14 abril,2018 7:30 am

Confirman los mensajes entre criminales que los normalistas fueron confundidos: Vidulfo

El abogado de los padres de los 43 dice que demuestran que los jóvenes no estaban infiltrados y que Los Rojos no son un grupo local.

Texto: Lourdes Chávez / Foto archivo El Sur-Alejandro Guerrero.
Chilpancingo, Guerrero. La comunicación telefónica de integrantes del grupo de narcotraficantes Guerreros Unidos sobre los ataques del 26 y 27 de septiembre de 2014 en Iguala que vincula al exprocurador del estado, Iñaky Blanco Cabrera con la desaparición forzada de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa confirma que los estudiantes fueron atacados porque los confundieron con un grupo antagónico, Los Rojos, afirmó el abogado de los padres de los estudiantes, Vidulfo Rosales Sierra.
Además evidencia que los estudiantes no estaban infiltrados, como señalaron las autoridades en las primeras versiones del caso para criminalizar a las víctimas, subrayó.
Dijo que contrario a la versión oficial que dice que el ataque a los normalistas provino de un grupo de narcotraficantes local coludido con policías municipales, se evidencia la complicidad de autoridades con una red internacional de narcotráfico con autoridades de gobierno, en una red internacional de trasiego de droga hacia los Estados Unidos.
Llamó la atención a que en las escuchas de los diálogos que interceptaron agencias estadunidenses a fines de 2013 a octubre de 2014 de Chicago a Iguala, una de la personas sólo menciona preocupación por la llegada de soldados de la Marina, no así por las instituciones de seguridad nacional y seguridad pública que se encuentran en municipio: el 48 Batallón de Infantería de la Secretaría de la Defensa Nacional, las corporaciones de la Policía Estatal, Ministerial y Municipal.
Sobre todo señalan “60 paquetes guardados”, que puede comprenderse como personas vivas, y contrasta con la “verdad histórica” de que todos habían sido asesinados e incinerados.
Mencionó el intercambio de mensajes telefónicos entre narcotraficantes en Chicago y en Iguala sobre los ataques a los estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa y al equipo de futbol de los Avispones, el 26 y 27 de septiembre de 2014 integrados a una investigación judicial en Estados Unidos sobre Guerreros Unidos y que está en poder de las autoridades mexicanas, según la información que reveló el diario Reforma.
Rosales Sierra aclaró que la información aún es escueta y confusa pero confirma que los estudiantes no fueron infiltrados por Los Rojos, como lo señaló el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI).
Agregó que se comprende “de las escuchas” telefónicas que la noche del 26 y 27 septiembre hubo mucha confusión, “y (los estudiantes) fueron confundidos muy probablemente con este grupo delictivo (Los Rojos), y que eso de inmediato lo hubieran descartado hacia la madrugada del 27 de septiembre, Guerreros Unidos ya había descartado que los estudiantes en los autobuses fueron infiltrados por Los Rojos, no tenía razón de ser”.
Señaló que una persona identificada como Pablo Vega, uno de los jefes de Guerreros Unidos en Chicago que se encuentra detenido en una cárcel de Illinois acepta que los hechos van a afectar “el negocio”. También, dijo que, “mientras no aparezcan los chavos, van a seguir (las detenciones)”.
Otro personaje identificado como Spider Woman responde, “qué fácil es decir dónde estén”.
Esto indica que hay quienes conocen el paradero de los estudiantes y Rosales Sierra aclaró que no tienen más detalles, y esperan el informe intermedio del mecanismo de seguimiento de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), programado para este mes de abril.
Debido al proceso electoral federal aún no se determina si el informe se presentará en México o en la sede de la CIDH, en Estados Unidos. Tampoco se ha determinado la fecha.
En otra de las conversaciones se establece que un personaje identificado como Silver ordenó la tarde de los hechos pedir ayuda a la Policía Municipal de Iguala, Cocula y Huitzuco, y otro identificado como Romero habló con el exprocurador Iñaky Blanco, cuando dijo “ya nos traicionó”, y que el líder de Los Rojos Santiago Mazari, El Carrete, estaría detrás de las operaciones de los estudiantes.
Rosales señaló que no quedan claramente establecidos los hechos, porque no están documentados todos los mensajes telefónicos, salvo en las primeras horas del 27 de septiembre, y Guerreros Unidos tiene claridad de que agredieron a estudiantes no a sicarios.
Además confirma el trasiego intenso de droga de Iguala a Chicago, “de un grupo de la delincuencia no tan pequeño como el gobierno nos hace creer, las operaciones van más allá del aspecto local, que tienen capacidad para realizar operaciones trasnacionales, en este sentido el conjunto de nexos con autoridades es más amplio que lo local”.
Dijo que se desprende con claridad que el procurador de justicia en el gobierno de Ángel Aguirre Rivero, Iñaky Blanco, tiene acercamiento con Guerreros Unidos la noche de los ataques y de la desaparición forzada de los 43 normalistas.
Asimismo dijo que al hablar de 60 paquetes guardados (personas detenidas desaparecidas), y otros con San Pedro (asesinados) indica que los estudiantes se encontraban vivos.
Aún no se determina por qué habla de 50 y hasta 60 personas, pues sólo se ha documentado la desaparición de 43 estudiantes esa noche, además de los asesinados y fallecidos en las escenas del crimen, “es un aspecto que desconocemos, y tendrá que ser motivo de una investigación más exhaustiva, que implica la necesidad de seguir abundando en la línea de investigación del trasiego de droga Iguala-Chicago, que recomendó el GIEI en 2016.
Antes en un comunicado los padres de los normalistas desaparecidos exigieron que se agoten todas las líneas de investigación que surgen de los mensajes telefónicos, que se profundice el escrutinio de la CIDH y la colaboración de las agencias norteamericanas y que se evite un cierre precipitado del caso con tintes electorales.
Rosales Sierra explicó que el temor de los padres es que las autoridades insistan en cerrar el caso con los elementos de tesis oficial, que sigue presentando un sin fin de inconsistencias, porque lejos de un cierre, hay elementos para hacer la investigación más exhaustiva.
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Página 11