3 diciembre,2022 11:44 am

Comparte Mircea Cartarescu en la FIL de Guadalajara cómo es su proceso de escritura

 

Ciudad de México, 3 de diciembre de 2022. Ante las preguntas más complejas, minuciosas y personales de sus lectores, el escritor rumano Mircea Cartarescu, uno de los mayores narradores de este siglo, sabe ofrecer un tipo muy particular de respuestas.

“Como yo sólo sé hablar con parábolas, les voy a ofrecer otra parábola, ya que sé que también les gusta. Las parábolas son cuentos para gente mayor, por eso nos gustan tanto Kafka y Borges”, expuso la noche del jueves.

Ante más de 200 de sus lectores, reunidos en la librería Gandhi de Miguel Ángel de Quevedo, el ganador del Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances, expuso su credo literario en forma de parábolas.

Así, por ejemplo, para hablar de su proceso de escritura, Cartarescu (Bucarest, 1956) recordó la forma en la que la mantis religiosa construye su nido, de gran complejidad y belleza, secretando una sustancia orgánica de su cola, sin reparar en un diseño preconcebido y sin voltear hacia atrás en ningún momento.

“Yo creo que los escritores de verdad son aquellos que pasan por un proceso biológico, prácticamente orgánico en su creación. No creo en los constructores, no creo en aquellos que hacen un plan muy preciso y luego lo rellenan con la narración propiamente dicha”, ilustró.

Acompañado por el ensayista Geney Beltrán y por su traductora de cabecera al español en la editorial Impedimenta, Marian Ochoa (quien recibió un aplauso especial del público), el autor ofreció un ejemplo de ello al hablar de la forma en la que escribió su monumental Cegador.

Esta trilogía consagratoria de miles de páginas, frecuentemente citada como uno de los motivos que podrían hacer a Cartarescu acreedor al Nobel de Literatura, está compuesta por los libros El ala izquierda (1996), El cuerpo (2002) y El ala derecha (2007), cuya última entrega por fin llegó al castellano este año.

“A mí me cuesta recordar mi trilogía Orbitor (como se llama en rumano), porque ha pasado ya muchísimo tiempo y ustedes ya saben que generalmente los escritores no piensan en sus libros pasados si no los releen, y piensan exclusivamente en el libro que escriben o aquél que tienen intención de escribir”, reconoció.

No obstante, sí recuerda perfecto que comenzar a escribirlo fue “ridículamente fácil”, pues sólo tenía claro tres cosas: el título (que en rumano es un palíndromo, pues se lee igual al derecho y al revés); que tendría más de mil páginas, y que iba a ser tan ancho que se podría escribir Orbitor de forma horizontal en el lomo.

“De ahí empecé, no tenía ni idea de lo que iba a incluir el libro. Y con estas cosas empecé a escribir. Una buena mañana empecé a escribir la primera frase de una novela sobre la que no sabía nada”, confesó, como una mantis haciendo su nido.

Afable y sonriente, pero incisivo y agudo en sus comentarios, Cartarescu convivió con una multitud de lectores que no sólo llevaron sus volúmenes de Cegador para firmar, sino el grueso de sus otros libros publicados al español por Impedimenta, como su Poesía esencial y la novela Solenoide.

“Para mí lo ideal sería poder hablar, discutir, con cada uno de ustedes de manera separada, y mantener esta conversación delante de un café, porque de lo contrario está es una situación un poco artificial”, dijo a sus lectores.

“Yo odio las tribunas, no me gusta estar enfrente de la gente, sino que me gustaría estar hombro a hombro con ustedes y como profesor de la universidad es algo que he hecho siempre”, añadió.

Fiel a esta convicción, Cartarescu pasó un par de horas firmando libros al término del evento, hasta atender al último de sus lectores.

El terremoto Mircea Cartarescu

Para Geney Beltrán, la literatura del rumano es una que continúa la evolución narrativa de figuras como Miguel de Cervantes, Jonathan Swift, Gustave Flaubert y James Joyce.

“El terremoto que él provoca es que él da un paso más. Cuando ya nos habíamos hecho a la idea de que la literatura ya no podía hacer nuevas vanguardias, nuevas revoluciones, nuevas transgresiones, que parecía que ya no había manera de forzar la palabra a hacer nuevas cosas, Solenoide, de Mircea Cartarescu es el evangelio de la cuarta dimensión de una percepción más profunda de la vida interior”, celebró.

Asimismo, el crítico literario mexicano recordó los orígenes de Cartarescu como poeta, hecho que marcó una obra en prosa que, a decir suyo, no deja de ser poesía.

“Es la poesía cosmogónica, es la poesía que construye nuevos mitos, nuevas imágenes, nuevas historias que no estaban, por lo menos, traducidas a palabras. Probablemente, yo tengo la sospecha de que Mircea Cartarescu tiene poderes de percepción extrasensorial, no es solo imaginación y el milagro es traducir eso en la página”, abundó.

Texto: Francisco Morales / Agencia Reforma