17 enero,2024 8:43 am

Fallece el acapulqueño José Agustín, autor seminal de la contracultura en México

El escritor murió luego de que su salud se trastocó en un accidente en 2009 mientras firmaba libros a sus lectores. Fue autor de novelas emblemáticas de la literatura nacional como De perfil y La tumba. Reflejó en obras como Se está haciendo tarde el Acapulco de los 1970

Acapulco, Guerrero, 17 de enero de 2024. El escritor acapulqueño José Agustín murió la madrugada del martes a los 79 años de edad en su casa de Cuautla, Morelos, a consecuencia de las secuelas que le dejó un accidente sufrido en Puebla en 2009, que le causó una hidrocefalia.

“Con profunda tristeza comunicamos el fallecimiento de José Agustín: esposo, padre, hermano, abuelo y escritor devoto de la literatura y la música, así como de sus lectores de cualquier edad”, escribieron sus hijos en redes sociales, destacando que fue un prolífico escritor, autor de novelas, cuentos, obras de teatro y guiones de cine, y lo describieron como “guerrerense de corazón, autodidacta empedernido, amante de la comida y los placeres; jungiano, estudioso del I ching, aficionado de la astrología e impulsor de todas las formas de la contracultura.

“Se fue en paz, rodeado de su amorosa familia. Su esposa Margarita, sus hijos Andrés, Jesús, y Agustín; su hermana y hermano; sus nietas y nietos, su sobrina, sus nueras sienten enorme gratitud por haber acompañado su vida, la cual celebran”.

El pasado 29 de diciembre, su hijo José Agustín Ramírez Bermúdez reportó que su padre estaba “bastante delicado”.

“Es@s buen@s lectores y lectoras de don José Agustín, mi padre y un gran escritor, se solicitan sus oraciones o ke (sic) manden buena vibra porque el jefe está bastante delicado, debido a problemas de salud que hace años lo arrancaron del mundo literario, si creen en dioses o tienen alguna buena voluntad que puedan compartirle, se les agradecerá infinitamente”.

Un par de días después, el también escritor publicó en su cuenta de Facebook un breve video en donde se puede ver a José Agustín aparentemente más repuesto y en compañía de su familia.

No obstante, la noche del 2 de  enero de este año relató la visita del padre José Luis, sacerdote católico, zapatista y “viejo amigo de mi padre y fiel a la Teología de la Liberación, tras cuya unción de los enfermos, mi padre ha dicho: Con esto ya mi trabajo aquí se va terminando.

“La emergencia no ha terminado”, añadió, “y sin duda José Agustín está un escalón más cerca del cielo, abrazos a todos y todas, feliz 2024”.

Posteriormente, tal mensaje fue borrado por las confusiones que generó respecto al estado de salud del escritor.

Los servicios funerarios serán privados, en su casa, ubicada dentro del Fraccionamiento Brisas, en Cuautla, Morelos, tal y como el propio escritor lo pidió.

De acuerdo con sus hijos, los restos serían cremados en el panteón privado Jardines del Recuerdo, este 17 de enero.

En 2009 José Agustín sufrió una fuerte caída durante una firma de autógrafos luego de la inauguración del Festival de Cine Documental Musical In-Edit en el Teatro Principal de Puebla capital, y que le acarreó problemas de salud graves debido a que sufrió principalmente una contusión craneal, –más la fractura en seis costillas, una más en el tórax y una última herida en la oreja izquierda– que lo mantuvo alrededor de 20 días en terapia intensiva y que lo alejó de la actividad literaria.

Antes de agravar, dijo en su oportunidad otro de sus hijos, el editor Andrés Ramírez, el narrador permanecía lúcido, atento al país, lejos de los reflectores y convencido de que había escrito cuanto quería,

“Siempre fue un misántropo de clóset; decidió, desde hace unos años, no participar en actos públicos. Estaba un poco cansado de la sinrazón, del mundo del espectáculo, de la cultura y del arte relegados por el mercado”. (El Sur, edición del 31 de diciembre de 2023).

Acapulqueño que nació en Guadalajara, vivió en la Ciudad de México y murió en Cuautla

José Agustín, cuyo nombre completo fue José Agustín Ramírez Gómez, nació en Guadalajara, Jalisco, el 19 de agosto de 1944, pero al mes siguiente fue registrado en Acapulco; aún niño se fue a vivir con su familia a la Ciudad de México y su adultez y vejez las vivió apaciblemente en Cuautla.

Hijo de Augusto Ramírez Altamirano e Hilda Gómez Maganda, –también pariente del famoso compositor guerrerense de principios del siglo pasado José Agustín Ramírez– fue narrador, ensayista, dramaturgo, guionista y traductor que estudió Letras Clásicas en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), dirección en el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC) y Composición Dramática en el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura y en la Asociación Nacional de Actores (ANDA).

También fue profesor visitante en diferentes universidades de Estados Unidos, además de conductor y productor de programas culturales de radio y televisión.

Becario del Centro Mexicano de Escritores, de la Fundación Guggenheim y de la Fundación Fulbright, obtuvo el Premio Juan Ruiz de Alarcón 1974 de la Asociación de Críticos de Teatro, el Premio Latinoamericano de Narrativa Colima 1983 para obra publicada y el Premio Nacional de Literatura Juan Ruiz de Alarcón en 1993, por su trayectoria literaria y su aportación a las letras mexicanas.

Del mismo modo, el Premio Dos Océanos en 1995, otorgado por el Festival Internacional de Biarritz; el Premio Mazatlán de Literatura 2005, el Premio Nacional de Ciencias y Artes, en Lingüística y Literatura, de 2011 y la Medalla Bellas Artes 2011.

En 2014 recibió la máxima presea que se otorga en Guerrero: la presea Sentimientos de la Nación.

“Recibo (la) presea Sentimientos de la Nación, que me otorgan las y los diputados del Congreso del estado de Guerrero, con mucho gusto…Y reconozco que la recibo también con absoluta felicidad”, dijo. (El Sur, edición del 14 de septiembre de 2014).

Llamaron a su casa, relató, “y me comunicaron que había sido merecedor de la mejor distinción que se le da a un ciudadano destacado por sus méritos.

“Y yo desde luego dije:Venga a nos su reino… y henos aquí. Les confieso que he recibido varios reconocimientos en México y en Latinoamérica. Pero este tiene un significado muy especial, porque soy guerrerense y por recibir el cariño de la gente de Chilpancingo, y de todo el estado de Guerrero”.

José Agustín fue también colaborador del diario El Sur durante los primeros años de este diario, al que dio la bienvenida con un texto publicado en el primer número de este periódico el 3 de mayo de 1993.

Cuando por el acoso del gobierno y las dicultades económicas el periódico se volvió semanario, José Agustín definió: “El Sur es un diario que sale cada semana”.

La literatura de La Onda

De su trabajo literario destaca el haber sido precursor de la llamada literatura de La Onda, un movimiento literario –después multidisciplinario– surgido en México durante la segunda mitad de los años 1960 y que reflejaba preocupaciones de los jóvenes de la época, tales como la guerra, el desequilibrio social o su falta de fe ante la familia tradicional, el gobierno o sus instituciones, así como el sexo, las drogas, el alcohol y la música.

Fue la crítica literaria Margo Glantz quien bautizó a una generación de jóvenes escritores de manera despectiva al llamarlos así: escritores de La Onda.

Los principales eran José Agustín, Gustavo Sáinz y Parménides García Saldaña.

Por su parte, Carlos Monsiváis se refiririó a La Onda como el primer grupo que divulgó el slang (frases o expresiones que se utilizan como un lenguaje coloquial que se pueden escuchar en las calles de los países de habla inglesa) en la literatura mexicana.

En ese sentido, destacan libros como La tumba (1964) De perfil (1966), Inventado que sueño (1968) o Se está haciendo tarde (Final en laguna) (1973).

Precisamente, fue con La tumba, su primera novela publicada y que este 2024 cumple su 60 aniversario, que José Agustín trasgredió las formas narrativas hasta entonces establecidas.

La historia es la del adolescente Gabriel, quien narra mediante un lenguaje coloquial sus principales conflictos: las relaciones con las mujeres, sus amigos y la literatura, además de la lucha interna ante esta sensación de vacío que lo invade constantemente y lo lleva a buscar nuevas experiencias.

“Un testimonio sincero, espontáneo, que ayuda a comprender el fenómeno de una adolescencia en búsqueda. Un libro que abre signos de admiración para un nuevo novelista”, escribió en su tiempo el escritor y periodista Vicente Leñero.

Dicha novela fue escrita por el acapulqueño cuando tenía sólo 16 años y luego de trabajarla en el taller literario de otro grande de las letras mexicanas, Juan José Arreola, fue publicada con apoyo del propio Arreola en 1964.

Antes de cumplir 30 años el periódico francés Libératión lo consideró el “hermano menor de Kerouac, Jim Morrison y Salinger”.

El rey se acerca a su templo (1978), Ciudades desiertas (1982) –que se hiciera película con el actor Gael García Bernal y titulada Me estás matando, Susana–, El rock de la cárcel (libro autobiográfico publicado en 1986), Cerca del fuego (1987), No hay censura (1988), La miel derramada (1992), La panza del Tepozteco (1993), Dos horas de sol (1994), Vida con mi viuda (2004) y Diario de un brigadista (2010, crónicas de su paso por Cuba en 1961), son algunas de sus siguientes obras.

Mención aparte merece su serie Tragicomedia mexicana (1990, 1992, 1998), una documentada sátira de la política mexicana escrita desde el punto de vista contracultural. La cuarta parte ya no la terminó.

De igual manera La contracultura en México (1996), una radiografía sobre los movimientos contraculturales en México en voz de uno de sus mayores exponentes: el propio José Agustín.

A partir del segundo semestre de 2022, la obra del escritor acapulqueño comenzó a circular de nuevo en librerías a partir de una serie de nuevas ediciones que incluyen diseños inéditos y prólogos de escritores como los también porteños Julián Herbert y Brenda Ríos.

“Su obra está sumamente vigente, las preocupaciones que están retratadas en cada uno de sus libros, de diferentes épocas además, hoy en día siguen siendo importantes; el humor, el estilo irreverente y desenfadado y cercano que imprimió sigue siendo entretenidísimo, ameno, y te hace pensar”, declaró en su oportunidad Andrés Ramírez Bermúdez, hijo del escritor y director editorial de la División Literaria y Bolsillo en Penguin Random House. (El Sur, edición del 20 de agosto, 2022).

José Agustín, escribió otro de sus hijos, José Agustín Ramírez Bermúdez, para la revista Proceso en 2021, “cambió las reglas en la forma de escribir en este país, las liberó de sus limitaciones arcaicas. Prevaleció sobre sus detractores y adversarios ponzoñosos, mientras los libros de José Agustín gozan de cabal salud y autoridad, y se siguen leyendo, gracias al gusto genuino del público conocedor, a la apreciación intrépida y decidida de los lectores de buen diente”.

En ese mismo texto, que lleva por nombre José Agustín, de perfil y de frente, confesó que su padre había iniciado dos novelas: La ira de Dios y La llave de la carretera, pero que no las había terminado y que era ya difícil que lo hiciera.

En abril de 2023 fue su última actividad pública, cuando en la Biblioteca Pública Abraham Rivera Sandoval, de Cuautla, Morelos, ciudad donde vivió los últimos 40 años, se realizó la presentación oficial de la reedición de su obra. (El Sur, edición del 2 de mayo, 2023).

Su incursión en el cine

También incursionó en el cine. Escribió y dirigió en 1971 la película Ya sé quién eres, te he estado observando, una comedia filmada parcialmente en Acapulco y estelarizada por la cantante y actriz Angélica María, su novia en ese entonces. También escribió y dirigió Luz Externa en 1973.

Pero lo que más hizo fue escribir guiones. Entre 1968 escribió Cinco de chocolate y uno de fresa e Y pensar que podemos. En los setentas: Alguien nos quiere matar; el cortometraje Luto, basado en un cuento de su autoría; El Apando, escrito con José Revueltas; El año de la peste y La viuda de Montiel, escrito con el director Felipe Cazals.

En los ochentas coescribió el guión de Amor a la vuelta de la esquina y Mal de Piedra y en 1991 coescribió también Ciudad de ciegos.

En 2016 realizó su última colaboración cinematográfica en la cinta Me estás matando Susana, una adaptación de su novela Ciudades desiertas, que fue dirigida por Roberto Sneider.

Acapulco, Guerrero y José Agustín

Si bien el escritor dejó el puerto siendo adolescente, el puerto no lo dejó a él y lo siguió en su universo literario y de ello da cuenta la novela Se está haciendo tarde (final en laguna), de 1973, una oda sicodélica del Acapulco de los años sesenta y setenta y que fue escrita luego de que estuviera en la cárcel de Lecumberri, detenido por agentes federales bajo órdenes del temible Arturo El Negro Durazo por posesión de mariguana.

Del mismo modo, Dos horas de sol (1994), otra novela de la que la escritora también acapulqueña Brenda Ríos dijo en el prólogo de la más reciente edición: “esta novela es una alegoría extraordinaria del México de fin de siglo”.

No obstante, sus visitas fueron continuas, ya sea por trabajo o descanso, siendo la última de la que se tenga registro, un homenaje en 2016 organizado por la Secretaría de Cultura del estado, dentro de las actividades del Sexto Festival del Libro y la Palabra Acapulco en su Tinta.

De manera independiente, la promotora cultural Aída Espino, prima del escritor, en 1996 se instituyó en Guerrero el Premio Nacional-Estatal de Cuento Corto José Agustín, mismo que dejó de realizarse en 2014. (El Sur, edición del 9 de diciembre, 2014).

Texto: Óscar Ricardo Muñoz Cano

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