15 marzo,2018 5:11 am

Familiares de desaparecidos dan con 4 casos “posibles positivos” en el Semefo

Texto: Karla Galarce Sosa / Foto: Carlos Alberto Carbajal
Acapulco, Guerrero. Cuatro casos “posibles positivos” fueron encontrados por los integrantes de la asociación civil Familias de Acapulco en Busca de Desaparecidos e integrantes de la Tercera Caravana Internacional de Búsqueda en Vida de Desaparecidos, quienes acudieron ayer al penal de Las Cruces y al Servicio Médico Forense para localizar a sus familiares.
Posteriormente, ofrecieron la conferencia Conciencia social de la desaparición en México en el auditorio Galo Soberón Acevedo de la Universidad Americana de Acapulco, donde expusieron testimonios, reclamaron solidaridad de la sociedad por el dolor que atraviesan ante la falta de un ser querido, y exigieron eficiencia de las autoridades.
Ahí, explicaron que un grupo de familiares acudió desde temprano al penal de Las Cruces para buscar entre los presos a los desaparecidos o indicios sobre ellos; otro grupo acudió al Servicio Médico Forense para consultar los registros de los cadáveres y a la Fiscalía regional para ver los expedientes y saber si sus datos coinciden con algún caso.
Después de que se presentaron en el Semefo donde no ingresaron para ver sus instalaciones como en Chilpancingo, entraron al auditorio de la Fiscalía Regional donde les informaron que son 364 cuerpos los que no han sido reclamados desde 2011 hasta este año.
Además, les mostraron imágenes fotográficas de cadáveres no reclamados de 2011 a la actualidad en Acapulco.
Les informaron que el 80 por ciento de los 364 cuerpos, unos 291, tienen un registro de ADN y aunque no todos son recientes –dado que llegan extremidades, cráneos, restos óseos–, lo que impide identificar rasgos o características físicas; les explicaron que se calculan edades, estaturas y complexiones con ayuda de investigaciones periciales en antropología y otras técnicas forenses.
De algunos expedientes presentados a los familiares, se ofrecieron detalles para la identificación del cadáver como tatuajes, lesiones identificables y algunos nombres, pues se trató de cuerpos no reclamados o sin identificar.
Cuando una mujer preguntó si podrían tener las fotografías para que éstas fueran compartidas en grupos de colectivos de desaparecidos del país, les aclararon que los expedientes sólo serían compartidos bajo una orden fiscal.
Paupérrimas condiciones del Semefo Chilpancingo
Durante la conferencia Conciencia social de la desaparición en México, la coordinadora de la Tercera Caravana, María de la Luz López dijo que comenzaron el proyecto en mayo pasado con resultados alentadores.
En declaraciones a El Sur, coincidió que las condiciones del Semefo en Chilpancingo con deplorables.
Para visitar el penal de Las Cruces “estuvimos desde las 5 de la mañana en el Asta Bandera para llegar a las 6 de la mañana al penal. Nos esperaba el trato que nos dieron desde el director, los reos estuvieron muy participativos y cuando conocían a alguien nos lo hacían saber. Tuvimos 4 posibles positivos, así les llamamos nosotros porque hasta que no se descarta o se sigue la investigación y se le da seguimiento al hallazgo. Valió la pena esta jornada”, sostuvo la activista, quien añadió que salieron a las 2 de la tarde de la cárcel.
De la visita que tenían programada en la Jurisdicción Sanitaria 07 de Acapulco para identificar carnets de salud de personas dedicadas al sexo servicio, tanto hombres como mujeres, comentaron que no la hubo pues la cantidad de expedientes observados en la Fiscalía de Acapulco requirió más tiempo del programado.
Sin embargo, insistió en que el Semefo en Chilpancingo no respeta la dignidad de las personas fallecidas, pues las mantienen en cámaras frigoríficas que no cumplen siquiera con la temperatura mínima para su conservación.
La conferencia y los testimonios
La representante de la Caravana explicó durante su participación en la conferencia que “no quisimos esperar en casa a nuestros muchachos. Queremos agotar todo. El objetivo es encontrar con vida (a los desaparecidos). Le apuestan más a la muerte y no podemos cerrar los ojos a la realidad, pero qué ganamos si no hay pruebas de ADN, pero qué hacemos si nuestros muchachos están con vida, nadie los busca, ¿cómo madres qué hacemos?, ¿por qué las autoridades no lo hacen?”, cuestionó ante un auditorio conformado por unas 80 personas.
“Nos metemos hasta el último rincón. Es un peligro enorme. El Cereso de Acapulco de 2 mil personas y metidas en un cuadro rodeadas de los reos. Solamente una madre dolida, una bestia enojada, porque le han arrebatado a su cachorro, nos atrevemos a esto y a mucho más, buscar y encontrar con vida”. expresó.
Y agregó: “me alargan la vida porque las madres estamos muertas en vida, caminamos para buscarlos porque nos arrebataron la vida al arrebatárnoslos (a sus hijos), pero con ellos, se llevaron nuestro miedo. Nos dijeron que Guerrero es un estado inseguro. Podemos estar rodeadas de sicarios, pero si nos dicen que nuestros hijos están allí, allí vamos. Somos puras lobas, guerreras heridas”.
Otro testimonio fue el de Tranquilina Hernández Laguna, del Colectivo de Morelos, quien reprochó la indiferencia de las personas que no han sentido el dolor de la desaparición de un hijo.
“Decidimos buscarlos, nos unimos todos a llevar a cabo ese loco plan. Llevamos una pesada carga en los hombros, una piedra de cuyo peso no podemos descansar, les pedimos que la sociedad se entere, no esperen a que les suceda. Dejen de vivir en su burbuja, es muy cruel, recibí llamadas para decir que van a soltar a nuestros hijos pero no sabes si es mentira o si realmente le están haciendo lo que te dijeron que le harían si no les dabas lo que te pedían”, expresó.
“Únanse a ésta caravana, lleven éste mensaje a sus vecinos”, convocó finalmente.
El presbítero Salvador Cisneros Preciado dijo que los testimonios dan cuenta de que “todos estamos expuestos” a un secuestro.
“Somos una sociedad con un tejido muy dañado. En la vuelta de la esquina pueden estar estas personas con el corazón lleno de maldad para llevarse a nuestros seres queridos”, criticó.
A todos nos puede pasar
“Otro dolor es nuestra indolencia, continuó, es el que ocasiona la indiferencia de nuestra sociedad, molesta nuestro paso por la calle, porque lo vemos como algo politiquero, como algo que denigra a la sociedad, pero se nos olvida que las personas que van marchando buscan fraternidad y solidaridad en una sociedad que parece indiferente ante ellos”, lamentó.
Aparte de la pérdida, han tenido que vivir en la injusticia y el desprecio, que muchas veces viene de la propia familia, señaló.
Solidaridad y compromiso
El prelado dirigió su mensaje: “nuestra solidaridad y comprensión, pero sé que esperan nuestro compromiso para no quedarnos en la emoción, participar en tareas más complejas y eficaces, entender que una familia, no podrá estar tranquila hasta no saber el paradero de su familiar”.
Confesó que llegó a juzgar las acciones de otros activistas y mencionó a Rosario Ibarra en sus protestas y su frase “vivos los queremos”: “me parecía algo irreal” y luego agradeció haber comprendido, por testimonios, la necesidad de la solidaridad y pugnó por cerrar heridas y mantener la esperanza de hallar con vida a los desaparecidos.
“No es la voluntad de Dios esto, no es la cruz que les mandó, es consecuencia de la maldad humana. Hay miserias en la humanidad que hacen daño, pisotean, roban, secuestran, asesinan, no es voluntad de Dios”, sostuvo el sacerdote.
Y exhortó a quienes organicen tareas, pasar de la empatía a la acción y al compromiso.
Otro testimonio fue de la representante del Colectivo Vida, María de Jesús González Medano, quien relató que su hijo tenía casi 20 años cuando desapareció. Más de un año tardó para que le tomaran su declaración en un Ministerio Público y después de un peregrinaje se unieron cinco madres que habían sufrido lo mismo que ella.
“Si los encontramos muertos, nos van a dar la paz. Me hubieran dejado algo, pero no me dejaron nada”,  reclamó.
Colectivos: futuro de la sanación colectiva
Por su parte, la investigadora sobre casos de desaparecidos y acompañamiento, Geane Mendieta Jiménez, desarrolló un ejercicio con quienes no tienen familiares desaparecidos para que comprendieran lo que los miembros de la caravana vivieron cuando no encontraron a su familiar.
Geane Mendieta advirtió que las sanaciones colectivas “son temas estratégicos para evitar futuros violentos. Los que han generado mecanismos de paz son los colectivos de las víctimas, son los caminos de salvación de quienes no han sido víctimas. Son caminos para nuestra propia esperanza”.
Hubo además testimonios de Chihuahua, explicado por Hilda Ávila, así como del Estado de México, expuesto por  Verónica Rosas.
En su oportunidad, la presidenta de la asociación Familias de Acapulco en Busca de sus Desaparecidos, conformada hace 16 meses, María Ema Mora Liberato, dijo que en Acapulco hay 90 integrantes de esa organización con carpetas de investigación, y se han sumado por la campaña de ADN.
Las  autoridades “están rebasadas por la ola de violencia, porque hay necesidades”, sentenció Mora Liberato.
Al final de su discurso informó que el próximo viernes se reunirán con el gobernador en sus oficinas en la Promotora Turística, a las 10 de la mañana.
Por u parte, en su mensaje de bienvenida a la conferencia, el rector de la UAA, Mario Mendoza Castañeda, dijo que vale la pena el esfuerzo de todos, “pero la sociedad se hace consciente participando”.
“Más allá de los compromisos políticos, religiosos, de colores, debemos anteponer la vida y el amor. Es un caso que nos puede pasar a todos y todos debemos participar”, concluyó.
(En la imagen: Integrantes de la Tercera Caravana Internacional de Búsqueda en Vida de Desaparecidos, durante su visita a las instalaciones del Servicio Médico Forense de Acapulco. Foto: Carlos Alberto Carbajal)