22 julio,2019 4:31 am

Falla la “estrategia blanda” de seguridad del gobierno federal, señala el obispo

Como el cultivo de la amapola ya no es negocio, los grupos delincuenciales se pelean el control del territorio en los lugares turísticos por el negocio de la venta de drogas y la prostitución, asegura Salvador Rangel Mendoza.
Chilpancingo, Guerrero, 22 de julio 2019.  El obispo Salvador Rangel Mendoza opinó que la violencia, que repuntó a partir de junio pasado, en lugares como Acapulco y Chilpancingo, obedece a que está fallando la “estrategia blanda” de seguridad del gobierno federal en contra de la delincuencia organizada.
También declaró que se dejaron crecer conflictos, como el de Filo de Caballos, municipio de Leonardo Bravo (Chichihualco), con la presencia de la policía comunitaria de Heliodoro Castillo (Tlacotepec) y el de Rincón de Chautla y San Jerónimo Palantla, municipio de Chilapa, en donde insistió que el conflicto es por tierras y no por droga.
Dijo que ahora, cuando el cultivo de la amapola ya no es negocio, los grupos delincuencia se pelean el control del territorio en los lugares turísticos, por el negocio de la venta de drogas y la prostitución; así como las zonas donde hay minas, porque cobran cuotas a las mineras y a los mineros.
Declaró que esto se debe el incremento de la violencia en las últimas semanas, en lugares como Acapulco y Chilpancingo, “y yo creo que el presidente y las nuevas instituciones entraron con mucha bondad, con mano suavecita. No actúan con mano fuerte, entonces se están aprovechando los grupos delincuenciales y están haciendo de las suyas”, declaró vía telefónica.
Rangel Mendoza agregó que el gobierno federal puso su esperanza en la Guardia Nacional, pero que algunos sí tendrán la experiencia, pero muchos no, “incluso desconocen el territorio, desconocen los grupos y a las personas, y los grupos delictivos también se están aprovechando de la inocencia de la Guardia Nacional”.
Para el obispo, lo que se está viviendo en los últimos días es consecuencia de una “rebeldía general” de los delincuentes.
Destacó que otro detalle es que en Guerrero hay grupos “tradicionales” de la delincuencia, “lo que tengo entendido es que quieren entrar otros a estas plazas”.
Explicó que antes les interesaba la goma de opio que se producía en Guerrero, incluso a los del Ejército y a los de la Policía Federal, que estaban un año o dos, hacían su agosto y se iban. “Guerrero era una fuente grande de divisas, por la tranza, la impunidad y la corrupción”.
Sin embargo, añadió que ahora, como la amapola ya no vale, los grupos delictivos están buscando otros intereses, como los lugares turísticos, como Acapulco, Zihuatanejo y Taxco, donde se encuentra el negocio por el consumo de drogas y la prostitución, “es donde ellos están haciendo su agosto con esto”, declaró el prelado.
“Mientras tengamos turistas, no vamos a quitar la droga de enfrente de nosotros”, expresó.
Añadió que otro negocio por el que se pelean los grupos delincuenciales y del que no se quiere hablar abiertamente, son las minas, “ellos están cobrando impuestos a las minas y a los mineros”.
Reprochó que el gobierno no quiere hablar de eso, “pero yo que hablo seguido con la gente. Me dicen lo que cobran estas personas, eso es lo que está aumentando la delincuencia”, insistió.
Añadió que de otra manera no se explica cómo la noche del jueves de la semana pasada, en nueve colonias de Chilpancingo hubo balaceras a las 10 y media de la noche, “se oyeron balaceras en todo Chilpancingo, y se pregunta uno quien fue y nadie sabe decir quien. Yo nomás sé que huyeron hacia Zumpango, pero nadie dice quién fue”.
Dijo que lo que se ve es que estos grupos están tratando de amedrentar en las ciudades, como Acapulco, Chilpancingo y Chilapa.
Insistió en que ante esta violencia ha habido mano “blandita” del gobierno federal y que la gente de los grupos delincuenciales se está aprovechando de eso.
Para Rangel Mendoza es claro que está fallando la estrategia del gobierno federal. “En el corazón hay bondad, pero del otro lado hay maldad, y están aprovechando lo suavecito del gobierno ahorita, para hacer de las suyas”.
Asimismo, opinó que el gobierno federal no se debe de fiar de la Guardia Nacional ni de la Policía Federal, “ojalá que no la suelten (a la Policía Federal), porque son unos delincuentes potenciales y nos va a ir peor con esos señores”, pidió.
Recordó que hace unos días, el secretario de Seguridad Pública federal, Alfonso Durazo, dijo que eran buenos, que estaban preparados y con principios morales, “pero yo creo que hasta él se mordió la lengua, porque no son así”.
Ante eso, recomendó lo que decía Jesús: “Hay que ser astutos como las serpientes y mansos como las palomas”, pues dijo que se necesita de algo de astucia para atajar el problema de la violencia.
En el caso de Chilapa, donde la noche del sábado civiles armados atacaron el pueblo de Tula, declaró que a pesar de eso, siente que se va calmando la violencia, “aunque de vez en cuando sale gente protegida por ciertos grupos”.
Destacó que el problema en San Jerónimo Palantla y Rincón de Chautla, donde brotó la violencia en los últimos días, es porque los grupos están jugando a ver quién es el más fuerte y el más ponchado, para adherir a otras comunidades a su causa, y cuando no se quieren adherir, los atacan.
También dijo que ha influido el hecho de que Rincón de Chautla y los pueblos de su alrededor, están asentados en un terreno irregular, que no es de ellos, “allí el problema es de tierras, pero algunos quieren confundir que es cuestión del narcotráfico, pero no es cierto”.
El obispo dijo que el Gobierno ha dejado crecer ciertos conflictos, “por ejemplo, ¿cuánto hace que el grupo de policías comunitarios de Tlacotepec se metió en Filo de Caballos? Y todavía están allí, a pesar de que ellos fueron los invasores. Yo no estoy contra ellos ni estoy con el grupo de abajo (Chichihualco), yo estoy contra la injusticia”, aclaró.
Reprochó que en estos conflictos, el gobierno ha sido pasivo, “los ha dejado ahí, mi exhortación al gobierno, sobre todo a la Guardia Nacional, es que ojalá vaya sustituyendo a los grupos de comunitarios. Así yo creería más, pero mientras los dejen actuar y haya permisividad, las cosas no se van a arreglar tan fácilmente”, sostuvo.
Texto: Zacarías Cervantes / Foto: Jesús Eduardo Guerrero