18 enero,2024 9:26 am

En ceremonia privada, creman el cuerpo del escritor acapulqueño José Agustín en Cuautla

Es probable que sus cenizas sean esparcidas en la zona arqueológica de Chalcatzingo, también en Morelos, indica uno de sus hijos. Lamenta López Obrador el fallecimiento del autor en la mañanera y recomienda leer su obra

Ciudad de México, 18 de enero de 2024. Al mediodía de ayer fue cremado el cuerpo de escritor acapulqueño José Agustín, quien murió la madrugada del martes pasado a los 79 años de edad, luego de desarrollar una hidrocefalia, consecuencia que le dejó un accidente sufrido en Puebla en 2009 y que lo alejó del mundo literario, más no de la literatura.

Fue en el panteón Jardines del Recuerdo, de Cuautla, Morelos, donde se llevó a cabo la cremación, una de las voluntades del propio escritor, en un acto en el que sólo estuvieron familiares.

De acuerdo con un diario local, previamente se velaron sus restos en su casa, en el fraccionamiento Brisas, también de Cuautla, donde residía desde 1975, y al que asistieron además algunas personas allegadas a la familia del escritor.

A decir de su hijo Andrés Ramírez Bermúdez, es probable que sus cenizas sean esparcidas en la zona arqueológica de Chalcatzingo, también en Morelos.

Sus textos son lectura obligada para comprender la corrupción del pasado: AMLO

Por su parte, el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, lamentó en la conferencia mañanera la muerte del acapulqueño, y destacó su obra.

Lamentó “mucho el fallecimiento del gran escritor José Agustín. Para los jóvenes son muy recomendables sus textos porque mezclaba la parte cultural con la política y escribía para jóvenes” dijo el mandatario.

Al iniciar la conferencia de prensa matutina de este miércoles, el presidente resaltó la obra de José Agustín, particularmente Tragicomedia Mexicana y aseguró que el escritor describió la corrupción de anteriores administraciones.

“También sus textos que llamó la Tragicomedia Mexicana, son lectura obligada para comprender como funcionaba el régimen autoritario y la corrupción que imperaba. Un abrazo a sus familiares, amigos, un gran, gran escritor mexicano” afirmó.

López Obrador comentó que a él le agrada Tragicomedia Mexicana pues “tiene cosas excepcionales” pues hace un relato del funcionamiento del sistema político mexicano y los acuerdos que se hacen entre los poderes político y económico.

“José Agustín es precursor, es iniciador con su talento, como pocos intelectuales, de poner al descubierto todos estos enjuagues. Porque ni modo que Krauze hable de eso, o Aguilar Camín, o Volpi, o Sheridan, no; en cambio este señor que falleció sí. Por eso todo nuestro respeto y nuestra admiración y recomendado a los jóvenes” añadió.

Vigilado por la extinta Dirección Federal de Seguridad

El escritor acapulqueño, cuyo estilo destacó por fusionar la cultura pop y la realidad de los turbulentos años sesenta y setenta mexicanos, no pasó desapercibido por los gobiernos de aquel entonces, al grado de que fue vigilado por parte de sus agencias de seguridad.

Así lo demuestran una serie de documentos de la extinta Dirección Federal de Seguridad (DFS) y que ahora, en posesión del Archivo General de la Nación (AGN) están disponibles en internet, muchos de ellos dados a conocer por el portal Fábrica de Periodismo.

Fundada en 1947 por el presidente Miguel Alemán Valdés, la DFS se convirtió en la policía política del antiguo régimen del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y entre sus funciones estaban las de vigilar, controlar, detener y exterminar a grupos y movimientos disidentes al gobierno, sin importar si se violaban o no derechos humanos.

Así, sus agentes se dedicaron en muchas ocasiones a recabar información sobre la vida de políticos, líderes de oposición, organizaciones guerrilleras, figuras del espectáculo, periodistas e intelectuales que despuntaban, como un joven José Agustín.

Uno de los documentos, dirigido al entonces presidente Gustavo Díaz Ordaz y con fecha del 19 de septiembre de 1968 –unos días antes de la matanza de estudiantes en Tlatelolco, el 2 de octubre– da cuenta de la postura del escritor, como parte del llamado Grupo de Intelectuales y Artistas, respecto a la ocupación de la Universidad Nacional Autónoma de México por parte del Ejército apenas un día antes.

Un “hecho vergonzoso y anticonstitucional: la invasión y ocupación de la Ciudad Universitaria”, dice tal documento, que además acusa al Estado de hacer un uso ilegal del Ejército, apoyando actos anticonstitucionales.

Luego, una serie de informes fechada por la DFS el 8 de diciembre de 1969 y a la que le faltan algunas hojas, revela que José Agustín, en una reunión que inició a las 7 de la noche en el Auditorio Narciso Bassols de la Facultad de Economía de la UNAM, “habló sobre las formas en que los intelectuales deben actuar para tratar de cambiar el sistema afirmando que el gobierno de México es una porquería, un asco, una mafia que cada seis años está esperando un cambio, para repartirse entre ellos mismos los huesos”.

Que él en lo particular, “a través de sus libros, plasmaría el sentir de repudio hacia nuestros gobernantes y que por medio de sus escritos tratará de politizar al pueblo”, por lo que pidió entonces al estudiantado presente, que el propio documento señala que eran unas 500 personas, que siguiera luchando como hasta entonces lo había hecho.

Previamente, señalan los informes, se leyó un manifiesto elaborado por intelectuales y firmado por gente como Carlos Fuentes, Carlos Monsiváis y Renato Leduc, en el que nuevamente denunciaban actitud anticonstitucional del Estado.

Otro documento relacionado con el escritor acapulqueño tiene que ver con una exposición organizada por José Luis Cuevas en la Galería Edward Munch, ubicada en Paseo de la Reforma en la Ciudad de México y con fecha  5 de octubre de 1970.

Dicha exposición, “una exposición de cuadros, pinturas, pancartas y posters alusivos al movimiento estudiantil del 1968, a los hechos de Tlatelolco, y a la prisión de los llamados presos políticos”.

Del escritor, menciona, su nombre aparece en un poster de nombre La prisión, junto con decenas más, como Inés Arredondo, René Avilés Fabila, Jorge Ayala Blanco, Rosario Castellanos, Heberto Castillo, Elsa Cross, José Luis Cuevas, Gerardo de la Torre, Carlos Fuentes, Luis González de Alba, Efraín Huerta, Vicente Leñero, Carlos Monsiváis, Álvaro Mutis, José Emilio Pacheco, Octavio Paz, Elena Poniatowska, José Revueltas y Juan Rulfo, entre ellos.

Texto: Óscar Ricardo Muñoz Cano / Juan Luis Altamirano Uruñuela

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