20 abril,2021 5:46 am

Elecciones y descontones  

Abelardo Martín M.

 

En parte por la llegada de la primavera, pero sobre todo por el clima electoral, el calor del debate subió rápido y furioso el tono, el ambiente y el clima no sólo meteorológico, sino en especial el político y social, con las consecuencias económicas que ello acarrea.

Para una gran mayoría los tiempos electorales son una pesadilla por la saturación de publicidad barata, la falta de auténtico debate que permita el conocimiento no ya se diga de los aspirantes, sino de sus ideas, de su programa y de su propuesta. Lo común son las agresiones, los ataques, las mentiras, las acusaciones sin comprobar, pero que generan un ambiente de “postverdad” en el que se trata es obtener el poder “haiga sido como haiga sido”, al estilo del PAN con Felipe Calderón en 2006, sin descontar los desastrosos resultados de gobierno, tanto así que en 2012 el PRI con Enrique Peña Nieto recuperó la Presidencia de la República que, a su vez, perdió en 2018 de forma contundente, aplastante, por el presidente Andrés Manuel López Obrador y la bandera de Morena, con la mayoría en el Congreso de la Unión.

La meta hoy es arrebatar ese triunfo contundente con todas las artes posibles, más malas que buenas. Se trata de que a Morena y a AMLO se les arrebate el poder, lo que no está tan sencillo ni tan viable como auguran estruendosamente los enemigos jurados del lopezobradorismo.

En todo el país los partidos políticos desarrollan sus campañas para atraer el voto de los ciudadanos, en los comicios que culminarán en mes y medio.

Como es natural y esperable, a través del alud de spots a los que ya nos hemos referido, Morena y sus aliados piden el respaldo popular para profundizar el proceso de transformación emprendido en 2018, en tanto los grupos opositores desestiman los cambios y denuncian retrocesos y políticas contradictorias.

La lucha se torna más exacerbada en las entidades en las que está en juego el gobierno estatal y no sólo las alcaldías o las diputaciones locales y federales.

En Guerrero y en el vecino Michoacán la situación política se ha tornado singular, pues en ambos estados el Instituto Nacional Electoral ha tomado la decisión de eliminar a los candidatos de Morena a gobernador, por la falta de su informe de gastos de precampaña, en un caso, y por la extemporaneidad de la entrega de ese documento, en el otro.

Aunque con votaciones divididas, las últimas sólo con un voto de diferencia entre sus consejeros, el INE ha sido reiterativo en las sanciones, no obstante que al resolver las primeras impugnaciones, magistrados del Tribunal Federal Electoral consideraron desproporcionadas las penalidades, y llamaron a la autoridad electoral a individualizarlas y hacerlas graduales.

Ahora, las campañas electorales transcurren de manera anómala en ambos estados, pues las candidaturas por el momento derribadas son las que cuentan con la mayor intención de voto por parte de la ciudadanía.

La decisión de Morena ha sido impugnar nuevamente en ambos casos, con la consecuente negativa a sustituir a los candidatos a quienes se les ha retirado el registro, omisión que les puede significar sanciones adicionales, pero que sobre todo constituye una autolimitación a la hora de hacer campaña entre la población.

Antes de que termine el mes el Tribunal deberá emitir su fallo, que esta vez será el definitivo, y hay la percepción muy generalizada de que se dará en el sentido de devolver a los hoy defenestrados sus candidaturas, y sólo aplicarles otras sanciones de menor envergadura.

Pero entretanto, el tiempo pasa, y si el Trife se toma todo su tiempo, para cuando el panorama se defina habrá transcurrido casi la mitad del periodo legal de proselitismo, situación que muy seguramente jugará en contra de Morena.

Para empezar, el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de Guerrero ha convocado ya al primer debate entre los candidatos a la gubernatura del estado, en cuyo cartel significativamente están los otros siete contendientes, mientras luce vacío el espacio del candidato de Morena.

En el resto del territorio nacional, los agarrones entre los grupos políticos y los candidatos son parte de la naturaleza del juego electoral. En los casos de Michoacán y Guerrero, el INE ha empezado por los descontones, y con ello ha desequilibrado una lucha política que en ambas entidades parecía resuelta antes de comenzar.

El encono, la furia, la pasión de algunos de los consejeros del INE, encabezados por Lorenzo Córdova Vianello, en contra de los candidatos de Morena a Michoacán y Guerrero, son el pretexto para alentar el desprestigio del gobierno de AMLO, con absoluta pérdida de la imparcialidad o el respeto a los pueblos de esos estados, una demostración clara, contundente y evidente del rebase y rebajamiento de la institución responsable de dar viabilidad a la democracia, es decir atender la voluntad del pueblo, en esos casos de los dos estados mencionados.

El de Guerrero se trata de un candidato que el INE convirtió ya en emblemático en tanto sus vínculos con muchas de las causas más populares de las últimas décadas y a quien se ha pretendido “desabarrancar” a como dé lugar. Seguro los consejeros del INE deben tener en cuenta el pulso guerrerense, ya que una decisión atentatoria de la voluntad popular podría tener graves, muy graves consecuencias no sólo partidista, política y económica, sino sobre todo social. Ojalá lo tengan visualizado.

Pronto sabremos el desenlace de este espectáculo que se desarrolla como las funciones de lucha libre, con sillazos y piquetes de ojos en los que participa el réferi, incluso antes de subirse formalmente al ring. Eso sí, a la vista de todos.