18 noviembre,2023 9:01 am

En su recorrido por México, llega Amal a CU, para visibilizar a los niños migrantes

 

Ciudad de México, 18 de noviembre de 2023. Como causa de la violencia y el desplazamiento forzado, Amal, una niña siria de 10 años, fue separada de su madre en los intentos de huir del fuego cruzado; ahora, recorre el mundo en busca de una reunión familiar y haciendo un llamado para atender urgentemente a las millones de infancias que viven refugiadas.

Amal, una figura de 3.5 metros de altura, con cabello marrón de papel china y manos grandes de cartón, tiene el objetivo de crear conciencia sobre la crisis humanitaria a nivel global que ha orillado a miles de personas, niños y niñas a abandonar sus hogares.

Controlada por tres personas que cuidan milimétricamente cada movimiento, realizó su primera aparición abierta al público en la Ciudad de México, en las Islas del Campus Central de Ciudad Universitaria.

“Nos reúne aquí la pequeña Amala, esa pequeña esperanza que nos sostiene ante el horror del mundo, nos reúne un símbolo que representa la posibilidad de un mejor futuro, donde el amor y la solidaridad entre las personas sean los afectos que gobierne nuestros actos y no así el temor, la angustia y el odio”, señaló Bruno Velázquez, de la cátedra Nelson Mandela de Derechos Humanos en Artes de la UNAM.

El investigador hizo un llamado para abordar el problema del flujo migratorio sin eufemismos y la ceguera moral que ha gobernado el discurso alrededor de los desplazados y de la violencia a la que son sujetos por su condición de movilidad.

“Se habla de personas refugiadas o desplazadas, cuando lo que se debe decir es que millones de personas desahuciadas están en busca de un amparo, arriesgando la vida al transitar territorios donde se violan sistemáticamente sus derechos humanos, personas suplicando por auxilio, niñas y niños a los que nadie acoge y a los que nadie da refugio”, apuntó.

Con un paso propio de un gigante: lento y certero para evitar un desplome, Amala, originaria de la ciudad siria de Alepo, caminó por las facultades de Derecho y Filosofía, por la Biblioteca Central y, finalmente, llegó a la torre de Rectoría.

Su nombre significa “esperanza” en árabe, lo ha buscado transmitir durante su gira por 14 países.

“Es una marioneta que nos pone a pensar en los millones de niños que han muerto en el conflicto, aquellos que tienen que huir solos, los que necesitan de nuestra ayuda, es muy triste pensar en que refleja un problema real que a veces sentimos muy lejano pero que convive ya con nosotros”, resaltó Juliana Altamirano, quien acudió con su hija de 9 años a conocer a Amal.

Ha recorrido más de 14 países y en estos próximos días aterrizará en nuestro país. Específicamente, entre el 6 y el 26 de noviembre viajará por siete ciudades mexicanas, de Tijuana a Tapachula, para reunirse con diversas comunidades, figuras públicas y agrupaciones artísticas.

Amal es una niña siria de 10 años que vivía en Alepo, de donde su mamá salió para buscar un lugar donde pudieran estar a salvo, en medio de la guerra civil en Siria, que comenzó con las protestas de la primavera árabe en 2011.

Su mamá nunca regresó y luego Amal salió a buscarla. Es aquí donde comienza su jornada de esperanza para visibilizar la situación de miles de niños, niñas y adolescentes refugiados.

Una de las maneras para visibilizar esta situación es precisamente el tamaño de Amal. Es imposible no verla.

Por su parte, la alcaldía Iztapalapa, en la Ciudad de México convocó a acompañar éste domingo próximo el recorrido por la demarcación de Amal, marioneta de 3.6 metros de altura inspirada en las mojigangas mexicanas y un personaje de la obra de teatro The Jungle, de Joe Murphy y Joe Robertson, representa a una niña siria refugiada y ha recorrido diversos países como símbolo de los derechos humanos de menores y adolescentes desplazados por la guerra y la violencia en el mundo.

Texto: Bernardo Uribe / Agencia Reforma