8 diciembre,2022 8:08 am

Castillo, detenido tras disolver el Congreso de Perú y decretar gobierno de excepción

El presidente anunció la medida poco antes de que el Legislativo votara para destituirlo. Buena parte de su gobierno renunció en protesta por lo que los líderes políticos calificaron como un intento de golpe de Estado. Asume la vicepresidenta Dina Boluarte el cargo que fue declarado vacante

Lima / Madrid, 8 de diciembre de 2022. El presidente de Perú anunció ayer la disolución del Congreso y la instalación de un gobierno de emergencia para gobernar por decreto ayer, una medida sorprendente que los líderes políticos de todo el espectro se apresuraron a denunciar como un intento de golpe de Estado.

Castillo ha anunciado ayer durante un discurso a la nación la disolución del Congreso y la convocatoria de nuevas elecciones legislativas horas antes de enfrentar su tercera moción de censura.

Castillo ha realizado el anuncio en un discurso a la nación en el que también ha precisado que habrá un toque de queda en el país desde las 22.00 horas hasta las 4.00 de la mañana, según ha informado el diario La República.

“En atención al reclamo ciudadano a lo largo y ancho del país, tomamos la decisión de establecer un gobierno de excepción orientado a establecer el Estado de derecho y la democracia, a cuyo efecto se dictan las medidas: disolver temporalmente el Congreso de la República e instaurar un gobierno de emergencia excepcional”, ha anunciado.

La declaración del presidente Pedro Castillo se produjo horas antes de que el Congreso tuviera una votación, previamente programada, sobre un juicio político contra Castillo por cargos de corrupción. Después del discurso de Castillo, el Congreso adelantó su reunión y votó con rapidez para destituirlo como mandatario.

Para la tarde de ayer, Castillo estaba bajo arresto y su vicepresidenta, Dina Boluarte, prestó juramento como presidenta, convirtiéndose en la primera mujer en dirigir el país, según información de The New York Times.

“Se ha producido un intento de golpe de Estado, una impronta promovida por el señor Pedro Castillo, que no ha encontrado eco en las instituciones de la democracia y la calle. Este Congreso, atendiendo al mandato constitucional, ha tomado una decisión y es mi deber actuar en consecuencia”, ha recalcado.

“Necesitamos a los mejores peruanos”, dijo Boluarte, de 60 años, abogada y funcionaria pública con experiencia, “gobernar el Perú no será tarea fácil”.

En su primera intervención ante el Congreso como presidenta, Boluarte ha hecho un llamamiento “a la unidad de todos los peruanos”, ganándose los aplausos del hemiciclo. “Nos corresponde conversar, dialogar, ponernos de acuerdo, algo tan sencillo, como tan impracticable en los últimos meses”, ha lamentado.

Mientras, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, ha aplaudido el llamamiento a la “unidad nacional” de la nueva presidenta de Perú, Dina Boluarte, a la que ha ofrecido el apoyo del bloque en aras de “la imperiosa necesidad de recomponer la senda democrática”.

Perú ya se ha visto lastrado por años de escándalos de corrupción de alto nivel que han resultado en que el país haya tenido seis presidentes desde 2016. El mandato de Castillo profundizó la sensación de que el sistema político del país no funciona.

El intento de Castillo de desafiar al Congreso sumió a la frágil democracia en su mayor crisis política en años.

“Tomamos la decisión de establecer un gobierno de excepción orientado a restablecer el Estado de derecho y la democracia”, dijo Castillo, y añadió que convocaría elecciones para un nuevo Congreso “con facultades constituyentes para elaborar una nueva Constitución”.

Muy pronto, sin embargo, se hizo evidente que su anuncio tenía poco apoyo, lo que provocó la renuncia en masa de gran parte de su gobierno y una declaración conjunta de las fuerzas armadas y la policía de Perú en la que daban a entender que Castillo no tenía la autoridad legal para llevar a cabo sus medidas y no lo apoyarían.

La televisión peruana mostró imágenes de Castillo y su familia saliendo del palacio presidencial.

Por su parte, las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional de Perú informaron que no apoyan las acciones del presidente Pedro Castillo -apenas destituido- de disolver al Congreso e instaurar un gobierno de excepción y toque de queda.

La Conferencia Episcopal de Perú ha acusado a Castillo de intentar perpetrar un “golpe de Estado” y, ante su decisión “inconstitucional” de disolver el Congreso, ha llamado a la “unidad nacional”, a “mantener la tranquilidad” y a “poner coto a cualquier forma de violencia”.

En tanto, ex presidentes de Perú han publicado mensajes de condena ante lo que consideran un “golpe de Estado” por parte del mandatario Pedro Castillo, que ha sido detenido tras anunciar la disolución del Congreso y decretar un gobierno “de excepción”. Entre ellos, Ollanta Humala, Martín Vizcarra, Francisco Sagasti, expresaron su “rechazo total” a la maniobra.

La embajada de Estados Unidos en la capital peruana también se apresuró a emitir un comunicado en el que condenaba a Castillo. “Estados Unidos insta enfáticamente al presidente Castillo a revertir su intento de cerrar el Congreso y permitir que las instituciones democráticas de Perú funcionen según la Constitución”, dijo la embajada en un tuit. “Alentamos al público peruano a mantener la calma durante este tiempo incierto”.

Mientras, el gobierno de España ha condenado “la ruptura del orden constitucional” llevada a cabo por el presidente de Perú, Pedro Castillo, quien ayer ha disuelto el Congreso, el cual a su vez ha procedido a su cese.

Tras el anuncio de Castillo, su abogado personal y varios miembros de su gobierno renunciaron, incluidos los ministros de Economía, Justicia y Derechos Humanos, Medioambiente, Transporte, Cultura y de la Mujer; el embajador en la Organización de los Estados Americanos; y el ministro de Relaciones Exteriores, quien tuiteó que la decisión del presidente estaba “violando la Constitución”.

“Este es un golpe de Estado”, dijo Francisco Morales, presidente del Tribunal Constitucional. Hizo un llamado a las fuerzas armadas para ayudar a restablecer el orden.

La Defensoría del Pueblo exigió la “inmediata renuncia” de Castillo y pidió al líder peruano entregarse a las autoridades judiciales.

Tras una nueva serie de acusaciones de corrupción, el Congreso había programado una votación para ayer por la tarde para destituir a Castillo, el tercer intento de este tipo.

Desde el inicio de su mandato, Castillo se ha visto salpicado por escándalos de corrupción de alto nivel, investigaciones penales y cambios en su gabinete. Los fiscales lo han acusado de dirigir una organización criminal con legisladores y miembros de su familia para beneficiarse de contratos gubernamentales y de obstruir repetidamente la justicia.

El mes pasado, el mandatario peruano también amenazó con disolver el Congreso mediante una polémica maniobra constitucional, y los medios de comunicación del país informaron recientemente que había intentado sondear a los líderes militares para que apoyaran tal medida.

Desde que Castillo asumió el cargo, su gobierno ha visto pasar a más de 80 ministros y ha llenado muchos puestos con aliados políticos sin experiencia relevante para el cargo, algunos de los cuales han enfrentado investigaciones por corrupción, violencia doméstica y asesinato.

Tras la renuncia del ministro de Defensa el sábado, quien alegó motivos personales, los rumores de un golpe militar —a favor y en contra de Castillo— se hicieron virales en las redes sociales, lo que llevó a algunos legisladores de la oposición a pasar la noche en el Congreso el domingo por temor a un intento violento de las fuerzas armadas de cerrar la cámara. No se produjo tal intento.

El martes, el comandante general del ejército peruano presentó su renuncia, alegando motivos personales, en una carta hecha pública ayer.

Castillo, quien había sido agricultor, maestro y activista sindical sin experiencia previa en el gobierno, derrotó por un margen estrecho a Keiko Fujimori, política de carrera de derecha, en las elecciones del año pasado, tras hacer campaña en apoyo de los peruanos pobres que habían quedado rezagados por la expansión económica del país en este siglo.

Su victoria reflejó la creciente desilusión en Perú hacia una clase política de élite que se ha visto empañada por años de escándalos de corrupción y peleas internas.

Gobiernos de AL preocupados por la situación política en Perú

Distintos Gobiernos latinoamericanos expresaron ayer su preocupación por la grave crisis política que vive Perú después de que el Congreso haya destituido al presidente Pedro Castillo.

“Argentina lamenta y expresa su profunda preocupación por la crisis política que atraviesa la hermana República de Perú, y hace un llamamiento a todos los actores políticos y sociales a que se resguarden las instituciones democráticas, el estado de derecho y el orden constitucional”, expresó en un mensaje en su perfil de Twitter la cancillería argentina.

En la misma línea se ha expresado el Ministerio de Exteriores ecuatoriano, que también ha hecho un llamamiento en la citada red social a los actores políticos para que se mantenga “el Estado de Derecho y la democracia”.

También ha reaccionado el Gobierno chileno, que a través del Ministerio de Exteriores ha sentenciado en un comunicado que confía en que la crisis que afecta “a un país hermano” se pueda resolver “a través de mecanismos democráticos”.

El presidente electo de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, lamentó ayer la destitución del ya exmandatario de Perú, Pedro Castillo, al tiempo que ha deseado “éxito” a la ahora dirigente peruana, Dina Boluarte, para conseguir “paz” y “reconciliar el país”.

Por su parte, el Gobierno de Colombia se solidarizó “con el hermano pueblo de Perú”, llamó al diálogo y condenó ayer “todo atentado contra la democracia, venga de donde venga” ante los acontecimientos que están teniendo lugar en el país vecino. (Con información de Agencias).

Texto: Redacción / Europa Press / Agencia Reforma

 

 

El ex presidente de Perú, Pedro Castillo es detenido por las autoridades la tarde de ayer en plena vía pública, justo cuando se retiraba del Palacio de Gobierno en Lima en compañía de Aníbal Torres, ex presidente del Consejo de Ministros, y algunos de sus familiares, como su esposa, Lilia Paredes. Por la noche, fue trasladado a la prisión de Barbadillo, en Ate, (donde se encuentra recluido el ex presidente Alberto Fujimori), después de que la Fiscalía abrió diligencias contra él por rebelión y conspiración, y ahí permanecerá 48 horas.

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