesario ampliar el esfuerzo para comprender las raíces de este resultado, también es necesario reflexionar sobre sus implicaciones de cara al futuro. El propio Milei parece ser consciente de que su programa es menos factible de lo que aparentó durante la campaña. Durante su discurso de victoria, Milei no hizo referencia a la dolarización ni a la abolición del Banco Central, pero dejó claro que el camino que pretende seguir es el de la terapia de choque.
Implementar esta agenda representa una operación políticamente muy compleja. Aprobar leyes y proyectos que requieren mayoría calificada exigirá acuerdos con sectores del peronismo, pero el desafío no termina allí. La adopción de una terapia de shock suele producir efectos muy costosos en términos de empleo e ingresos, lo que podría desatar olas de protestas que pongan en riesgo la ya difícil gobernabilidad del país. En este contexto, la sostenibilidad política de Milei dependerá de la construcción de una red de apoyo que vaya más allá de las votaciones en la Cámara y el Senado y se haga notar en las calles.
Y allí reside el primer escollo fundamental de la presidencia de Javier Milei: buena parte de los votos que obtuvo durante la segunda vuelta lo fueron de personas que esperan resultados inmediatos en materia económica de parte del próximo gobierno. Estas últimas, en su mayoría jóvenes sin militancia política o sindical, no se movilizarán para defender al gobierno si no perciben que Milei hace cambiar el rumbo de la economía. Sin embargo, está claro que las medidas que pretende implantar Milei durante los primeros meses de su mandato van a profundizar la crisis económica y social del país. En este sentido es predecible que los movimientos sociales organizados, bien representados en el movimiento peronista, se movilicen para evitar perder más derechos. En resumen, la crisis argentina va a profundizarse.

* Director Ejecutivo del Obser-vatorio Político de América Latina y el Caribe (OPALC), con sede en París.

Twitter: @Gaspard_Estrada