25 septiembre,2021 5:31 am

El PEF 2022 y los pueblos indígenas y afromexicanos

Marcos Matías Alonso

 

El cuadro que acompaña este texto refleja la tendencia de 20 años de ejercicio presupuestal. El 2002 es el año de transición institucional del Instituto Nacional Indígenista (INI) a la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI); en ese año, la Cámara de Diputados aprobó el primer presupuesto de la CDI por cerca de mil 400 millones de pesos. También en este año fiscal, en el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) se aprobó el “Presupuesto para el Desarrollo Integral de los Pueblos y Comunidades Indígenas”, como un anexo especial en el cual, año con año, queda incluido el presupuesto específico para la CDI y el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI).

El cuadro adjunto refleja cuantiosos recursos financieros de los que, desde 2002, se empezó a conocer como el “Presupuesto Transversal Indígena” (PTI).

Presupuesto para el Desarrollo Integral de los Pueblos y
                          Comunidades Indígenas, 2002-2022

Fuente:    Presupuesto de Egresos de la Federación y elaboración propia.
 *              Presupuesto otorgado directamente de la SHCP.
 **             El presupuesto transversal representó el 1.21% y para CDI fue de 0.28%
 ***           El presupuesto transversal representa el 1.49% y para CDI el 0.11%
 ****         Inicia período presidencial de Andrés Manuel López Obrador
 ******    Propuesta del Ejecutivo Federal para el PEF/2022

El 8 de septiembre de 2021 el Ejecutivo Federal y la SHCP entregaron a la Cámara de Diputados el Paquete Económico del 2022. Los legisladores lo analizarán, discutirán y dictaminarán. El próximo 15 de noviembre es la fecha límite para que la Cámara de Diputados apruebe el PEF/22.

El Proyecto del PEF/2022 propuesto por el Ejecutivo Federal y la SHCP contempla un presupuesto nacional por 7 billones, 88 mil 250 millones 300 mil pesos, de los cuales, 124 mil 593 millones 178 mil 185 pesos corresponden a las erogaciones para el desarrollo integral de los pueblos y comunidades indígenas. Para las “Entidades no Sectorizadas”, que es la partida presupuestal para el INPI, le asignan recursos financieros por 3 mil 819 millones, 229 mil 899 pesos. Al igual que en años anteriores, la Secretaría de Bienestar concentra el porcentaje mayor del PTI con un poco más de 60 mil millones de pesos. En la presente administración, Bienestar es la Secretaría con mayor poder económico y con los principales programas del gobierno federal.

Los esfuerzos del Estado mexicano no han sido suficientes para abatir la pobreza indígena. “La población indígena, sin importar la variable que se elija, registra rezagos importantes respecto al resto de la población” (Informe 2018 de Coneval). Es alarmante la situación de pobreza indígena que prevalece en México. Los porcentajes de las dos gráficas adjuntas de Coneval del 2018 al 2020 deberían ser de alarma nacional. En 2020, la población indígena en situación de pobreza extrema alcanza el 76.8 por ciento, mientras que en pobreza moderada tiene el 41.5 por ciento. Es mucho más crítica la situación de pobreza de la mujer indígena, que en 2020 alcanza el 83.5 por ciento y en pobreza moderada tiene el 39.2 por ciento (Medición de Pobreza de Coneval, 2020).

Como ocurre en casi todas las regiones indígenas del país, la pobreza se profundiza más en las mujeres, adultos mayores y en la infancia indígena. Pobreza creciente y desigualdad abismal es lo que caracteriza la situación contemporánea de los pueblos indígenas de México.

El reto mayor sigue siendo el sureste del país, donde se encuentran las entidades con mayor porcentaje de población en situación de pobreza: Chiapas (77 por ciento), Guerrero (68 por ciento) y Oaxaca (61.8 por ciento), con los porcentajes más altos de pobreza nacional. La “triada” de estados más pobres del país no excluye a otras entidades con regiones indígenas sumamente empobrecidas. Entre ellas sobresalen los pueblos de la Tribu Yaqui de Sonora, los Raramuris de Chihuahua o los Nahuas de Hidalgo y Veracruz.

Pagar la deuda histórica a los pueblos indígenas y afromexicanos implica una justa distribución de los recursos financieros del país. Desde marzo del 2020 no hay una sola región indígena de México que no haya sido afectada por el “Covid-19” y sus variantes. El 2022 requiere un diseño presupuestal que ponga como centro el grave problema de la post pandemia y los mecanismos de apoyo que deben instrumentarse para fortalecer la economía y el desarrollo de los pueblos indígenas. México demanda un proyecto presupuestal que no abandone a sus pueblos indígenas en esta situación de emergencia nacional. Esperamos un PEF/2022 que aliente el optimismo con cifras alentadoras y no números regresivos que hundan la esperanza de nuestros pueblos.