5 febrero,2024 8:34 am

Dan alumnos de NL salto en logro escolar

 

Ciudad de México, 5 de febrero de 2024. En una de las orillas de la gran metrópoli, la Primaria Andrés Quintana Roo, en García, es una de las escuelas con mayor rezago académico en Nuevo León.

Paradójicamente, es también un ejemplo de cómo se puede sacar a los niños del bache educativo provocado por la pandemia, y colocarlos entre los más altos niveles de logro.

En 2022, al regresar del confinamiento de casi dos años por Covid-19, sus estudiantes de tercero y sexto grado fueron evaluados, al igual que el resto del Estado, por la prueba Nuevo León Aprende, diseñada por la Secretaría de Educación del Estado para medir el impacto de la pandemia en el aprendizaje de los estudiantes.

Los resultados fueron graves para la generalidad de los niños evaluados (el 75 por ciento con deficiencias), pero en esta escuela pública ubicada casi al llegar a las Grutas de García, fueron catastróficos. La gran mayoría de los alumnos no contaba con los conocimientos suficientes para seguir aprendiendo.

Casi el 90 por ciento de la matrícula de tercer grado de este plantel, cerca de unos 100 niños, mostró simplemente que no sabían leer, mientras que en matemáticas la cifra de desempeño pobre en operaciones básicas fue de 80 por ciento.

Sin embargo, un año después, en la aplicación 2023 de la misma prueba, la escuela dio una voltereta y casi los mismos porcentajes de estudiantes se colocaron en los niveles máximos: un 94 por ciento alcanzó niveles óptimos en lectura y un 90 en matemáticas.

Esto en contraste con el referente estatal que fue de alrededor del 30 por ciento en ambas materias, según los resultados de Nuevo León Aprende dados a conocer en diciembre.

¿Qué fue lo que hizo esta escuela que le permitió a su grupo de niños en tercer grado destacar de entre las demás escuelas en la segunda evaluación?

EL NORTE visitó el centro educativo, donde los maestros contaron cómo, a pesar de condiciones adversas, como trabajar en sofocantes aulas móviles, pudieron sacar adelante a sus estudiantes, echando mano de recursos tan sencillos como aprovechar el tiempo, y utilizando métodos que a ellos mismos les funcionaron cuando eran niños.

 

La clave: tiempo en la escuela

Al ser evaluados en 2022, los niños de tercer grado prácticamente habían cursado primero y segundo grado sin ir a la escuela, por lo que era esperado que no supieran lo básico de la lectura. Era urgente recuperar aprendizajes, pues se trata de un grado clave para el aprendizaje posterior.

Así que los maestros buscaron material de apoyo pedagógico en internet, hablaron con los padres para pedir su colaboración en casa y diseñaron estrategias para que los pocos niños regulares ayudaran a los de mayores carencias.

Pero la acción clave tuvo que ver con el tiempo, indica la directora Karina Cruz. De las cuatro horas de cada jornada escolar, la mayor parte se dedicó durante todo el año escolar a las áreas de Lenguaje y Comunicación y Matemáticas, los aprendizajes clave.

“Cuando el profesor se enfoca en el trabajo en el aula con sus estudiantes en estos aprendizajes clave, la escritura y cálculo matemático, los chicos salen adelante”, comenta Cruz.

“Pero cuando tienes que cumplir con otras áreas entonces tienes que repartir cuatro horas en todas las materias y no se puede. Todas son importantes, también ética, sociedad, pero en el caso de tercer grado nos fuimos a trabajar con lo imprescindible, con español y matemáticas”.

Y es que, aunque el Estado se ha propuesto aumentar el número de escuelas de jornada ampliada y tiempo completo para que los maestros tengan mayor tiempo de trabajo con alumnos, en casos como la Andrés Quintana Roo, esto es complicado al haber un turno vespertino que ocupa el edificio.

Los profesores también recurrieron a un método de matemáticas con el que ellos mismos aprendieron cuando eran niños: el método Singapur, que se introdujo a las escuelas de Nuevo León en 2007 para combatir los bajos resultados de la desaparecida prueba ENLACE.

En él, los niños trabajan con objetos que pueden manipularse para transformar a las matemáticas en algo visual, y también se utilizan imágenes para representar un problema y se labora en equipo.

El caso de la Andrés Quintana Roo es exitoso, pero aún falta más por hacer.

Los alumnos de sexto grado, el otro nivel también evaluado por Nuevo León Aprende, no logró el mismo desempeño excelente que sus compañeros de tercero.

Por el contrario, quedaron muy por debajo, precisamente porque no se siguió la estrategia de enfocar la mayor cantidad de tiempo en los aprendizajes clave de lectura y cálculo.

 

La emoción de saber leer

Selene Angélica Rodríguez y José Abraham Díaz fueron los maestros que en el ciclo escolar 2022-2023 tomaron el reto de sacar adelante a una generación de tercer grado que presentaba carencias importantes de conocimientos básicos.

Ambos trabajaron en equipo para compartir prácticas sobre lo que a cada uno le funcionaba. Y se daban ánimos.

Y es que ante la alta demanda de estudiantes en la zona, les tocó trabajar con sus alumnos, ahora colocados en los primeros lugares del Estado, en reducidas aulas móviles.

“Era sofocante”, coinciden los docentes.

Ellos comenzaron a ver los resultados en sus estudiantes mucho antes de que les llegaran los resultados de la evaluación oficial.

“Desde el momento en que un niño que no sabía leer me decía ‘¡maestra, ya sé qué dice aquí!’, al ver sus caras de emoción dices: todo vale la pena, sí se puede ayudar a los niños”, comenta la profesora Selena.

Y sin el apoyo de los papás tampoco se hubiera podido dar un giro de 180 grados a los resultados de su escuela, agrega el profesor José Abraham.

Pero esa exitosa generación de niños de tercer grado (que ahora están en cuarto grado) y sus buenos resultados son una excepción, reconoce la directora. El resto de la escuela, unos 700 estudiantes siguen en un rezago importante debido a lo difícil que es impartir una estrategia que se enfoque sólo en español y matemáticas.

“Nosotros como escuela lo que hacemos es tratar de bajar la carga administrativa a los maestros lo más que se pueda, para que tengan más tiempo de trabajar con los alumnos”, dice la directora.

“Aún así, el tiempo es insuficiente, porque se tienen que dividir en diferentes campos educativos, que también son importantes”.

Actualmente, ésta y otras escuelas consideradas de mayor rezago educativo están en el programa oficial estatal “Aventuras en papel”, enfocado en garantizar la alfabetización inicial en los tres primeros grados de primaria, pero, a mitad de año escolar, aún no les llega información de en qué consiste.

 

Texto y foto: Agencia Reforma